DOI: https://doi.org/10.71112/02k6m039
2010 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 4, 2025, octubre-diciembre
somos herederos de significados y constructos sociales que condicionan nuestra forma de ver
la realidad y las expresiones humanas.
Por lo tanto, es crucial comprender a la proyección en la que se fundamentan y se
interpretan en su mayoría, particularmente en lo que respecta al análisis cualitativo de las
respuestas, la interacción con el examinador, las respuestas de colaboración e inhibición con
relación al procedimiento-transferencia, contratransferencia, según J. Laplanche y J. B. Pontalis
citados por Vives (2005), pueden atribuirse dos interpretaciones al término de proyección:
En primer lugar, este término se utiliza de manera muy amplia en Neurología y
Fisiología para referirse a la operación, a través de la cual un ultrasonido neurológico o
fisiológico se mueve y se ubica en el exterior, bien desde el centro hasta la superficie, bien
desde el individuo hasta el objeto.
En segundo lugar, desde la perspectiva psicoanalítica, la proyección se refiere a la
acción a través de la cual el individuo expulsa fuera de sí, ubica y proyecta en el otro (individuo
u objeto) características, emociones, anhelos, incluso objetos, que no identifica o rechaza en sí
mismo.
Desde una perspectiva psicológica, la proyección se refiere al proceso de interpretación
del mundo exterior, empleado por todos, basándose en las características individuales,
pensamientos, anhelos, entre otros. Entendemos la hipótesis proyectiva: en esta, el individuo
percibe basándose en su estructura de personalidad y en las propiedades de su mundo interno
(fantasías, mecanismos de defensa, relación objeto), las cuales variarán dependiendo de su
ubicación en algún elemento psicológico.
Según Rapaport (1985): representa toda una forma de estructurar el mundo privado del
individuo. Cada componente de la conducta refleja la relevancia de la estructuración de la
personalidad. Freud (1915) propone otro sentido de la proyección, que consiste en atribuir al
mundo exterior anhelos, emociones o memorias que el individuo considera inadmisibles o no