DOI: https://doi.org/10.71112/b99gpc16
922 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 4, 2025, octubre-diciembre
se concibe como un proceso educativo y ético en movimiento, que se construye desde la
comunidad y se sostiene en la responsabilidad compartida.
Diversos organismos internacionales coinciden en que la educación constituye el pilar
más sólido de la seguridad humana. Tal como propuso Delors (2021), los cuatro pilares del
aprendizaje —aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a convivir—
representan las condiciones necesarias para una vida libre de miedo y de necesidad. La
educación, al formar ciudadanos críticos, empáticos y conscientes de su entorno, se transforma
en el eje articulador entre seguridad, desarrollo y paz (Morin, 2020; Galtung, 2021). No se trata
únicamente de transmitir conocimientos, sino de cultivar valores y actitudes que sostengan la
cohesión social y la corresponsabilidad (Fernández, 2022; Hidalgo & Sánchez, 2022).
Otro componente indispensable de la seguridad humana es la resiliencia comunitaria,
entendida como la capacidad colectiva de resistir, adaptarse y transformar la adversidad en
aprendizaje. En sociedades marcadas por la precariedad o la exclusión, las comunidades que
desarrollan mecanismos de cooperación y solidaridad son las que logran mantener su dignidad
y estabilidad (Magliocca, 2023; Suárez, 2020). La resiliencia, lejos de ser una simple respuesta
emocional, constituye una práctica política y ética que fortalece la autonomía social y la
identidad compartida (Ramírez & Torres, 2022).
A nivel institucional, el PNUD (2023) y el Banco Mundial (2024) subrayan la necesidad
de integrar la seguridad humana en las políticas públicas mediante una gobernanza ética y
participativa, capaz de garantizar justicia distributiva, equidad intergeneracional y sostenibilidad
ambiental. El Estado deja de ser un ente coercitivo y se convierte en un facilitador del bienestar
colectivo. De esta forma, la seguridad humana se erige en un marco estratégico que contribuye
directamente al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), fortaleciendo la
transparencia, la rendición de cuentas y la corresponsabilidad ciudadana (León, 2023;
Vásquez, 2022; Zúñiga, 2022).