Forma Descripción generada automáticamente
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Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias
Volumen 2, Número 2, 2025, abril-junio
DOI: https://doi.org/10.71112/mkq4z695
REHABILITACIÓN KINÉSICA POST QUIRÚRGICO DE LIGAMENTO CRUZADO
ANTERIOR EN DEPORTISTAS DE 20 A 25 AÑOS DE EDAD
POST-SURGICAL KINETIC REHABILITATION OF THE ANTERIOR CRUCIATE
LIGAMENT IN ATHLETES AGED 20 TO 25 YEARS OF AGE
Gumercinda Cáceres Gonzales
Anabella Mónica Retamozo Blaires
Daisy Antonella Chaparro Santacruz
Miguela Beatriz Larroza Villalba
Bettina López
Paraguay
DOI: https://doi.org/10.71112/mkq4z695
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Rehabilitación kinésica post quirúrgico de ligamento cruzado anterior en
deportistas de 20 a 25 años de edad
Post-surgical kinetic rehabilitation of the anterior cruciate ligament in athletes
aged 20 to 25 years of age
Gumercinda Cáceres Gonzales
gumercaceres2018@gmail.com
https://orcid.org/0009-0004-4171-279X
Universidad Politécnica y Artística
Paraguay
Anabella Mónica Retamozo Blaires
anicaret56@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-7795-2564
Universidad Politécnica y Artística
Paraguay
Daisy Antonella Chaparro Santacruz
dradai_chaparro@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0007-5389-9311
Universidad Politécnica y Artística
Paraguay
Miguela Beatriz Larroza Villalba
larrozavillalbamiguelabeatz@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-7033-4133
Universidad Politécnica y Artística
Paraguay
Bettina López
betti.flor@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0000-5306-601X
Universidad Politécnica y Artística
Paraguay
DOI: https://doi.org/10.71112/mkq4z695
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RESUMEN
Este estudio evalúa la rehabilitación kinésica postquirúrgica del ligamento cruzado anterior
(LCA) en jugadores de fútbol, centrado en las fases temprana y de retorno al deporte. Los
resultados indican una alta adherencia a ejercicios pasivos y activos para mejorar el rango de
movilidad, pero con limitaciones en la extensión completa de rodilla, alcanzada solo por el 19%
de los jugadores. La activación del cuádriceps también presentó dificultades, con solo el 44%
mostrando adecuada respuesta. En la fase avanzada, se observó una mayor adherencia a los
ejercicios de potenciación muscular y marcha, aunque la propiocepción fue insuficiente, con
solo el 13% de los jugadores realizándola. En la fase de retorno al deporte, el 100% de los
jugadores mostró un aumento progresivo en la carrera y completó ejercicios biométricos, lo que
sugiere una rehabilitación exitosa para la reintegración al deporte. Sin embargo, se requieren
ajustes en áreas clave como el fortalecimiento muscular y la propiocepción para optimizar la
recuperación.
Palabras clave: rehabilitación; kinésica; postquirúrgica; ligamento cruzado anterior; fútbol
ABSTRACT
This study evaluates postoperative anterior cruciate ligament (ACL) kinesthetic rehabilitation in
soccer players, focusing on the early and return-to-sport phases. The results indicate high
adherence to passive and active exercises to improve range of motion, but with limitations in full
knee extension, achieved by only 19% of the players. Quadriceps activation also presented
difficulties, with only 44% showing an adequate response. In the advanced phase, greater
adherence to muscle strengthening and walking exercises was observed, although
proprioception was insufficient, with only 13% of the players performing them. In the return-to-
sport phase, 100% of the players showed a progressive increase in running and biometric
exercises were performed, suggesting successful rehabilitation for return to sport. However,
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adjustments are required in key areas such as muscle strengthening and proprioception to
optimize recovery.
Keywords: rehabilitation; kinesthetics; postoperative; anterior cruciate ligament; soccer
Recibido: 11 de mayo 2025 | Aceptado: 18 de mayo 2025
INTRODUCCIÓN
Según expresan Resnick et. al. (2007) la rotura del ligamento cruzado anterior
(LCA) de la rodilla es una lesión ligamentosa frecuente, especialmente en la práctica
deportiva, siendo el mecanismo más común de lesión el trauma indirecto, donde
habitualmente están involucradas fuerzas de desaceleración, hiperextensión y rotación. En
algunos estudios la rotura aislada del LCA representa el 40% del total de las lesiones
ligamentosas y, un 35% adicional asociada a lesión de otros ligamentos, con mayor frecuencia
a la del ligamento colateral medial (Resnick et. al. 2007).
Los mecanismos de producción primarios más frecuentes son el traumatismo directo
sobre la tibial proximal con la rodilla flexionada a 90°, así como la hiperflexión e hiperextensión
forzada de la rodilla (Perelli, 2021). Las lesiones de los LCP son inducidas por trauma de gran
energía, de allí que por lo general se asocia a un gran número de lesiones de mayor
complejidad (López Álvarez, & García Lorenzo, 2017).
Por su parte, Inga Doris. (2017), señala que la actividad deportiva debido a su alta
intensidad y despliegue de energía en algunos casos involucra lesión del sistema musculo-
esquelético, manifestado con alteraciones estructurales del sistema osteoarticular del codo,
hombro y principalmente de las lesiones de las rodillas y de los tobillos. Siendo la prevalencia
más frecuente las lesiones de la rodilla, que estas pueden ser tanto agudas como crónicas
que impulsan a una limitación funcional anatómica significativa de la rodilla afectada. Las
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lesiones del sistema osteoarticular de las rodillas, perjudican de modo directo y/o indirecto a
los ligamentos cruzado anterior (LCA) y posterior (LCP), colateral interno, colateral externo y a
los meniscos.
Una de las problemáticas que se observa es la pérdida de los mecanorrecptores del
ligamento lesionado que interrumpe el reflejo musculo-ligamentoso entre el LCA y el
cuádriceps, produciéndose así la incapacidad para reclutar un alto número de unidades
motoras durante las contracciones voluntarias del musculo, que se produce de forma bilateral.
Asimismo, existe la hipótesis de que los mecanorreceptores dentro del LCA transmiten
información aferente que puede ser procesada mediante un reflejo de contracción de la
musculatura isquiotibial para disminuir la traslación anterior de la tibia en pacientes tras cirugía
del LCA (Anderson, A., et al. 1994).
Además de esto, tras la lesión del LCA se produce un déficit importante de la fuerza y
masa muscular de la extremidad afectada. Los estudios que han investigado la atrofia de las
diferentes cabezas del cuádriceps han determinado que especialmente el vasto interno y el
externo son los que se atrofian más rápidamente tras la lesión de LCA. EI déficit de los flexores
de la rodilla tras la lesión es menor. En el miembro inferior no afecto también se encuentra
atrofiada la musculatura por la falta de actividad (Flahiff y Brooks 1995).
También, la alteración del equilibrio es causada por la disminución o alteración de la
información de los mecanorreceptores sobre la posición de la articulación, produciéndose una
modificación del control neuromuscular al intentar mantener el equilibrio (Anderson, A., et al.
1994).
Es importante entender que se producen alteraciones como la disminución de flexión de
la rodilla afecta en el contacto inicial de la marcha, que aumenta el apoyo medio, y la
disminución también durante la subida y bajada de escalones, asimismo, se debe tener en
cuenta la posible inestabilidad articular producida al perder el esfuerzo articular que el LCA
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supone en la articulación. El desplazamiento anormal de la tibia respecto al fémur o cajón
anterior (Legido Arce, 2008).
Uno de los grandes problemas en el retorno a la actividad tras una rotura del LCA son
los daños y recidivas del mismo o estructuras adyacentes como meniscos, cartílago u otros
ligamentos. Se ha encontrado también que los individuos con insuficiencia en el LCA tienen un
riesgo ligeramente mayor de desarrollar artrosis de forma prematura de la rodilla (Legido Arce,
2008).
En relación a las técnicas de rehabilitación, los pacientes con lesiones significativas de
rodilla padecen patologías de codo, tumefacción, deterioro de funcionalismo y la de
ambulación, pérdida de fuerza y disminución del arco de movilidad. El objetivo es a largo plazo
de la rehabilitación es restaurar el estado funcional profesional, y las metas a corto plazo son:
reducir la inflamación, es decir, el dolor, la tumefacción y la temperatura local, ofrecer
protección a las estructuras lesionadas, incrementar la fuerza, aumentar el arco de movilidad,
establecer un patrón seguro de marcha auxiliar (Ñique Villaorduña, 2017).
La inflamación puede ser aguda o crónica y variara de naturaleza a lo largo del proceso
de rehabilitación. Hay que tratar el dolor, la tumefacción y la hipertermia local para facilitar el
índice máximo de curación y la progresión en los métodos de rehabilitación activa. La
crioterapia incluye la aplicación de compresas frías, bolsas de hielo, masaje con hielo y baños
de remolino fríos, interviene el control de edema y el alivio de dolor (Lamb. 1985)
Las diversas formas de estimulación eléctrica resultan eficaces para el alivio del dolor y
la reducción del edema. Inicialmente, pueden utilizarse ultrasonidos de baja intensidad, dado
que sus efectos no térmicos para alterar la permeabilidad de la membrana y el estímulo de la
microcirculación para reducir el dolor, promueve la curación histica y contribuyen a la reducción
del edema local (Viamed Salud. (s.f.).
Hay diversos factores que contribuyen a la vuelta satisfactoria a la actividad deportiva.
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Marcar criterios de evaluación objetivos es útil para decidir si el atleta está preparado para
volver a dicha actividad (Burgi, et. al. 2019).
Un reciente análisis exhaustivo ha demostrado que el 85% de los estudios utilizan el
tiempo como único criterio para la vuelta del deportista después de la reconstrucción del LCA.
Para algunos autores, 9 meses sería el tiempo necesario para disminuir las rerroturas
(Grindem, et.al.2016), mientras que otros como Nagelli y Hewett establecen los 2 años como
el momento más seguro para la plastia (Nagelli y Hewett 2017). Esto es algo muy importante
cuando se trata deportistas profesionales, pues es un periodo de tiempo muy largo para estar
fuera de la competición.
Este estudio tiene como objetivo determinar la Rehabilitación kinésica post quirúrgico
de ligamento cruzado anterior son aplicados en jugadores de fútbol.
En este sentido diversos autores señalan que la lesión del LCA es considerada una de
las más graves en el fútbol y representa el 24% de las lesiones en la rodilla (Chomiak, Junge,
Peterson, & Dvorak, 2000).
Por lo que se considera importante considerar como un factor relevante y a tener en
cuenta, el riesgo que ocasiona el terreno de juego. El césped artificial con respecto al natural
aumentaría la probabilidad de sufrir una lesión en la rodilla entre un 14% y un 32% (Herrero,
2014). Se ha observado en distintos estudios que las lesiones producidas en competición en
hombres serían mayores en césped artificial que en natural (25,43 vs 23,92 por cada 1000h de
juego) y en mujeres sucede lo contrario, es mayor en césped natural que en artificial (21,79 vs
19,15 por cada 1000h de juego). Asimismo, ocurre para las lesiones ligamentosas, Aunque
hay que destacar la relación entre calzado y superficie, se ha observado que, si no se usa el
cazado adecuado para cada tipo de superficie, se incrementaría el riesgo de lesión de LCA
(Dragoo & Braun, 2010; Fuller, et. al., 2007).
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Si se utiliza un taco de aluminio demasiado largo en césped natural, se va a conseguir
que no resbale el jugador, pero, sin embargo, favorecerá una excesiva rotación de la rodilla en
torsiones y, por tanto, la rotura del ligamento. Al igual ocurre con césped artificial, si no se usa
la suela adecuada no se estaría favoreciendo ni a la lesión ni al agarre (Herrero, 2014).
Es importante que el paciente tenga una intervención preoperatoria que potencie sus
capacidades físicas y permita una mejor recuperación postoperatoria, ya que, tras la cirugía, se
produce un 20% de atrofia muscular y un 30% de pérdida de fuerza del cuádriceps (Ramos
Landré, 2022)
Por eso es significativo que, en el postoperatorio inmediato se pueden aplicar
estrategias para manejo de dolor, entre ellas la crioterapia y la terapia manual ortopédica, esto
también favorecerá el aumento progresivo de los rangos de movimiento. Es trascendental
garantizar en el primer mes la extensión completa de rodilla, ya que por falta de movilidad el
tejido puede crear fácilmente adherencias y posterior fibrosis que limitará sustancialmente el
movimiento de no lograrse (Ramos Landré, 2022)
Los estudios recientes afirman que entre más pronto se ganen los rangos de
movilidad, más pronto se puede iniciar el trabajo de recuperación de fuerza, especialmente con
contracción de tipo excéntrica, que facilita el reclutamiento de fibras musculares y acelera su
recuperación.
La bibliografía también demuestra que usar electroestimulación funcional (FES) en los
músculos del cuádriceps, es beneficioso para contribuir a la ganancia de fuerza y masa
muscular. Cuando el paciente gane los 60° de flexión de rodilla, se pueden empezar a
implementar ejercicios de descarga de peso y propiocepción, con en el caso del puente,
cuidando la abducción excesiva y promoviendo la activación muscular (Sandoval Arias, 2019).
El paciente debe empezar su patrón de marcha y los respectivos traslados y
transferencia con apoyo externo tipo muletas en la mayoría de los casos, esto depende de la
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indicación que dé el ortopedista tratante. En fisioterapia debe velar por el correcto uso de estos
apoyos y el entrenamiento de su uso (Sandoval Arias, 2019).
Los ejercicios isométricos, concéntricos y excéntricos están permitidos en esta primera
etapa en cadena cerrada. Después de cuatro semanas se permite un pequeño rango de
movimiento de 90-45 grados. Cada semana se añade10 grados de extensión, así que después
de 5 semanas se puede hacer extensiones de piernas de 90 a 35 grados y una semana
después a 25 grados, etc. (Van Grinsven, et. al. 2010).
Cuando la reconstrucción se ha realizado con un injerto rotuliano-hueso-patelar se
permite la resistencia externa después de cuatro semanas. Sin embargo, en una reconstrucción
de injerto de isquiotibiales, la resistencia sólo se permite después de 12 semanas. Es decir
que, estas limitaciones se describen debido a que en la etapa inicial no se quiere forzar
demasiado el nuevo injerto. En la vida diaria normal, el injerto ya experimentará una tensión
inofensiva, al sentarse y levantarse de una silla y al subir escaleras. En el entrenamiento en las
primeras 3-4 semanas, lo más seguro es entrenar en un rango de 0-60 grados de flexión en sus
ejercicios de sentadilla y/o prensa de piernas distensión lenta y mantenida, lo cual apoya la
observación clínica de que los pacientes llevan a cabo los ejercicios activos con menos eficacia
después de un hábito de distensión prolongada o enérgica. Otra ventaja del ejercicio muscular
antes del estiramiento es la producción asociada de calor en los tejidos (Van Grinsven, et. al.
2010).
En la medida que se el tratamiento avanza se debe mantener la rodilla extendida o
patalee hasta el margen terminal del movimiento, entre 0-15 grados. Según la tolerancia,
posteriormente se incorpora un programa de bicicleta y a medida que progresa se aumenta la
intensidad y la duración del ejercicio. Hay que estimular al paciente a montar en bicicleta de
paseo cuando consiguen pedalear en la estática durante 15 a 20 minutos sin exacerbación de
los síntomas (Risberg et. al. 2007)
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La rehabilitación postoperatoria de la rodilla se divide en cuatro fases progresivas. Cada
fase tiene objetivos específicos y ejercicios indicados, basados en protocolos estandarizados
ampliamente utilizados por instituciones de medicina deportiva (Massachusetts General
Hospital, s.f.; MOON Knee Group, s.f.; Emory Healthcare, s.f.).
Fase 1: Recuperación inicial (02 semanas)
Los objetivos son controlar el dolor y la inflamación, alcanzar la extensión completa,
iniciar flexión progresiva hasta 90°, activar el cuádriceps y restaurar la marcha asistida. Se
indican ejercicios isométricos, elevaciones de pierna recta, deslizamientos de talón y movilidad
de tobillo (Massachusetts General Hospital, s.f.).
Fase 2: Movimiento y fortalecimiento temprano (26 semanas)
En esta fase se busca recuperar el rango de movimiento, fortalecer con resistencia
progresiva y retomar actividades cotidianas. Se introducen sentadillas parciales, extensiones
pasivas, ejercicios con peso parcial y bicicleta estática (MOON Knee Group, s.f.-a).
Fase 3: Fortalecimiento avanzado y propiocepción (612 semanas)
Se enfoca en la funcionalidad, agilidad, equilibrio y resistencia. Incluye ejercicios de
balance en un pie, saltos, desplazamientos laterales y actividades con bicicleta (MOON Knee
Group, s.f.-b).
Fase 4: Retorno a la actividad deportiva (1216 semanas en adelante)
Se trabaja el rendimiento físico con calentamiento dinámico, ejercicios de agilidad,
pliometría y fuerza específica del deporte. La supervisión profesional es esencial para una
reintegración segura (Emory Healthcare, s.f.).
Autores como Lang,., et al., (2017), señalan que los enfoques de rehabilitación de LCA
actuales hacen hincapié en la importancia del movimiento inmediato y levantamiento de peso
temprano, ejercicios de los músculos inmediatos, ejercicios cinéticos de la cadena, actividades
funcionales, principios y un retorno más rápido a los deportes. De la misma forma se deben
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implementar ejercicios de control propioceptivo y neuromuscular para que los atletas de alto
nivel puedan recuperar la estabilidad de la articulación dinámica y funcional necesaria en la
competición atlética
Según Abush, et al., (2012) es significativo al momento de realizar la planificación del
entrenamiento específico, tener en cuenta las condiciones físicas del atleta y su gesto
deportivo. En las primeras 4 semanas después de la cirugía, los objetivos durante este período
son para minimizar el dolor y la inflamación mediante el manejo de medios terapéuticos
(termoterapia, crioterapia, magnetoterapia, etc.), ganar rangos de movilidad articular haciendo
énfasis en la extensión, esto es importante lograrlo en el primer mes post
quirúrgico mediante la movilidad activa asistida, en muchos casos cuando el atleta presenta
una disminución de ROM en extensión es necesario el uso de la técnica de tracción
Asimismo, en lo que respecta a la flexión, se debe ir ganando de manera
progresiva teniendo en cuenta el tipo de técnica quirúrgica, fortalecer tanto la musculatura
flexora y extensora de rodilla de manera progresiva, respetando los tiempos de cicatrización de
las estructuras indemnes y trabajar de manera específica en diversos ejercicios de
propiocepción para reeducar al ligamento y de esta manera favorecer las repuestas
automáticas y reflejas del mismo ante los movimientos (Adams, D., et al., 2012).
Se debe considerar que, en la fase de fortalecimiento de la rehabilitación de un
postoperatorio (POP) de LCA, es importante primero que la amplitud del movimiento y la
movilización de la rótula se debe alcanzar lo antes posible ya que de esta manera se evitan
adherencias en el tendón rotuliano, segundo esta fase generalmente se implementa posterior a
la semana 4 hasta el mes 6 y puede ser prolongado más tiempo de ser necesario (Malempati,
C., et al., 2015).
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Finalmente, la progresión de la misma está sujeta a que el atleta no presente dolor
articular ni inflamación a corto plazo posterior a los ejercicios, de ser así se debe suspender los
ejercicios entre 6 a 12 horas en general (Álvarez, y García, 2015).
En esta fase, el objetivo principal debe ser la técnica apropiada y evitar la sustitución
mediante mecanismos de compensación. En cuanto al manejo de pesos, estos se deben
aumentarse gradualmente junto con movimientos multidireccionales los cuales se pueden
incorporar para imitar la actividad funcional y atlética (Malempati, C., et al., 2015).
METODOLOGÍA
Este estudio utilizó un enfoque cuantitativo, con un diseño no experimental y de corte
transversal, centrado en la evaluación de la rehabilitación postquirúrgica del ligamento cruzado
anterior (LCA) en jugadores profesionales de futbol. El nivel de investigación fue descriptivo,
permitiendo observar y caracterizar la evolución funcional de los deportistas sin manipular
variables (Hernández, et .al. 2008). Se trabajó con una muestra intencionada de 16 jugadores
operados de LCA, cumpliendo criterios de inclusión previamente establecidos. La recolección
de datos se realizó mediante observación directa, utilizando como instrumentos la lista de
cotejo, aplicados en un entorno privado dentro del club de primera división, con consentimiento
informado y participación voluntaria. Las variables analizadas fueron el nivel de inflamación,
rango articular, recuperación de la fuerza muscular y reinserción a la actividad deportiva,
definidas y operacionalizadas según indicadores fisiológicos y funcionales. Los datos se
procesaron mediante tabulación manual en Excel, facilitando su representación en cuadros y
gráficos estadísticos. Se garantizaron principios éticos fundamentales como la confidencialidad,
la validez científica, la justicia en la selección de los participantes y el respeto por los derechos
individuales.
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RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Tabla 1
Rehabilitación kinésica post quirúrgico de ligamento cruzado anterior en la fase inmediata
Opciones
Si
No
F
%
%
Extensión completa de
rodilla
0
0%
100%
Control de cuádriceps
7
44%
56%
Marcha con muletas
16
100%
0%
Control de las fuerzas
externas
2
13%
87%
Figura 1
Rehabilitación kinésica post quirúrgico de ligamento cruzado anterior en la fase inmediata
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591 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Los hallazgos en esta etapa revelan limitaciones significativas en la ejecución de
componentes terapéuticos clave. El 100 % de los jugadores evaluados no alcanzó la extensión
completa de la rodilla, lo cual constituye una alerta clínica crítica, pues la restauración temprana
de la extensión previene artrofibrosis y restringe complicaciones funcionales en fases
posteriores (Shelbourne et al., 2006). Esta carencia apunta a deficiencias en la aplicación del
protocolo de ejercicios pasivos y activos durante las primeras 48 horas postoperatorias.
Asimismo, solo el 44 % de los sujetos logró una activación adecuada del cuádriceps, lo
que indica inhibición muscular generalizada; dado que la activación precoz de este músculo
estabiliza la rodilla, reduce la atrofia y facilita el control motor, esta baja respuesta puede
asociarse al dolor postquirúrgico, inhibición neuromuscular o a la falta de intervenciones
específicas como la estimulación eléctrica funcional (Palmieri-Smith et al., 2008). En contraste,
el 100 % cumplió con la marcha asistida mediante muletas, demostrando adherencia al
protocolo de movilidad protegida, esencial para evitar sobrecarga articular y favorecer la
progresión hacia la independencia funcional. No obstante, apenas el 13 % utilizó ortesis
(“brace”) o estrategias biomecánicas de protección durante la marcha, lo que evidencia una
subutilización de medidas preventivas frente a fuerzas externas que podrían comprometer la
integridad del injerto. En conjunto, estos resultados resaltan la necesidad de reforzar el
seguimiento y la correcta implementación de los protocolos de rehabilitación inmediata,
insistiendo en la extensión temprana de rodilla, la activación de cuádriceps y el uso sistemático
de dispositivos de protección articular.
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592 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Tabla 2
Rehabilitación kinésica post quirúrgica de ligamento cruzado anterior en la fase temprana
Opciones
Si
No
F
%
F
%
Ejercicios pasivos para mejorar el arco de
movilidad
16
100%
0
0%
Ejercicios activos para mejorar el arco de
movilidad
15
94%
1
6%
Extensión completa y flexión de 90º
3
19
%
13
81%
Potenciación muscular
13
63%
3
37%
Figura 2
Rehabilitación kinésica post quirúrgica de ligamento cruzado anterior en la fase temprana
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593 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Los resultados obtenidos en la fase temprana de rehabilitación kinésica tras la
intervención quirúrgica del ligamento cruzado anterior (LCA) en jugadores de fútbol revelan una
adecuada adherencia a prácticas terapéuticas esenciales, aunque persisten limitaciones en
componentes clave del proceso de recuperación. El 100 % de los futbolistas realizó ejercicios
pasivos orientados a mejorar el arco de movilidad, en línea con las recomendaciones clínicas
que promueven la movilidad temprana para prevenir rigideces articulares y adherencias (Wilk et
al., 2012). Además, el 94 % complementó esta fase con ejercicios activos, lo que refleja una
transición progresiva hacia la movilidad funcional; sin embargo, su aplicación debe ser
cuidadosamente dosificada para evitar sobrecargas prematuras en la articulación. A pesar de
este enfoque terapéutico, solo el 19 % de los jugadores alcanzó la extensión completa de
rodilla y una flexión de 90°, lo cual constituye una limitación significativa en términos de
resultados funcionales iniciales. Esta baja tasa de éxito puede atribuirse a factores como dolor
postoperatorio, inflamación persistente o protocolos conservadores, afectando directamente la
progresión hacia fases más avanzadas de la rehabilitación. Diversos estudios han señalado
que un rango de movimiento adecuado durante las primeras semanas es un predictor crítico del
éxito funcional a largo plazo (Adravanti et al., 2020). En cuanto al fortalecimiento muscular, el
63 % de los jugadores inició esta etapa, lo que representa un avance hacia la recuperación de
la fuerza muscular, especialmente del cuádriceps, cuya función es esencial en la estabilización
articular. No obstante, el 37 % restante no inició este componente, lo que indica una
recuperación incompleta en relación con las demandas físicas del deporte profesional. La
ausencia de fortalecimiento oportuno puede aumentar el riesgo de atrofia y retrasar el retorno a
la competencia (Palmieri-Smith et al., 2008). En síntesis, si bien se evidenció un cumplimiento
general en las estrategias iniciales de movilidad, las limitaciones observadas en el rango de
movimiento y en la activación muscular reflejan la necesidad de optimizar los protocolos de
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594 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
rehabilitación, garantizando un abordaje integral que permita una recuperación funcional
completa y un reintegro seguro a la actividad deportiva.
Tabla 3
Rehabilitación kinésica post quirúrgica de ligamento cruzado anterior en la fase avanzada
Opciones
Si
No
F
%
F
%
Ejercicios activos y pasivos para mejorar
el arco de movilidad hiperextensión y
flexión competa potenciación muscular
16
100%
0
0%
Ejercicios excéntricos y concéntricos en
CCC
12
75%
4
25%
Ejercicio de marcha
15
94
%
1
6%
Ejercicios de propiocepcion
2
13%
14
87%
Figura 3
Rehabilitación kinésica post quirúrgica de ligamento cruzado anterior en la fase avanzada
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595 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Los resultados obtenidos en la presente investigación evidencian una alta adherencia a
las prácticas kinésicas recomendadas en la fase avanzada de rehabilitación postquirúrgica del
ligamento cruzado anterior en jugadores de fútbol de élite del Club Libertad. El 100 % de los
participantes refirió haber realizado ejercicios activos y pasivos destinados a mejorar el arco de
movilidad, incluyendo la hiperextensión y la flexión completa, así como la potenciación
muscular, lo cual coincide con lo propuesto por Escamilla y Macleod (2017), quienes señalan
que la recuperación del rango completo de movimiento y la fuerza muscular son objetivos
esenciales en esta fase para prevenir recaídas y asegurar un retorno seguro al deporte.
Asimismo, el 94 % indicó haber realizado ejercicios de marcha, aspecto clave en la
readaptación funcional y neuromuscular, según lo expuesto por Risberg et al. (2016), quienes
destacan que la correcta readaptación de los patrones de marcha favorece la estabilidad
articular. En relación con los ejercicios excéntricos y concéntricos en cadena cinética cerrada
(CCC), el 75 % manifestó su implementación, lo que sugiere una incorporación
moderadamente adecuada de este tipo de ejercicios, fundamentales para la reactivación
progresiva del cuádriceps y los isquiotibiales (Myer et al., 2006). Sin embargo, se observó una
baja frecuencia en la realización de ejercicios de propiocepción, lo que representa una
limitación significativa en el programa de rehabilitación aplicado. La propiocepción es esencial
en esta etapa para restablecer el control neuromuscular y prevenir lesiones recurrentes
(Grooms et al., 2015).
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596 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Tabla 4
Rehabilitación kinésica post quirúrgico de ligamento cruzado anterior en la fase de retorno al
deporte.
Opciones
Si
No
F
%
F
%
Aumento progresivo de la carrera en
distancias e intensidad
16
100%
0
0%
Ejercicios biométricos
16
100%
0
0%
Figura 4
Rehabilitación kinésica post quirúrgico de ligamento cruzado anterior en la fase de retorno al
deporte.
La rehabilitación kinésica postquirúrgica de ligamento cruzado anterior (LCA) es una
etapa crítica en el proceso de recuperación, particularmente durante la fase de retorno al
deporte. En este contexto, los resultados obtenidos en la investigación reflejan un enfoque
positivo y efectivo en la rehabilitación de los jugadores de fútbol, quienes fueron sometidos a
una intervención quirúrgica del LCA. Los datos obtenidos revelan que el 100 % de los
jugadores experimentaron un aumento progresivo en la carrera, tanto en distancias como en
DOI: https://doi.org/10.71112/mkq4z695
597 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
intensidad, lo que sugiere que la rehabilitación implementada fue eficaz para mejorar la
capacidad cardiovascular y la resistencia física en los jugadores. Este hallazgo coincide con
estudios previos que demuestran que la rehabilitación postquirúrgica del LCA debe incluir un
enfoque gradual y progresivo en la actividad física para asegurar una transición segura de los
pacientes de la fase de rehabilitación a la vuelta plena al deporte (Paterno et al., 2012). La
progresión de la carrera es fundamental para restaurar la funcionalidad de la rodilla y garantizar
la seguridad del jugador en actividades de alta demanda física, como el fútbol profesional.
Además, se reportó que el 100 % de los jugadores realizaron ejercicios biométricos, lo
que indica que la rehabilitación se centró no solo en la mejora del rendimiento físico, sino
también en la prevención de posibles lesiones futuras. Los ejercicios biométricos, tales como
los trabajos de propriocepción y fortalecimiento muscular específico, son esenciales para
mejorar la estabilidad de la rodilla y prevenir posibles recaídas (Griffin et al., 2006). La
realización de estos ejercicios no solo beneficia la musculatura circundante al LCA, sino
también la mejora de la coordinación y el control neuromuscular, factores clave en la
prevención de lesiones adicionales.
CONCLUSIONES
En primer lugar, la implementación de un aumento progresivo en la carrera, tanto en
distancias como en intensidad, en el 100% de los jugadores demuestra que la rehabilitación fue
efectiva en cuanto a la mejora de la capacidad cardiovascular y la resistencia física, elementos
esenciales para un retorno seguro al deporte. Esto coincide con la evidencia que sugiere que
una progresión gradual en la actividad física es crucial para evitar sobrecargas y lesiones
recurrentes.
Además, la realización de ejercicios biométricos por parte de todos los jugadores
subraya la importancia de trabajar no solo en el fortalecimiento de la musculatura específica,
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598 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
sino también en el control neuromuscular y la estabilidad de la rodilla, lo cual es fundamental
para la prevención de recaídas. La literatura respalda la efectividad de estos ejercicios para
mejorar la coordinación y el control de los movimientos, factores clave en la reducción del
riesgo de nuevas lesiones.
Sin embargo, es importante señalar que, aunque la rehabilitación de los jugadores
mostró un progreso favorable en cuanto al retorno a las actividades deportivas, se deben
considerar intervenciones adicionales para mejorar aspectos clave como la potenciación
muscular en fases tempranas. Los resultados reflejan que solo un 63% de los jugadores
participaron en la potenciación muscular durante la fase temprana, lo cual puede haber
afectado la restauración óptima de la fuerza muscular necesaria para un rendimiento deportivo
pleno.
Asimismo, la escasa participación en ejercicios de propiocepción en la fase avanzada
de la rehabilitación (solo un 13% de los jugadores) destaca una limitación crítica, ya que la
propiocepción es esencial para restablecer el control neuromuscular y garantizar la estabilidad
funcional a largo plazo.
Declaración de conflicto de interés
Las autoras declaran no tener ningún conflicto de interés relacionado con esta
investigación.
Declaración de contribución a la autoría
Gumercinda Cáceres Gonzales: conceptualización, metodología, investigación, redacción
borrador original, supervisión
Anabella Mónica Retamozo Blaires: metodología, validación, curación de datos, redacción
revisión y edición, administración del proyecto
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599 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Daisy Antonella Chaparro Santacruz: investigación, visualización, recursos, redacción
revisión y edición
Miguela Beatriz Larroza Villalba: curación de datos, análisis formal, software, visualización
Bettina López: adquisición de fondos, supervisión, administración del proyecto, redacción
revisión y edición
Declaración de uso de inteligencia artificial
Los autores declaran que utilizaron la Inteligencia Artificial como apoyo para este
artículo, y también que esta herramienta no sustituye de ninguna manera la tarea o proceso
intelectual. Después de rigurosas revisiones con diferentes herramientas en la que se
comprobó que no existe plagio como constan en las evidencias, los autores manifiestan y
reconocen que este trabajo fue producto de un trabajo intelectual propio, que no ha sido escrito
ni publicado en ninguna plataforma electrónica o de IA.
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