Forma Descripción generada automáticamente
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Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias
Volumen 2, Número 2, 2025, abril-junio
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
EL JUEGO COOPERATIVO, ESTRATEGIA PEDAGÓGICA
PARA FORTALECER EL CLIMA ESCOLAR: UNA REVISIÓN TEÓRICA
COOPERATIVE PLAY: A TEACHING STRATEGY
TO STRENGTHEN THE SCHOOL CLIMATE: A THEORETICAL REVIEW
Edith Yojana González Rojas
Juan Javier Calle Diaz
Panamá
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
519 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
El juego cooperativo, estrategia pedagógica para fortalecer el clima escolar:
una revisión teórica
Cooperative play: a teaching strategy to strengthen the school climate: a
theoretical review
Edith Yojana González Rojas
edithyo1410@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0007-5934-8166
Universidad de Panamá
Panamá
Juan Javier Calle Diaz
jujacadi@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-6856-9784
Universidad de Panamá
Panamá
RESUMEN
El presente artículo de revisión bibliográfica y sistemática busca examinar la influencia que
puede ejercer el juego colaborativo, como táctica pedagógica, en la mejora del clima escolar;
para ello utiliza una metodología cualitativa bajo un método de análisis denominado PRISMA
que selecciona, elige, analiza y expone diversos artículos, asegurando la pertinencia y la
contextualización entre los años 2016 al 2025. Parte de un análisis conceptual de términos
como clima escolar y juego cooperativo; expone teorías e investigaciones, a modo de estado
del arte, relacionadas con el tema. Los hallazgos evidencian que la implementación del juego
cooperativo mejora las relaciones interpersonales y las habilidades socioemocionales,
disminuyendo la violencia escolar, promoviendo la inclusión educativa y el progreso de los
procesos de enseñanza aprendizaje. Para concluir se puede establecer que el juego
cooperativo puede transformarse en una estrategia didáctica que promueve la formación
integral del estudiante y su ambiente escolar.
Palabras clave: aprendizaje significativo; clima escolar; convivencia escolar; juego
cooperativo; habilidades socioemocionales
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
520 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
ABSTRACT
This systematic bibliographic review seeks to examine the influence that collaborative play
can have, as a pedagogical tactic, on improving school climate. To do so, it uses a qualitative
methodology under an analysis method called PRISMA that selects, chooses, analyzes, and
presents various articles, ensuring relevance and contextualization between the years 2016
and 2025. It begins with a conceptual analysis of terms such as school climate and cooperative
play; it presents theories and research, serving as a state-of-the-art, related to the topic. The
findings show that the implementation of cooperative play improves interpersonal relationships
and socio-emotional skills, reducing school violence, promoting educational inclusion, and
progressing the teaching-learning processes. In conclusion, it can be established that
cooperative play can be transformed into a teaching strategy that promotes the
comprehensive development of students and their school environment.
Keywords: meaningful learning; school climate; school coexistence; cooperative play; socio-
emotional skills
Recibido: 25 de abril 2025 | Aceptado: 14 de mayo 2025
INTRODUCCIÓN
El concepto y significado de escuela, en los últimos tiempos, ha tenido varias
transformaciones, pasando de concebirse como un espacio destinado para la trasmisión de
conocimientos, a un contexto vital donde se forma integralmente, orientados por valores
sociales y posturas en un mundo globalizado. Bajo esta idea el tema del ambiente o clima
escolar ha venido adquiriendo una gran importancia en cuanto que este influye
notoriamente en los procesos de enseñanza aprendizaje, la convivencia escolar, y la salud
mental de los estudiantes; idea que se refuerza en el planteamiento de Arón & Milicic
(1999), al considerar que la escuela es el espacio donde, los niños y las niñas, aprenden a
convivir, a respetar y a desarrollarse en sociedad. Es este énfasis social y relacional es el
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
521 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
que demanda de la educación responder a las necesidades de su entorno, mediante
estrategias didácticas y pedagógicas que mejoren el clima escolar, creando ambientes
seguros y estables.
Bajo este contexto, el juego cooperativo emerge como una estrategia pedagógica
que busca responder a varios desafíos de la educación en un mundo globalizado y
transversado por la modernidad, que estimula el apoyo y el trabajo en equipo; a diferencia
de los juegos competitivos que se enfocan en solo ganar o superar al otro, de ahí que los
juegos cooperativos estimulen la cooperación, el éxito compartido, la empatía, la inclusión
educativa, fomentando la equidad entre pares. Omeñaca, & Ruiz (2012), al respecto
manifiestan que el juego cooperativo es un recurso pedagógico que promueve el desarrollo
de habilidades socioemocionales, la colaboración entre pares, la comunicación asertiva y la
responsabilidad compartida; adicional a ello el juego cooperativo se convierte para la
pedagogía en una experiencia revolucionaria que transforma la vida integral del estudiante.
El principal objetivo de este artículo es el de examinar la efectividad del juego
cooperativo en la mejora del clima escolar, a través de un análisis sistemático de literatura
existente y pertinente al tema de investigación, que tenga en cuenta una clarificación
conceptual de los términos que entran en juego en la investigación, y una presentación de
las diferentes posturas teóricas e investigativas, a modo de estado del arte. Este proceso
académico busca adicional a lo mencionado anteriormente, analizar como las diferencias
estrategias lúdicas, de manera concreta, el juego cooperativo incide en las relaciones
interpersonales, las habilidades socioemocionales, el comportamiento y los demás aspectos
que promueven el aprendizaje significativo del estudiante. Este proceso de revisión
bibliográfica y sistemática, direccionado a una selección rigurosa de artículos, una
descripción y un análisis de estos, bajo unos criterios previamente establecidos de inclusión
y exclusión.
El gran aporte e importancia de este artículo reside en el hecho de relacionar dos
elementos cruciales en el contexto educativo actual, como lo son: el bienestar
socioemocional de los estudiantes y el imperativo de tener en cuenta estrategias
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522 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
pedagógicas inclusivas y dinámicas para promover la educación integral y significativa. En
contextos donde se debe asegurar la educación, notoriamente marcados por la
diferenciación social, la violencia en todas sus manifestaciones, la competencia desmedida,
apuntarle a recuperar el sentido colaborativo y humano de la educación, se convierte en un
gran desafío y es allí donde surge el juego cooperativo como un gran aliado. López Melero
(2001), señala que la educación actual debe estar centrada no solo en trasmitir
conocimientos, sino apuntar a la construcción ética de la sociedad donde se da el fenómeno
educativo, en educar en y para una sana vivencia en comunidad. Para ello el Juego
Cooperativo emerge como un camino y a la vez un proceso que apunta a eses desarrollo
integral de la persona y la sociedad.
El artículo está dividido en siete subtítulos que abordan de manera secuencial la
temática relacionada con el Juego y el clima escolar, con todo lo que este último concepto
atañe: parte de una definición conceptual de los términos relevantes; pasa a exponer los
fundamentos teóricos que respaldan el objetivo del articulo; aparece la diferenciación entre
el juego cooperativo y el competitivo; la utilidad dada al juego con el objetivo de modificar la
convivencia escolar; el su impacto en el clima escolar, en las relaciones y habilidades de los
estudiantes; y por último, un estado del arte pertinente y contextualizado. Este artículo
apunta a proporcionar una guía para el campo de la docencia, la investigación y la política
educativa, de tal manera que se aúnen esfuerzos por construir una educación más humana,
equitativa, colaborativa y significativa.
METODOLOGÍA
El presente estudio se desarrolló bajo la estrategia denominada Revisión Sistemática
(RS); de acuerdo a lo que establece Grant & Booth (2009), el RS es un método que busca
sintetizar las fuentes y a la vez la literatura con el objetivo de definir, evaluar, analizar e
interpretar la las bases de datos existentes sobre un tema concreto, este proceso se llevó a
cabo en varios momentos: en un primer lugar, se realizó una búsqueda detallada de
artículos e investigaciones relacionadas con el objeto de estudio; en un segundo momento
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
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se analizaron minuciosamente los documentos recopilados que fueran pertinentes y
actualizados con el objetivo de la investigación, en contextos similares, extrayendo de allí
los principales hallazgos; para finalizar, se excluyeron los artículos que no tenían relación
con el tema, descontextualizados y anacrónicos. Proceso que se puede comprobar en las
tres (3) tablas que se exponen a continuación:
Tabla 1
Parámetros para incluir y excluir Documentos
Estudios
incluidos
Parámetros
de búsqueda
Parámetros de inclusión
Parámetros de exclusión
20
Año de la
publicación
(2016 - 2025)
1. Pertinencia en la temática e
impacto en población de estudio
1. Falta de pertinencia con
la temática.
2. Año de la publicación (2015 -
2025), excepto teorías cruciales.
2. Fuentes no académicas.
3. Investigaciones con
metodologías establecidas y
sistemáticas.
3. Fuentes anacrónicas.
4. Artículos en revistas indexadas,
tesis doctorales o libros con rigor
científico.
4. Poblaciones distintas y
Contextos no pertinentes.
Fuente: E. González (2025) Flujo de la búsqueda de artículos de la presente revisión.
Tabla 2
Base de datos utilizadas para encontrar artículos
Base de datos/Fuentes
Google Scholar
Scielo
Scopus
Redalyc
E- Libro
Dialnet
Unesco SITEAL
Total
Fuente: Elaboración Propia Autora
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
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Tabla 3
Revisión de artículos por años de publicación
Año de la publicación
Nº de publicaciones
2025
2
2024
1
2023
4
2022
3
2021
2
2020
2
2019
1
2018
2
2017
2
2016
1
Total
20
Fuente: Elaboración Propia Autora
Teniendo en cuenta los parámetros para la búsqueda y posterior inclusión y exclusión
de publicaciones pertinentes al objetivo de la investigación, cuyo tema es el impacto del juego
cooperativo en el fortalecimiento del clima escolar durante el proceso de enseñanza
aprendizaje, se pudo diseñar la tabla No 4 que responde al año de publicación, a los autores,
al título y a los hallazgos encontrados pertinentes y relevantes a la investigación, su contexto
y su población, la cual aparece a continuación.
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525 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Tabla 4
Análisis sistemático sobre el uso del juego cooperativo en la mejora del clima escolar
Autores
Año
Título del estudio
Hallazgos principales
Base de
datos/Fuentes
1
Cañizares,
et al.
2025
Los juegos cooperativos como
estrategia didáctica para el
fortalecimiento de la convivencia
escolar en Ocaña
Los juegos cooperativos fortalecieron el clima escolar,
reduciendo conflictos y fomentando el respeto, la colaboración y
el sentido de pertenencia en el aula.
Scielo
2
Peñafiel, et
al
2025
El clima escolar: factor importante en
el aprendizaje
Un clima escolar positivo favorece la motivación, el compromiso
y el aprendizaje, el negativo afecta el interés estudiantil. La
relación entre estudiantes es clave en este proceso.
Scopus
3
Barahona &
Rosero
2024
Los juegos cooperativos para
promover las relaciones
interpersonales en estudiantes de la
Escuela Normal Superior de Pupiales.
El uso de juegos cooperativos mejoró las relaciones
interpersonales, fortaleciendo la comunicación, la empatía y el
respeto, redujo la agresión reactiva, aumentó la inclusión y
fomentó la cooperación, creando un clima escolar armonioso.
Google Scholar
4
Moreno
2023
Clima escolar como factor de calidad
educativa
Los resultados evidenciaron la importancia de medir el clima
escolar para detectar debilidades en el sistema educativo y
proponer estrategias de mejora.
Scopus
5
Vaca, J. A.
2023
Intervención educativa con juegos
cooperativos en escuelas primarias de
Ciudad Juárez
Los juegos cooperativos favorecen el trabajo colaborativo, e
inciden directamente en la disminución de la ansiedad escolar y
en la mejora de la autoestima de los estudiantes.
E- libro
6
Guerrero,
et al.
2023
El trabajo cooperativo: Una estrategia
lúdica para mejorar la convivencia
escolar
El trabajo cooperativo mejoró el clima escolar, fortaleciendo el
apoyo, la valoración personal y el disfrute en el aprendizaje, lo
que resultó en mejores habilidades y rendimiento académico.
Dialnet
7
Soto
2023
La influencia del clima escolar en el
aprendizaje: revisión sistemática
Un clima escolar positivo favorece la motivación, el compromiso
y el desarrollo socio afectivo de los estudiantes, impactando en
su aprendizaje. Un ambiente desfavorable reduce la
participación, dificulta la gestión emocional y debilita el sentido de
pertenencia.
Google Scholar
8
Fuentes &
Pinto
2022
Conductas sociales, su promoción a
través del juego cooperativo para
mejorar la convivencia escolar
Los juegos cooperativos fomentan conductas sociales como la
cooperación y el respeto, mejorando el clima escolar y
reduciendo la agresión en niños de primaria.
Scopus
9
Pérez y
Puentes
2022
Clima escolar: conceptualización y
variables
El clima escolar influye en el aprendizaje y bienestar de la
comunidad educativa.
Google Scholar
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
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10
Quispe et
al.
2022
Percepciones de docentes en
formación sobre el juego cooperativo y
el clima escolar
El juego cooperativo genera un ambiente de confianza, fortalece
la comunicación asertiva y permite resolver conflictos desde el
diálogo.
Dialnet
11
Oliveira &
Costa.
2021
Juegos cooperativos como estrategia
para reducir el acoso escolar
La introducción de juegos que exigen interdependencia positiva
entre los participantes redujo en un 40% las conductas de
intimidación y aumentó los reportes de apoyo entre pares.
Scielo
12
Ruíz
2021
El clima escolar como eje fundamental
para el mejoramiento de la calidad
educativa
El autor devela como influye el clima escolar en la calidad
educativa, al estar vinculado con la convivencia, la pedagogía
para la paz y la gestión escolar.
Dialnet
13
Murillo &
Tirado
2020
Juegos cooperativos en la convivencia
escolar: análisis desde la interacción
entre los actores educativos
Impacto positivo de la implementación de los juegos cooperativos
en el clima escolar al mejorar las conductas asertivas y reducir
las disfuncionalidades en las interacciones.
Scopus
14
López
Jiménez
2020
El juego cooperativo en aulas
multigrado: un estudio longitudinal en
zonas rurales de México.
El uso de tic y dinámicas lúdicas como juegos cooperativos
fomentó la interacción positiva, promovió un ambiente armonioso
y el desarrollo de habilidades socioemocionales.
E- libro
15
Cerchiaro,
et al.
2019
Juegos cooperativos y razonamiento
prosocial en niños: efectos de un
programa de intervención
La implementación de un programa psicoeducativo basado en
juegos cooperativos mejoró significativamente el razonamiento
prosocial en los estudiantes.
Redalyc
16
López, et
al.
2018
Clima escolar y desempeño docente:
Un caso de éxito. aproximaciones a
escuelas publica de la provincia de
Carchi-Ecuador
En este estudio se concluyó que un clima escolar positivo motiva
a los docentes y favorece la efectividad escolar, incluso en
contextos limitados.
Unesco
SITEAL
17
Gil
2018
Mejora de las relaciones
interpersonales a través del juego
cooperativo
Mejoró las relaciones entre alumnos, fomentando colaboración y
compañerismo. Impulsó cambios en el colegio, con nuevas
estrategias para fortalecer el clima escolar y prevenir conflictos.
Google Scholar
18
Cobaleda,
et al.
2017
Juego cooperativo, conflicto y clima
escolar
Reducción en conductas agresivas, y mejora en el respeto, la
solidaridad y la cohesión grupal. La participación de docentes y
familias consolidó un ambiente escolar más armonioso.
E- libro
19
Robles
2017
Juegos cooperativos para mejorar la
convivencia escolar en estudiantes de
instituciones educativas de inicial.
El estudio confirmó que la aplicación de juegos cooperativos
mejora significativamente el clima escolar.
Dialnet
20
Omeñaca &
Ruiz
2016
Juegos cooperativos: jugar para
convivir
El uso de los juegos cooperativos promovió un clima escolar
armonioso, reduciendo conductas violentas y fomentando
relaciones sociales positivas para una paz duradera.
Redalyc
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
RESULTADOS
Gracias a los diferentes aspectos que emergieron a lo largo de este proceso de revisión
sistemática sobre el uso del juego cooperativo como estrategia para fortalecer el clima escolar,
se pudieron identificar ciertas categorías conceptuales. Éstas aportan significativamente al
campo de la investigación y la pedagogía, en torno a estos dos temas: juego cooperativo y
clima escolar, vistos desde el ámbito de la educación. Seguidamente se exponen estas
categorías de acuerdo a las investigaciones presentadas:
Clarificación conceptual: clima escolar y juego cooperativo: el clima escolar surge
de varios elementos que entran en juego no solo al interior el aula, sino factores externos que
influyen en el ambiente que se vivencia en el proceso educativo, entre ellos se resalta el
contexto, las relaciones interpersonales, las habilidades socioemocionales de cada uno de los
estudiantes, los ritmos de aprendizaje, la disciplina, entre otros. De acuerdo a lo anterior Soto
(2023), considera que el clima escolar es el reflejo de un sin número de elementos subjetivos
de los estudiantes y objetivos propios de la realidad educativa de la escuela y del entorno en el
cual se desarrolla, en el que se evidencias las normas, valores y constructos sociales, las
relaciones intrafamiliares, la priorización de necesidades sociales y culturales, entre otras.
Diferentes investigaciones han interpretado el significado de clima escolar desde
diferentes posturas y contexto; al respecto Loukas (2007), manifiesta que la relación que se dé
al interior de la comunidad educativa influye significativamente en el clima escolar,
específicamente en aspectos tales como el trato interpersonal, la toma de decisiones conjuntas,
entre otros. Por otra parte Benbenishty & Astor (2005), relacionan el concepto clima escolar con
las relaciones de cooperación que se da en la escuela entre estudiantes y docentes en pro de
un bien común, y con la aceptación equitativa de las normas sociales y educativas que
emergen en estos procesos y relaciones interpersonales.
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Jares (1992) posibilita contextualizar un nuevo concepto que entra en escena y que
permitirá comprender la intencionalidad de este artículo y es el de juego cooperativo, el cual, el
mismo entiende como el juego cooperativo es aquel en el que se forman alianzas y se
establece un vínculo de solidaridad entre los jugadores, en este caso estudiantes que
comparten escenarios, objetivos y otros aspectos comunes, lo interesante de este tipo de juego
es que no existen ganadores ni perdedores individuales, en cuanto que se unen esfuerzos para
superar los desafíos y alcanzar las metas inicialmente planteadas al interior de los ambientes
educativos. El juego cooperativo, es una actividad lúdica en la que los participantes trabajan
juntos hacia un objetivo común, en lugar de competir entre sí, es un proceso de sinergia con
miras a alcanzar un objetivo que los beneficiara a todos.
Los juegos competitivos se centran principalmente en el logro o la meta planeada y
compartida y para dar consecución el proceso del juego se realiza de manera colaborativa
entre los integrantes de los “equipos”, a diferencia de los juegos competitivos donde la principal
intención es el triunfo individual, pensando y actuando siempre en pro del beneficio personal y
superando a los demás. Al respecto Brown (1992), y Omeñaca & Ruiz (2012), expresan que el
juego cooperativo además de los valores agregados que comúnmente se conocen, facilita la
liberación de centrase egoístamente en una causa, disminuye los factores de competitividad,
controla la agresión, promueve la inclusión y gestiona la participación de todos asignando roles
en beneficio de un grupo.
La implementación de los juegos cooperativos en el aula, trae consigo una gran ventaja,
su adaptabilidad, en cuanto que se convierten en herramientas flexibles que pueden ser
acondicionadas a contextos culturales y niveles educativos diversos y particulares, con el
objetivo de dar solución a desafíos y necesidades concretas en los procesos de aprendizaje y
las relaciones de convivencia. En sintonía con lo anterior, Guitart (1990), afirma que este tipo
de juegos asegura la diversión, a diferencia de los juegos competitivos; en cuanto que la
finalidad de los primeros es buscar el aprendizaje a través de la diversión, favorece la
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participación de todos los estudiantes, reciben responsabilidades a partir del rol asignado,
donde todos tienen importancia y asegura la equidad en las relaciones interpersonales y que el
aprendizaje adquirido sea significativo y colaborativo.
Teorías sobre el aprendizaje y su relación con el clima escolar: el querer
comprender el impacto del clima escolar en el proceso de aprendizaje ha sido uno de los
expectantes objetivos de estudio de diferentes autores desde diversas perspectivas. En un
primer lugar, no precisamente en orden de importancia, se tienen la teoría ecológica del
desarrollo humano de Bronfenbrenner (1989), en ella el autor considera que el desarrollo
integral del ser humano está condicionado por una gran diversidad de sistemas y procesos
relacionados entre sí, que parten desde lo que él denomina microsistemas, como lo son la
familia y la escuela, y van hasta los macrosistemas entendidos como la cultura, la sociedad, la
política. De acuerdo con lo anterior, el clima escolar está integrado en los denominados
microsistemas, el cual afecta de forma inmediata y directa el desarrollo del estudiante y por
consiguiente su aprendizaje. La calidad y el significado que le den los individuos a las
experiencias educativas radican en la relación de estos micro y macrosistemas entre sí, en
función de un objetivo común.
Otra de las teorías que manifiesta sus argumentos sobre el clima escolar y su relación
con el aprendizaje proviene de la psicología educativa, concibe todo lo que sucede dentro y
alrededor del ambiente escolar como un cúmulo de diversas dimensiones y aspectos físicos,
sociales-culturales y académicos que circundan la vida del estudiante. Desde esta perspectiva
Soto (2023), sostiene que el clima escolar está conformado por un ambiente físico, tales como
la infraestructura, los recursos, la ubicación del municipio, entre otros; unas relaciones
interpersonales, relacionadas con lo que tiene que ver como la convivencia entre los diferentes
miembros de la comunidad educativa; y las practicas pedagógicas, como estrategias didácticas
y pedagógicas y su relación con el currículo. Todos los aspectos mencionados anteriormente
ejercen un gran impacto en la motivación, el rendimiento académico, la convivencia y el
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
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compromiso escolar de los estudiantes. Un clima escolar poco provechoso o desfavorable
disminuye notablemente el rendimiento académico y las relaciones socioafectivas.
Por otro lado, la teoría denominada de la autodeterminación expuesta por Deci & Ryan
(1985), considera que las necesidades psicológicas básicas del estudiante, tales como la
autonomía y la relación son la base para lo que ellos conciben sobre el clima escolar; el
ambiente escolar que busca satisfacer este tipo de necesidades básicas genere en los
estudiantes actitudes que van desde la motivación, hasta su propio bienestar, lo que redunda
en acciones y respuesta a los procesos de enseñanza, en cuanto se da un mayor compromiso,
mejores relaciones en la convivencia escolar y mejores resultados académicos.
En la revisión de la literatura realizada por Díaz & Losada (2021), ponen de manifiesto
una serie de modelos teóricos que entran a explicar y a entender la importancia del clima
escolar, resalando su significando en relación y proyección con lo que se denomina cultura
organizacional, con todo los elementos que la contienen, especialmente la relación existente
entre los diferentes actores educativos, que son los mismos que coinciden con la comunidad
educativa, incluyendo la comunidad exterior en el cual se desarrolla el proceso. Todos los
factores que integran la cultura organizacional, influyen directamente en el clima escolar, en su
convivencia, en la motivación y compromiso con la enseñanza y el aprendizaje y en la misma
forma como se relacionan entre sí.
Las investigaciones realizadas, en diversos contextos, por Gómez (2020), evidencian
que al momento de analizar el clima escolar, específicamente en la población estudiantil, los
factores que más influyen en éste son las relaciones interpersonales, particularmente entre
pares; las normas establecidas al interior del aula, la solución de conflictos escolares dadas en
el proceso, el respeto a la autoridad del docente y la integración de la familia en los procesos
educativos. Con relación a los docentes, el clima escolar tiene una notable mejora cuando se
pone de manifiesto la autoridad del docente, cuando en la puesta en práctica de las diversas
metodologías se evidencian logros académicos de los estudiantes y la percepción que ellos
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
531 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
mismos tienen sobre su ambiente laboral. Los hallazgos anteriormente mencionados resaltan la
complejidad y la confluencia de varios aspectos y dimensiones en el clima escolar.
Principios del juego cooperativo: definiciones, fundamentos y diferencias: una de
las características principales del juego cooperativo es que los participantes en vez de competir
entre ellos, unen esfuerzos, se colaboran mutuamente con la intencionalidad de alcanzar un
objetivo que beneficia a todos, y lo particular es que se hace a través de actividades lúdicas y
recreativas. De acuerdo a la definición dada por Torres Villarroya (2008), los juegos
cooperativos o colaborativos, buscan disminuir la agresividad propia de los juegos competitivos,
y para ello fomenta la sensibilización, la comunicación y la solidaridad entre estudiantes o
participantes. De lo anterior, se puede fortalecer la idea de promover la colaboración, la
inclusión y el trabajo en equipo, en vez de la competencia y el individualismo.
El juego cooperativo, de acuerdo a lo establecido por Omeñaca & Ruiz (2012), tienen
varios criterios para ser reconocido como tal, entre los principios que sobresalen, aparece la
imperativa participación de todos y cada uno de los miembros del equipo, el cese del deseo
competitivo, el que las decisiones se tomen de manera conjunta y consensuada y por último no
olvidar que el proceso siempre resulta ser más interesante y didáctico que el mismo resultado.
En el juego cooperativo no existen ganadores, ni perdedores, en él se promueve un clima de
equidad y respeto al tenerse en cuenta las opiniones y tomar decisiones en conjunto; lo que
lleva a el fortalecimiento de habilidades socioemocionales en los estudiantes, tales como la
empatía, el respeto, la comunicación asertiva y la resolución de conflictos.
Quizás la principal diferencia existente entre el juego colaborativo y el juego competitivo
es la intencionalidad y/o enfoque de cada uno de ellos. Al respecto, Orlick (1978), expresa que
el enfoque del juego cooperativo radica en la colaboración y la consecución del logro
compartido, mientras que el del competitivo se centra en la superación del otro y la obtención
de un premio individual. La magna diferencia entre estos dos tipos de juegos se da en el
desarrollo de valores y habilidades socioemocionales en profe de la sociedad.
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
532 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
De acuerdo a lo presentado por Sánchez (2008), el juego cooperativo se caracteriza y
se diferencia del juego competitivo por su capacidad para adaptarse en diferentes contextos y
desarrollarse de acuerdo a necesidades educativas especiales existentes en el ambiente
escolar, de ahí su relación y vigencia con el tema de la inclusión en educación. Paso seguido
manifiesta que los juegos cooperativos al ser utilizados como estrategias pedagógicas y
didácticas fomentan la inclusión, la participación activa y el desarrollo de habilidades sociales
de los estudiantes en el aula desde sus particularidades y su contexto. Esta maleabilidad
permite hablar del currículo flexible al potencializar su uso por parte de los docentes en cada
una de sus áreas promoviendo procesos de enseñanza y aprendizaje significativos,
colaborativos y contextualizados.
Una de las fortalezas que trae consigo el juego cooperativo es que responde a los
criterios pedagógicos de las teorías del aprendizaje social y constructivista, las cuales hacen
énfasis en la necesidad de la interacción social en el proceso de aprendizaje de los estudiantes
con el contexto y todo lo que ello implica. Al respecto Vygotsky (1978), expresa que la
interacción con los otros es un elemento fundamental para que se dé el aprendizaje, lo que
redunda en concebir el juego colaborativo como un potenciómetro del desarrollo cognitivo y
social de sus participantes.
El juego cooperativo como herramienta para transformar la convivencia escolar:
Las normas establecidas, los valores aceptados socialmente y las prácticas educativas
relacionadas con la inclusión, son la base fundamental de la convivencia escolar entre los
miembros de la comunidad educativa, proceso basado en la interacción dinámica y cotidiana.
López Melero (2001), expresa que la convivencia escolar es un proceso de formación continua,
nunca se agota y está basada principalmente en el respeto, la responsabilidad y la
participación, esto lleva a replantear la idea de que la escuela se limite a la formación
académica, debe ir más allá preparar para una convivencia sana y armónica y para ello el juego
cooperativo es un aliado.
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
533 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
El juego cooperativo, permite fortalecer varios valores propios de las relaciones
sociales, como lo son la solidaridad y la empatía; al respecto Ortega & Del Rey (2006),
aseguran que los juegos cooperativos al fortalecer la cohesión social del grupo al cual se
pertenece, aúna esfuerzos en la consecución de metas; a la vez disminuye los factores de
exclusión y rechazo entre pares. Lo anterior evidencia que las actividades lúdicas y recreativas
grupales generan ambientes positivos en favor de la sana convivencia.
Los juegos cooperativos desempeñan el rol de disminuir las tensiones, el estrés y la
agresividad, orientando positivamente la energía de los estudiantes principalmente en aquello
ambientes donde predominan las situaciones de conflicto y agresividad. De acuerdo a la idea
anterior Salazar & Silva (2022), en una investigación realizada manifiestan que los juegos
cooperativos generan paz, tranquilidad y serenidad en las relaciones sociales e
interpersonales, al canalizar las energías en función de una meta común, de manera especial
en entornos de conflictividad. Por tal motivo se podría establecer que el juego cooperativo no
solo cumple una función recreativa, si no que forma en valores sociales, que promueven una
sana convivencia.
La resolución pacífica de conflictos, la participación democrática y el ejercicio de la
responsabilidad en la realización de tareas grupales e individuales son competencias
ciudadanas que se potencializan mediante el uso del juego cooperativo. Para Cobo &
Rodríguez (2019), la implementación del juego cooperativo en el aula, el cual puede y debe ser
trabajado a temprana edad estudiantil fortalece la convivencia democrática, basada en la
igualdad, el diálogo y la corresponsabilidad; elementos fundamentales para fortalecer una
cultura escolar de respeto, equidad y justicia social, pilares de una convivencia escolar inclusiva
y permanente.
Influencia del clima escolar en las relaciones interpersonales y en la conducta del
estudiante: un factor fundamental y determinante en el desarrollo de las conductas y del
comportamiento del estudiante y las mismas relaciones interpersonales, resulta ser en clima
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534 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
escolar, con todo lo que en él se concibe. Al respecto, Arón & Milicic (1999), manifiestan que el
tipo y calidad del ambiente escolar puede incidir significativamente en el comportamiento y las
actitudes de los estudiantes, en la manera como ellos mismos se relacionan con sus docentes,
con los demás estudiantes y la forma como reaccionan ante los conflictos presentados en su
contexto. Cuando el clima escolar es positivo, armonioso, por sí mismo termina generando
actitudes tales como el respeto, la resolución pacífica de conflictos, la misma empatía, mientras
que cuando el clima escolar es negativo, termina derivando en sujetos reactivos, agresivos y
aislados.
Los patrones de conducta de los estudiantes que están encaminados a establecer
comportamientos basados en la ayuda mutua, el las habilidades emocionales y en el
reconocimiento del otro como un ser integral, son generados por la vivencia de un clima escolar
positivo; así lo afirma Howard et al. (1987), quienes manifestaron que los ambientes escolares
que inciden positivamente en los estudiantes, están marcados por el respeto, la confianza y la
unidad como grupo, lo que genera en ellos pensamientos y actitudes para la participación, lo
que genera un ambiente propicio para el aprendizaje significativo.
Al contrario de lo expresado anteriormente, en un ambiente escolar negativo o reactivo
y hostil, por lo general, termina generando actitudes de agresividad, de estar a la defensiva
frente a cualquier situación u opinión, lo que afecta el desarrollo socioemocional de los
estudiantes y por consiguiente sus relaciones interpersonales. Al respecto Arón & Milicic
(1999), consideran que en los diferentes ambientes escolares donde las relaciones de
conflictividad son muy frecuentes, generan en los estudiantes sentimientos de ansiedad,
desmotivación y estrés, lo que redunda en el deterioro de las relaciones entre los diferentes
miembros de la comunidad educativa y en un bajo rendimiento académico.
Otra de los grandes aportes que trae consigo el clima escolar es su impacto en los
temas relacionados con el autoconcepto y la autoestima de los estudiantes, aspectos que
tienen una gran injerencia en la configuración de habilidades socioemocionales y en las
DOI: https://doi.org/10.71112/szwsym32
535 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
relaciones interpersonales. Sobre el tema, Cabrera & Burgos (2019), afirman que la sensación
de aceptación, valoración y pertenencia a un grupo determinado por parte de cada uno de los
estudiantes, tiene un impacto directo en el comportamiento y en la forma como este se
relaciona con los demás, no solo con sus pares.
El clima escolar desempeña un rol en los entornos escolares de regulador de las
emociones de los estudiantes y por consiguiente de su comportamiento en relación con la idea
que conciben de sí mismos y de los demás. Peñafiel et al. (2025) consideran que cuando se
trabaja en torno a mejorar el clima escolar, en torno a valores que fortalecen as relaciones
interpersonales, se termina fortaleciendo el ambiente grupal y creando condiciones que
potencializan su aprendizaje y su convivencia; los colegios que trabajan constantemente en
mejorar las condiciones que influyen en el clima escolar, generan espacios favorables de
participación en beneficio de sí mismo y de sus pares.
Impacto del clima escolar en el proceso de enseñanza-aprendizaje: el ambiente
emocional y relacional del aula configura las condiciones básicas para que el aprendizaje
ocurra de forma significativa, fluida y motivadora, llevando al estudiante a adquirir la destreza
de aplicarlos en cualquier momento de sus vidas. Hoy & Miskel (2005), manifiestan que el clima
escolar efecto directo en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje en cada uno de
los estudiantes y en su forma como se conciben como grupo; el clima escolar puede
entenderse desde una reflexión pedagógica como la personalidad de cada institución
educativa, en cuanto que este afecta directamente el logro de la misión y la visión, regula el
comportamiento y la convivencia y genera efectos en el rendimiento académico.
Dentro de los procesos de enseñanza aprendizaje es importante que las políticas
escolares no se limiten a lo exclusivamente instruccional o cognitivo, sino que es importante
que permeabilice los diferentes aspectos tales como: lo emocional, lo relacional y lo ético como
componentes del proceso de formación integral del estudiante y de la comunidad. En la misma
línea de lo que considera la OCDE (2015), la mejora del clima escolar fomenta la participación
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536 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
de los estudiantes y las familias, incrementa el sentido de pertenencia y promueve una cultura
de aprendizaje que trasciende el aula. Las escuelas con climas organizacionales saludables no
solo reportan mejores resultados en las pruebas estandarizadas, sino que también logran
reducir la deserción escolar y mejorar el comportamiento en el aula.
En entornos escolares que potencializan la escucha empática, donde se valora al
estudiante, y donde se le ofrece una gran estabilidad emocional, se produce una mayor
disposición al aprendizaje, dado que se reduce la amenaza de fracaso y se estimula la
curiosidad intelectual, llevando con ello a que el estudiante se motive y se lance a la búsqueda
y al aprendizaje sin miedo a errar, a fracasar o a la burla. Bajo este contexto, Pérez-Guevara &
Puentes-Suárez (2022), sustentan que los factores que promueven el aprendizaje son
fortalecidos por ambientes escolares positivos, lo que genera la disminución del estrés, la
ansiedad académica, el miedo al fracaso, y mejoran su rendimiento escolar. La realidad
expuesta anteriormente permite evidenciar que las estrategias pedagógicas y didácticas que
mantienen la afectividad como un eje central resultan siendo más eficaces y ofrecen mejores
resultados que los que se centran en castigar, penalizar o manejan determinados
autoritarismos.
En la medida en que el clima le permite explorar, equivocarse, preguntar y construir
saberes desde la misma relación que tienen con su entorno y con los demás miembros de la
comunidad, el estudiante deja de ser un receptor pasivo y se convierte en un agente activo de
su aprendizaje. La anterior idea va en sintonía con lo planteado por Lahoz (2021), en la medida
que se garantiza en los entornos escolares: el respeto mutuo, y la equidad, se promueve con
ello la participación de los mismos estudiantes y el aprendizaje que termina siendo colaborativo
y significativo; es así como además de lo mencionado anteriormente se genera mayor
autonomía y autorregulación por parte de los estudiantes.
En las instituciones educativas donde se dan situaciones que crean un clima escolar
negativo, se genera con ello procesos de exclusión. López (2019), manifiesta que cuando el
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537 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
clima escolar se deteriora se genera una serie de factores que termina obstaculizando la
creatividad pedagógica, la participación y el trabajo escolar, se dificulta la evaluación formativa
y generan ambientes reactivos donde se le coloca límites al pensamiento crítico, a la
participación lo que en últimas afecta el desarrollo integral del estudiante. En contextos
escolares adversos, el proceso enseñanza-aprendizaje se ve obstaculizado por factores como
la inseguridad emocional, el miedo al error, la escasa motivación, la tensión constante entre los
actores escolares, se limita la participación y no existe un crecimiento grupal ni social del
colectivo.
DISCUSIÓN
El análisis de la revisión sistemática realizada evidencia varios aspectos sobre los
cuales gira la reflexión realizada sobre que el juego cooperativo además de ser una
metodología o estrategia pedagógica y didáctica basada en la lúdica y la recreación, tienen un
gran impacto y una significativa influencia en el clima escolar y este a su vez en el rendimiento
académico, la salud emocional y una sana convivencia de los estudiantes. A continuación se
resaltan algunas ideas fundamentales a resaltar:
Clima escolar como factor estructural del aprendizaje: por clima escolar Hoy &
Miskel (2005) entienden todo un conjunto de concepciones, practicas, relaciones, normas,
valores, estrategias que conforman el entorno educativo y por consiguiente hacen e influyen en
la vida cotidiana de las instituciones educativas. Partiendo de esta corta definición de acuerdo a
todo lo trasegado de este ensayo, Soto (2023) define el clima escolar como la personalidad de
la escuela, lo que lo caracteriza, lo que condiciona todos los demás aspectos de la vida
institucional, tales como las actitudes, las motivaciones, los comportamientos… de los
miembros de las diferentes instancias.
El clima escolar es la personalidad que influye directamente en los diferentes procesos
de la vida institucional, principalmente en el de enseñanza-aprendizaje, así como el de la
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538 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
convivencia escolar, incluyendo las relaciones interpersonales, y el bienestar socioemocional
de cada uno de los estudiantes. Desde este punto de vista, y unido a lo que establece
Barahona & Rosero (2024), la utilización que se haga del juego cooperativo evidencia que un
clima escolar positivo influye directamente en el rendimiento académico y la sana convivencia
de los estudiantes, favoreciendo la motivación, el compromiso académico y la regulación
emocional que el estudiante ejerza sobre sí mismo, cosa contraria, un clima reactivo
incrementa la ansiedad, la exclusión y las conductas agresivas.
El clima escolar, actúa en las instituciones educativas como un regulador del
aprendizaje de cada uno de los estudiantes, de tal manera que el mismo puede retraer,
minimizar o potencializar el desarrollo integral de los estudiantes, específicamente en lo que
tiene que ver con la convivencia y el rendimiento académico como elementos claves de la vida
escolar. De acuerdo a lo mencionado anteriormente, Moreno (2023), evidenció, gracias a las
investigaciones de campo realizadas, que los ambientes o contextos escolares que promueven
la cooperación resultan ser seguros para los mismos estudiantes, lo cual se fortalece una
mayor participación de ellos en las actividades institucionales, genera un significativo aumento
de la empatía y la motivación, lo que los lleva a obtener mejores y mayores resultados
académicos y un aprendizaje significativo.
El juego cooperativo surge como una estrategia pedagógica y planificada, en cuanto
que promueve las relaciones interpersonales, de los estudiantes, fundamentadas en el respeto
al otro, la inclusión en la educación y la corresponsabilidad en el desarrollo de las diversas
actividades. Al respecto Cañizares et al. (2025), establecen que trabajar en el fortalecimiento y
mejoramiento del clima escolar debe convertirse en un objetivo fundamental para la educación;
puesto que el impacto es altamente positivo el que este trae en la convivencia escolar, en las
habilidades socioemocionales de la comunidad educativa y en el rendimiento académico. La
revisión sistemática data que intervenir y transformar el clima escolar demanda la planificación
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539 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
e implementación de acciones pedagógicas planificadas y sostenidas, no de soluciones que
surgen fruto de la improvisación.
El juego cooperativo, estrategia pedagógica para mejorar la convivencia: el
análisis bibliográfico y sistemático realizado permite establecer que el juego cooperativo es una
herramienta didáctica que transforma significativamente los entornos social y educativo de los.
Tal como lo expresan Barahona & Rosero (2024), con respecto a los juegos cooperativos,
cuando manifiesta que ellos fortalecen e impactan positivamente en el clima escolar , de tal
forma que reducen la presencia de conflictos y crean estrategias para solucionarlos, fomentan
el respeto en sus relaciones, fortalecen el sentido de pertenencia institucional y la colaboración,
principalmente entre pares. Cuando se habla de juego cooperativo se hace referencia al
conjunto de actividades lúdicas y recreativas, debidamente planificadas, con el objetivo de
promover interacciones y relaciones personales positivas, genera estrategias de
corresponsabilidad en la ejecución de las tareas, y la potencialización de valores sociales, tales
como la solidaridad, el respeto y la colaboración y el aprendizaje colaborativo.
Los resultados obtenidos frutos de la revisión evidencian la importancia de la
reconfiguración del currículo, a partir de la implementación de actividades basadas en la
cooperación, la lúdica y la recreación. Cañizares et al. (2025), con base en sus investigaciones,
establece que cuando se eligen los juegos cooperativos como estrategias pedagógicas y se
integran al currículo institucional, genera una gran variedad de valores agregados que van
desde la prevención y la resolución de conflictos o problemas de convivencia hasta generar
procesos de aprendizaje significativos y perdurables.
Las habilidades socioemocionales en la prevención de la violencia escolar: el
fortalecimiento de las relaciones interpersonales y el desarrollo de habilidades
socioemocionales de los estudiantes, termina siendo una de los resultados más comunes a lo
largo de la revisión sistemática; atributos como la empatía, la resolución de conflictos, la sana
convivencia, la comunicación asertiva, terminan siendo resultados positivos de todo un proceso
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540 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
de implementación del juego colaborativo que impacta en el clima escolar (Moreno, 2023). En
varios de los artículos de investigación referenciados en la revisión sistemática, Lahoz (2021),
destaca que el uso del juego cooperativo, como estrategia didáctica, optimiza las relaciones
interpersonales y las actitudes emocionales de los estudiantes, entre las que sobresalen la
comunicación asertiva, la empatía y el respeto en la vivencia diaria.
Dentro de los hallazgos encontrados emerge el juego cooperativo no solo como recurso
didáctico para hacer amenas las clases, sino, y de manera especial, como una estrategia de
prevención de la violencia y generador de soluciones a conflictos en los entornos escolares. En
la misma línea, Oliveira & Costa (2021), en su investigación, demuestra que la reducción
considerable de la intimidación, de la agresividad, y del miedo, así como la generación de
actitudes de apoyo y respeto mutuo entre los estudiantes son fruto de la implementación del
juego cooperativo en los entornos escolares; lo que lleva a un mejoramiento del clima escolar.
Se evidenció además, que el juego cooperativo genera opiniones y prácticas que
redundan en fortalecer la participación activa de los estudiantes en las diferentes actividades
programadas, al igual que la responsabilidad compartida al momento de desarrollar las tareas
previamente establecidas. En la revisión realizada por Villaseñor & Muñoz (2024), se hace
mención de una relación directa de proporcionalidad, es decir que a medida que se
implementan en el aula estrategias metodológicas relacionadas con el juego cooperativo,
aumenta la participación de los estudiantes, se mejoran las relaciones personales, se
disminuye la violencia escolar y se potencializa la empatía en temas de convivencia y
rendimiento académico.
Inclusión y cohesión grupal: la inclusión termina siendo otro de los aspectos que se
beneficia fruto de la implementación del juego cooperativo como estrategia pedagógica y que
permite mejorar el clima escolar de los estudiantes, entendida como la posibilidad de integrar
las diferentes necesidades educativas especiales y contextos particulares en el proceso
educativo, que tiene una gran injerencia en el ambiente escolar. En el artículo presentado por
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541 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
López (2020), emerge la idea de que el uso del juego cooperativo, redunda en el desarrollo de
valores agregados al proceso de enseñanza aprendizaje, valores que van desde la integración
de todos los estudiantes, a partir de sus particularidades, sin tener en cuenta las diferencias
culturales, físicas o cognitivas, y la mejora de la convivencia escolar, circunstancias que
actuaban como limitantes en los ambientes escolares.
D’Angelo & Fernández (2016), plantea otro beneficio al incluir el juego cooperativo
dentro del contexto de educación inclusiva, y es el que promueve la formación en competencias
ciudadanas, fortaleciendo valores importantes en la convivencia escolar, tales como: el respeto
por la norma, la participación de todos en la toma de decisiones y el uso responsable y
consecuente de la libertad. Manifestaron que esta implementación lleva a generar la
flexibilización del currículo, al integrar los contenidos, unidos al desarrollo de valores sociales,
lo que lleva a mejorar el clima escolar.
CONCLUSIONES
El análisis realizado a partir de la revisión sistemática de la literatura presentada
pertinente al tema permite concluir que la implementación del juego cooperativo como
estrategia pedagógica en el aula, resulta ser efectiva, como medio para fortalecer
positivamente el clima escolar; teniendo en cuenta que el ambiente escolar es un elemento
fundamental en el proceso educativo, principalmente en los componentes de convivencia
escolar y rendimiento académico. Esta idea se fortalece en la opinión de Benbenishty & Astor
(2005), cuando afirman que la calidad del clima escolar incide significativamente en la
convivencia de los estudiantes, en el fortalecimiento de las habilidades socioemocionales y en
su rendimiento académico.
Las experiencias pedagógicas basadas en la lúdica y la recreación, desde una
tendencia cooperativa, deben ser entendidas como espacios destinados a la formación integral,
en cuanto que no solo tienen un impacto en el rendimiento académico de los estudiantes sino
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542 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
también en las relaciones interpersonales y por consiguiente en la convivencia escolar. Así lo
afirma Johnson (2003), al manifestar que el énfasis colaborativo como metodología en los
procesos de enseñanza incrementa la empatía, la motivación, la convivencia escolar y reduce
la competitividad y el individualismo en la educación.
Uno de los resultados que trajo consigo la revisión es la urgente necesidad de diseñar e
implementar planes institucionales de aula, área, trasversales y de convivencia escolar de
donde se planee el juego cooperativo como una estrategia pedagógica que transversaliza los
procesos de enseñanza y actúe como mediador y motivador de las relaciones interpersonales y
los diferentes tipos de habilidades (Ortega Ruiz & Del Rey, 2006). Problemáticas, tales como el
acoso escolar, la violencia o agresión escolar, la exclusión social y otros tantos problemas de
convivencia pueden llegar a ser superados por la implementación del juego cooperativo. No es
suficiente con introducir el juego como una metodología de trabajo en el aula, para lograr los
objetivos que se pueden extraer de la puesta en marcha de esta estrategia es indispensable la
formación docente con respecto a este tema, lo cual requiere una planificación minuciosa, y
unos objetivos y didácticas claras.
Declaración de conflicto de interés
Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés relacionado con esta
investigación.
Declaración de contribución a la autoría
Edith Yojana González Rojas: conceptualización, investigación, redacción del borrador
original, revisión y edición de la redacción.
Juan Javier Calle Díaz: análisis formal, supervisión, validación, revisión de la redacción.
Declaración de uso de inteligencia artificial
Los autores no utilizaron Inteligencia Artificial en ninguna parte del manuscrito.
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543 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Después de rigurosas revisiones con diferentes herramientas en la que se comprobó
que no existe plagio como constan en las evidencias, los autores manifiestan y reconocen que
este trabajo fue producto de un trabajo intelectual propio, que no ha sido escrito ni publicado en
ninguna plataforma electrónica o de IA.
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