Forma Descripción generada automáticamente
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Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias
Volumen 2, Número 4, 2025, octubre-diciembre
DOI: https://doi.org/10.71112/pq0wfv64
EL TONALPOHUALLI: FORMA Y CONTENIDO SERPENTINO
THE TONALPOHUALLI: SERPENTINE FORM AND CONTENT
Alejandro Serafín Carrera Arango
México
DOI: https://doi.org/10.71112/pq0wfv64
163 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 4, 2025, octubre-diciembre
El Tonalpohualli: forma y contenido serpentino
The Tonalpohualli: serpentine form and content
Alejandro Serafín Carrera Arango
alexanpro20@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-0649-4417
Escuela Nacional de Antropología e Historia
México
RESUMEN
En este artículo tiene como propósito demostrar el significa y la forma serpentina del calendario
ritual de 260 días, llamado entre los náhuas tonalpohualli que se representa en las páginas 61
a la 70 del Códice Borgia, (Figura 1), ahí se localiza la secuencia de las veinte trecenas con sus
patronos divinos, conocidos también como “los señores de las 20 trecenas”.
Palabras clave: tonalpohualli; calendario; serpiente; xicalcoliuhqui; náhuatl; mitos; iconografía;
mundo; inframundo y supramundo
ABSTRACT
The purpose of this article is to demonstrate the meaning and the serpentine form of the 260-
day ritual calendar, called tonalpohualli among the Nahuatls, which is represented on pages 61
to 70 of the Borgia Codex (Figure 1). There, the sequence of the twenty trecenas is located with
their divine patrons, also known as "the lords of the 20 trecenas."
Keywords: tonalpohualli; calendar; snake; xicalcoliuhqui; náhuatl; myths; iconography; world;
underworld and overworld
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Recibido: 12 de febrero 2025 | Aceptado: 9 de octubre 2025
INTRODUCCIÓN
Para el estudio de la forma y significado serpentino del calendario ritual de 260 días
llamado entre los náhuas tonalpohualli, localizado en las páginas 61 a la 70 del Códice Borgia,
(Figura 1). Se desarrolla el análisis en dos subcapítulos:
En el primer apartado, se aborda la forma serpentina del tonalpohualli, donde a través de
esquemas y comparaciones se analiza la forma en la cual está representado. Y se demuestra
que dichas formas están relacionadas con la xicalcoliuhqui, que a su vez, es la representación
de la serpiente estilizada.
En el segundo apartado, se reflexiona su contenido, conformado por dioses, signos días
y numerales, los cuales con base a la comparación de mitos parecen ser la manifestación múltiple
de su dios inventor Quetzalcóatl-Serpiente Emplumada.
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Figura 1
Tonalpohualli compuesto por 20 trecenas, páginas 61 a la 70 del Códice Borgia. Imagen
obtenida de The Codex Borgia, 1993.
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Forma serpentina del tonalpohualli.
Con el propósito de observar las formas gráficas y representativas de este calendárico
ritual, en relación a una forma y significado serpentino, se exponen representaciones gráficas del
tonalpohualli, en la misma secuencia en que va transcurriendo el tiempo Primeramente se
muestra la forma y secuencia de una trecena, posteriormente la de un ciclo de 260 días, seguido
de ciclos continuos;
Cada una de sus veinte trecenas presenta la siguiente estructura formal y secuencial, a
manera de ángulo recto, cuya lectura de las diez primeras trecenas es de derecha a izquierda y
de abajo hacia arriba, hasta la trecena diez, (Figura 2); para posteriormente retornar por la parte
superior de la onceava a la veinteava trecena, y ahora el orden de lectura de numerales y
trecenas se convierte de izquierda a derecha, (Figura 2.1).
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Figura 2.1
Forma y disposición de la decimo primera a la vigésima trecena que
conforman la parte superior del tonalpohualli. Detalle de la vigésima
trecena, tomada del Códice Borgia, 1993, lámina, 61.
En comparación de la trecena como un fragmento del tonalpohualli, existen
representaciones en escultura en piedra que se muestran como el fragmento de una serpiente,
y que coinciden con la misma forma de ángulo recto de estas trecenas.
Por ejemplo, la forma que muestra cada una de estas trecenas, coincide con el siguiente
monolito mexica, mismo que representa el cascabel de una serpiente, (Figura 3).
Figura 3
Monolito que representa la parte posterior de una serpiente cascabel, la cual contiene 7
mazorcas y la figura de la piel de la serpiente es sustituida por los granos del maíz. Cultura
Mexica, Posclásico Tardío, Museo Nacional de Antropología. Fotografía de autoría propia,
septiembre, 2011.
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Esta misma forma se puede observar en el templo de la serpiente emplumada, en
Xochicalco, Morelos, ahí se muestra la representación del cuerpo de una serpiente emplumada,
cuya forma se manifiesta en ángulos rectos y a su vez se relaciona con fechas calendáricas,
(Figura 4).
De igual manera, estos ángulos que forman una Serpiente Emplumada, también se
pueden localizar en la Piedra de los Guerreros de la Cultura Mexica, (Figura 4.1).
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Figura 4.1
Representación de la Serpiente Emplumada en la Piedra de los Guerreros, Cultura Mexica,
Posclásico Tardío, Museo Nacional de Antropología. Imagen tomada de Castellón Huerta,
Blas Román, 2002, p.33.
Otro caso similar se encuentra en los relieves de la “Plataforma de Águilas y Jaguares
en Chichén Itzá, (Figura 4.2), ahí se observa una procesión de serpientes talladas en piedra, el
cuerpo de estas serpientes se expresa mediante líneas que llegan a formar ángulos rectos.
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Estos diseños que manifiesta el cuerpo completo de una serpiente, es el mismo que se
observa en la forma y secuencia de las veinte trecenas, que en su conjunto constituyen al
tonalpohualli, y que están representadas en las páginas 61 a la 70 del Códice Borgia, (Figura 5
y 5.1).
Figura 5
Representación de la forma de las 20 trecenas del tonalpohualli; que se localizan en las
páginas 61 a la 70 del Códice Borgia. Autoría propia, con base en el Códice Borgia,
1963, pp. 61 a la 70.
Figura 5.1
Representación de la secuencia de las 20 trecenas del tonalpohualli, que se localizan
en las páginas 61 a la 70 del Códice Borgia. Autoría propia, con base en el Códice
Borgia, 1963, pp. 61 a la 70.
De la a la 10ª trecena, muestran un orden lineal y continuo de derecha a izquierda que
al final asciende para coincidir con el primer signo de la 11ª trecena y posteriormente continuar
y regresar de izquierda a derecha, y finalizar en la 20ª trecena, en el signo Xóchitl.
El ejemplo anterior es solo un ciclo, el cual parece mostrar la misma intención que tiene
una sola trecena, en cuanto a su secuencia, es decir, el ángulo recto ascendente de su trayecto,
mismo que observamos en esculturas de ejemplos anteriores, del centro de México y Maya. De
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tal manera que la forma y secuencia de una trecena se repite a una escala mayor en el conjunto
de las 20 trecenas.
Así, la forma de una trecena representa una parte de la serpiente (Figura 3), y las veinte
trecenas en conjunto que constituyen un tonalpohualli, a la serpiente completa.
Lo que demuestra que la forma representada en el códice en estudio, no se debe a la
utilización de espacios o aplicación de estilos, sino que dicha forma obedece a una cosmovisión
determinada relacionada con el origen y transcurso del tiempo, donde cada elemento que se
escribía estaba regido por su cosmovisión; entendida ésta ,no como un producto de la
especulación sino “de las relaciones prácticas y cotidianas; que se van construyendo a partir de
determinada percepción del mundo, condicionada por una tradición que guía el actuar humano
en la sociedad y en la naturaleza.
(López, 1994).
Esta estructura muestra un ciclo de veinte trecenas, pero si observamos ciclos
secuenciales como en realidad ocurre con el transcurso del tiempo, se observa nuevamente la
forma de una serpiente estilizada, (Figura 6 y 6.1).
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Figura 6
Forma que tomaría el tonalpohualli, en la secuencia del tiempo, al superponer ciclos
continuos de 260 días. Autoría propia, con base en el Códice Borgia, 1963, pp. 61 a la
70.
Con los esquemas anteriores se aprecia entonces la forma y secuencia en que se
encuentra el tonalpohualli en este códice; las líneas compuestas por signos días y los espacios
mayores de deidades regentes de esos ciclos menores de 13 días.
La imagen siguiente es una representación de la secuencia del tonalpohualli arriba
señalado, que indica la dirección de lectura de los ciclos de 260 días, (Figura 6.1).
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Figura 6.1
Secuencia continua del tonalpohualli. Autoría propia, con base en el Códice Borgia,
1963, pp. 61 a la 70.
Este motivo serpentino, también se muestra de manera vertical, ya que al observar la
secuencia y forma de las trecenas laterales, éstas quedan unidas en un orden continuo de
lectura. Tal es el caso de la 10ª trecena que se localiza al final de la parte inferior de la “lectura”
del calendario, la cual queda lista en orden y forma para continuar con la 11ª trecena que se
encuentra en la parte superior de la “lectura”, (Figura 7). A su vez la 20ª trecena finaliza en orden
y forma para continuar con el 1
er
signo de la 1ª trecena, (Figura 7.1); esto sucede si suponemos
ciclos continuos y en movimiento de tonalpohualli.
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Figura 7
Forma que se mantiene por la unión y
secuencia de la 10ª con la 11ª trecena.
Autoría propia, con base en el Códice
Borgia, 1963, p. 70.
Figura 7.1
Forma que se mantiene por la unión y
secuencia de la 20ª con la 1ª trecena en un
tonalpohualli en continuo. Autoría propia, con
base en el Códice Borgia, 1963, p. 61.
Figura 7.2
Ejemplo de la unión de trecenas laterales. Autoría propia, con base en el Códice
Borgia, 1963, pp. 61 y 70.
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Esta misma forma, también se puede observar en las columnas de la entrada al Templo
de los Guerreros y en el Templo Superior de los Jaguares en Chichén Itzá (Figuras 8 y 8.1),
donde se muestran grandes serpientes emplumadas formadas por ángulos rectos ascendentes
Figura 8
Columnas serpentiformes integradas por
ángulos rectos. Imagen tomada de Garza,
Mercedes de la, 1998.
Figura 8.1
Columna serpentiforme integrada por
ángulos rectos. Imagen tomada de
Séjourné, 1998, p.40.
Al superponer ciclos continuos de dichas uniones laterales, tal como sucede en el
devenir del tonalpohualli, nuevamente se obtiene una forma serpentina vertical, (Figura 9).
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Figura 9
Forma que revela los ciclos continuos de las trecenas laterales 10ª y 11ª, y 20 y
trecenas. Autoría propia, con base en el Códice Borgia, 1963, pp. 61 y 70.
Esta forma de ángulo recto ascendente originado por la unión de trecenas laterales,
también se puede ver en el Códice de Dresde (1983) de origen maya, los cuales están asociados
a la serpiente y al tiempo (Figuras 10, 10.1 y 10.2), donde se observan representaciones de
serpientes ascendentes asociadas al tiempo.
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Figura. 10
Códice de Dresde,
1983, p. 61.
Figura 10.1
Códice de Dresde,
1983, p. 62.
Figura 10.2
Códice de. Dresde,
1983, p.69.
Para seguir este postulado, se exhiben relieves que representan a la Serpiente
Emplumada conformada mediante ángulos rectos y en forma de S”, tal es el caso de la Serpiente
Emplumada o Kukulcán que se localiza en el Templo Inferior de los Jaguares en Chichén -Itzá y
el de la Serpiente Emplumada de la Piedra de Ahuízotl de la cultura mexica, (Figuras 11 y 11.1).
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Figura 11
Serpiente Emplumada - Kukulcán. Detalle
del relieve del Templo Inferior de los
Jaguares de Chichén Itzá. Imagen
tomada de Garza, Mercedes de la, 1998.
Figura 11.1
Serpiente Emplumada - Quetzalcóatl, Detalle de
la Piedra de Ahuízotl, Imagen obtenida de
Quiñones Keber, Eloise, 2002, p.47.
Debido a lo anterior se considera que el tonalpohualli, en su forma y secuencia, tanto
horizontal como vertical, muestra la forma y el movimiento de una serpiente.
Por lo antes mencionado, considero que el tonalpohualli plasmado en las páginas 61 a la
70 del Códice Borgia, se encuentra representado en forma de xicalcoliuhqui, el cual a su vez es
una expresión de la serpiente en movimiento.
Por consiguiente, dicho tonalpohualli, manifiesta en mismo una forma serpentina;
considerándolo por ello, un calendario serpiente o una serpiente calendario.
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Contenido serpentino del tonalpohualli.
El objetivo de este apartado es conocer el contenido y significado del tonalpohualli
compuesto por los 20 signos días, 13 numerales y 20 dioses regentes. El cual parece mostrar
características serpentinas. Para ello, me apoyo principalmente en los mitos de creación
mesoamericanos.
Exponiendo una relación entre la gama de dioses del calendario y los dioses serpentinos
Quetzalcóatl y Tezcatlipohca, y en última instancia en Quetzalcóatl- Serpiente Emplumada, quien
se muestra como una representación síntesis de los dioses que a su vez son el contenido de
este tonalpohualli. Y es lo que se desarrolla a continuación.
Es así que en el siguiente mito, se narra el “principio y fundamento” del primer signo día
de este calendario llamado “Cipactli”, cuya traducción en el siguiente texto es “una serpiente”:
“Y dando relación los indios viejos del principio y fundamento que tuvo este su
calendario, contaba una tonta ficción, como son las demás que creían cerca de sus dioses.
Dicen que como sus dioses vieron haber ya hombre criado en el mundo, y no tener libro por
donde se rigiese, estando en tierra de Cuernavaca en cierta cueva dos personajes, marido
y mujer, del número de los dioses, llamados por nombre él Oxomoco y ella Cipactónal,
consultaron ambos a dos sobre esto. Y pareció a la vieja sería bien tomar consejo de su
nieto Quetzalcóatl…dándole parte de su propósito. Parecióle bien su deseo, y la causa justa
y razonable: de manera que altercaron los tres sobre quién pondría la primera letra o signo
del calendario. Y en fin, teniendo respeto a la vieja, acordaron de le dar la mano en lo dicho.
La cual andando buscando qué pondría al principio del dicho calendario, topó en cierta cosa
llamada Cipactli, que la pintan a manera de sierpe, y dicen andar en el agua, y que le hizo
relación de su intento, rogándole tuviese por bien ser puesta y asentada por primera letra o
signo del tal calendario; y consintiendo en ello, pintáronla y pusieron ce Cipactli, que quiere
decir “una sierpe”. (Mendieta, 2002).
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También Ce Cipactli es el signo día con el cual da inicio el tonalpohualli, y con ello el
transcurso del tiempo; en el mito anterior es equiparado con una serpiente”, ambos relacionados
con el inicio del transcurso del tiempo y con la creación de la tierra. De hecho los signos que
representan al primer día calendárico, se muestran en varias evidencias en piedra o códices de
Mesoamérica en una combinación iconográfica entre un reptil, lagarto, pez, serpiente que en
ocasiones puede llevar lengua bífida, o algo característico de las serpientes” (L. Rodríguez Cano,
comunicación personal, junio de 2011).
Además de ser Cipactli (Barrera Vázquez, 1975). el primer signo día de este calendario,
también se relaciona con la tierra y su creación. Al respecto la Historia de los mexicanos por sus
pinturas narra:
“Y luego criaron los cielos, allende del treceno, e hicieron el agua y en ella criaron
a un peje grande, que se dice Cipactli, que es como caimán, de este peje hicieron la
tierra…” (Historia de los Mexicanos, 1973)
También se narra en la Hystoire du Mechique que la tierra fue creada a partir del cuerpo
de la diosa Tlaltecuhtli, “señor o señora de la tierra, de la siguiente manera:
“Dos dioses, Quetzalcóatl y Tezcatlipuca bajaron del cielo a la diosa Tlaltecuhtli, la
cual estaba llena por todas las coyunturas de ojos y de bocas, con las que mordía, como
bestia salvaje. Y antes de que fuese bajada, había ya agua, que no saben quien la creó,
sobre la que esta diosa caminaba. Lo que viendo los dioses dijeron el uno al otro: “Es
menester hacer la tierra”. Y esto diciendo, se cambiaron ambos en dos grandes serpientes,
de los que el uno asió a la diosa de junto a la mano derecha hasta el pie izquierdo, y el otro
de la mano izquierda al pie derecho. Y la apretaron tanto, que la hicieron partirse por la mitad,
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y del medio de las espaldas hicieron la tierra y la otra mitad la subieron al cielo, de lo cual
los otros dioses quedaron muy corridos. Luego, hecho esto, para compensar a la dicha diosa
de los daños que estos dos dioses le habían hecho, todos los dioses descendieron a
consolarla y ordenaron que de ella saliese todo el fruto necesario para la vida del hombre. Y
para hacerlo, hicieron de sus cabellos, árboles y flores y yerbas; de su piel la yerba muy
menuda y florecillas; de los ojos, pozos y fuentes y pequeñas cuevas; de la boca, ríos y
cavernas grandes; de la nariz, valles y montañas. (Garibay, 1973)
Enfatizando la transformación, de Quetzalcóatl y Tezcatlipohca en dos grandes
serpientes, para poder llevar a cabo la división de Cipactli. A su vez que en el mito anterior, el
mismo Cipactli es equiparado con una serpiente. Con esta revisión vemos la importancia de la
serpiente en el origen del tiempo, a partir de la división de Tlaltecuhtli o Cipactli.
Muestra similar ocurre en la tradición maya, sobre la creación de la tierra a partir de la
unión del Sol y la Luna, narrada de la siguiente manera:
“13 Ahau es el día en que se unirán el Sol poniente y la Luna. Será la noche y al
mismo tiempo el amanecer de Oxlahuntikú, “Trece-deidad” (los cielos) y Bolontikú, “Nueve-
deidad” (el inframundo), que nacieron y fueron creados. Entonces nació Itzam Cab Ain,
“Brujo del Agua tierra cocodrilo” (la tierra), e hizo nacer tierra perdurable en el mundo.”
(Garza, 1987).
Este par de serpientes que originan la división de Tlaltecuhtli, parecen ser las mismas que
ahora en forma de árboles, hombres o dioses, levantan lo caído y unen lo separado, al realizar
el levantamiento del cielo, para quedar como postes sostenedores y comunicadores entre las
partes de Tlaltecuhtli. De ello, la Historia de los mexicanos por sus pinturas menciona:
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“Vista por los cuatro dioses la caída del cielo sobre la tierra…ordenaron todos los
cuatro de hacer por el centro de la tierra cuatro caminos, para entrar por ellos y alzar el cielo.
Y para que los ayudasen, criaron cuatro hombres: al uno dijeron Cua[uh]témoc y al otro,
Itzcóatl, y al otro Itzmalli, y al otro, Tenexuchitl (Garibay, 1973).
Una vez creados estos cuatro hombres, los dioses Tezcatlipohca y Quetzalcóatl se
convirtieron en enormes árboles que se llamaban respectivamente tezcacuáhuitl, “árbol de
espejos”, y quetzalhuéxolt, “sauce quetzal”. “Y con los hombres y con los árboles y dioses alzaron
el cielo con las estrellas como ahora está.” (Garibay, 1973).
Al respecto, López Austin menciona: Creada la tierra y el cielo a partir del cuerpo de
Cipactli o [Tlaltecuhtli], los árboles, postes, dioses u hombres “fueron los caminos de los dioses
porque por su tronco hueco correrían y se encontrarían las esencias divinas opuestas que eran
los flujos de las dos mitades del cuerpo del monstruo. (López Austin, 2000).
Posteriormente refiere que “Por el interior de los postes huecos viajaron los dioses
procedentes del cielo y de las profundidades de la tierra…Los dioses de arriba y los de abajo
eran fragmentos del cuerpo dividido de la diosa…de la unión de los dioses del cielo y del
inframundo nació el transcurso del tiempo. Tras la división primaria de la diosa en cielo y tierra,
el tiempo no transcurría. El cuerpo de la diosa era un constante presente de todas las
posibilidades de existencia.” López Austin (2000).
Así ambas fuerzas “La corriente ígnea del cielo y la corriente acuática del inframundo
forman el torzal malinalli.” López Austin (2000) Ya que al encontrarse en el centro del árbol o en
este mundo, se entrelazan, como dos serpientes, (Figura 12).
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Figura 12
Atlchinolli. Forma entrelazada que simula el cuerpo de una serpiente
estilizada. Imagen obtenida de López Austin, 2000, p. 84.
Así mismo en Los libros del Chilam Balam de Chumayel se narra, el levantamiento de
las ceibas en el reordenamiento del mundo, quedando éstas como sostenedoras del cielo:
“Al terminar el arrasamiento, se alChac Imix Che, la ceiba roja, a esta columna del
cielo, señal del amanecer del mundo… Se alzó Sac Imix Che, la ceiba Blanca, al norte;
soporte del cielo y señal del aniquilamiento fue la ceiba blanca…Se alzó Ek Imix Che, la
ceiba negra, al poniente…Se alzó Kan Imix Che, la ceiba amarilla al sur, como señal del
aniquilamiento…Y se alzó Yaax Imix Che, la ceiba verde, en el centro de la provincia, como
señal y memoria del aniquilamiento.” (Barrera Vázquez & Rendón, 1969).
Siendo así, Quetzalcóatl y Tezcatlipohca, en forma de dos serpientes dividen a Tlaltecuhtli
o Cipactli. Para que posteriormente ellos mismos, en forma de árboles Tezcacuáhitl y
Quetzalhuéxotl, levanten el cielo, y con ello según López Austin, se conviertan dichos árboles en
el camino de los dioses.
Debido a lo anterior, se puntualiza que Quetzalcóatl y Tezcatlipohca, además de ser estos
árboles comunicadores, en ocasiones ellos mismos se muestran recorriendo un camino
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serpentino creado por ellos mismos que la Historia de los mexicanos por sus pinturas narra de la
siguiente manera:
Tonacatecuhtli, el padre de los dioses, los hizo señores del cielo y las estrellas.
Tezcatlipohca y Quetzalcóatl recorrían constantemente el cielo e hicieron en él un camino
que ahora se observa y que es conocido como la Vía Láctea. Esto ocurrió en el primer año
después del diluvio, que se llamó ce tochtli, “uno conejo”. En el segundo año llamado ome
acatl, “dos caña”, Tezcatlipohca cambio su nombre por el de Mixcóatl, “serpiente de nube”,
y los que lo tenían por dios lo pintaban como culebra.” (Castellón Huerta, 1987).
El camino que recorren éstas dos serpientes, conocido como “Vía Láctea”, era nombrado
en náhuatl, Mixcóatl o Serpiente de Nube”, mismo nombre que toma Tezcatlipohca, siendo
serpentino el camino y los dioses que lo recorren; Quetzalcóatl como Serpiente Emplumada” y
Tezcatlipohca, quien en ese momento toma el nombre de Mixcoátl Serpiente de Nube”.
Mostrándose en ocasiones Quetzalcóatl y Tezcatlipohca con forma de árboles, siendo el
camino por donde circulan las esencias divinas originando el transcurso del tiempo. Y en otras
ellos mismos se muestran como dos grandes serpientes que recorren este camino serpentino.
Demostrando en este artículo, que estas dos grandes serpientes recorren el camino por
donde circulan las esencias divinas que originan el tiempo, representadas en los dioses del
tonalpohualli, así estas serpientes, consideramos son una representación de la gama de dioses
que recorren este camino.
Por lo antes mencionado, se indica que el contenido del tonalpohualli, sus 20 signos días,
13 numerales y 20 dioses regentes, todos ellos son esencias divinas que viajan del supramundo
y del inframundo hacia la tierra, por un camino serpentino. Mismo camino Serpentino que
recorren las dos grandes serpientes Quetzalcóatl y Mixcóatl (Tezcatlipohca); por ello
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consideramos que son las mismas que representan esta gama de dioses, siendo así la serpiente,
más que un dios, ésta sería entendida como la síntesis de todos ellos, lo cual también vemos
representado en el tonalpohualli.
METODOLOGÍA
El enfoque teórico metodológico se fundamenta en la comparación mítico iconográfica,
la cual se convierte en un eje solido para la investigación, al contrastar las narraciones náhuas
en correlación con sus manifestaciones jeroglíficas en documentos pictográficos realizados
ambos por la misma sociedad en estudio. Esta articulación metodológica además de ampliar el
campo interpretativo del mito, también otorga mayor rigor al estudio de la glífica mesoamericana.
Permitiendo profundizar en el conocimiento ancestral a través de los relatos y la escritura de
tradición náhuatl.
De esta manera los relatos y los símbolos calendáricos o, el mismo calendario, no sólo
son portadores de una tradición cultural, sino que obedecen a una lógica de congruencia y
racionalidad que nos remite al conocimiento y cosmovisión de la cultura náhuatl.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Al plantearse el tonalpohualli como una greca escalonada, nos recuerda al signo llamado
xicalcoliuhqui, un motivo en forma de “S” angular. El cual parece tener origen en la serpiente o
cóatl”, palabra náhuatl que forma parte del nombre de Quetzalcóatl, creador del calendario.
Al respecto menciona Díaz Solis: “La S y el jeroglífico de la muerte, parecido a nuestro
signo del %, presentan marcadas similitudes con el crótalo. Esta S, expresada mediante ángulos
rectos, da un dibujo notablemente parecido a diversas grecas mayas.” (Díaz Solís, 1968).
Gordon, señala que este signo fue el dominante en el arte maya, y que del ofidio derivan
algunos de los símbolos plásticos más importantes del arte mesoamericano. Al esquematizarse
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y sintetizarse la forma natural, dio origen al gancho, a la greca y a otras formas geométricas, (De
la Garza, 1998).
Spinden por su parte reconoce que la serpiente fue el principal motivo en el arte maya, y
afirma que las formas espirales y las variaciones de curvaturas, así como la greca, derivan del
motivo serpiente, (Spinden, 1975).
Laurette Sejourne menciona que “La greca escalonada es la estilización del cuerpo de la
serpiente en movimiento.” (Séjourné, 1998).
Enfatizando, que la forma del tonalpohualli emula la forma de la xicalcoliuhqui o greca
escalonada como una representación de carácter serpentine.
CONCLUSIONES
Por lo antes expuesto se infiere que el tonalpohualli plasmado en las páginas 61 a la 70
del Códice Borgia, se encuentra representado en forma de la llamada xicalcoiliuhqui la cual como
se ha demostrado es la expresión de la serpiente en movimiento.
Y en relación a su contenido compuesto por los 20 signos días, 13 numerales y 20 dioses
regentes; se pudo observar con base a la comparación de mitos que la serpiente es la
representación ntesis de los dioses, presentes en la manifestación serpentiforme del
tonalpohualli.
De esta manera, el tonalpohualli, manifiesta en mismo una forma serpentina;
considerándolo por ello, un calendario serpiente o bien una serpiente calendario.
Declaración de conflicto de interés
El autor declara no tener ningún conflicto de interés relacionado con esta investigación.
Declaración de contribución a la autoría
Alejandro Serafín Carrera Arango: conceptualización, metodología, redacción del
borrador original, revisión y edición de la redacción
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Declaración de uso de inteligencia artificial
El autor no utilizó inteligencia artificial en ninguna parte del manuscrito.
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