DOI: https://doi.org/10.71112/3pxx4s09
2040 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 3, 2025, julio-septiembre
En el contexto latinoamericano, Mendoza Betin (2025) retomó estos principios en su
análisis sobre gestión gastronómica en Cartagena (Colombia), donde propuso un modelo
integrado con base en cinco factores clave: innovación, experiencia del cliente, sostenibilidad,
gestión del conocimiento y adaptación cultural. Este modelo, validado con chefs de la región,
confirmó que muchos de los valores impulsados por Bocuse tienen vigencia empírica en
entornos emergentes y pueden extrapolarse a organizaciones no culinarias.
Unos años antes, Mendoza Betin (2022) ya había recurrido a la noción de gestión del
conocimiento en su trabajo aplicado sobre la implementación de la gestión de y por procesos
en el Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) de Panamá. En ese estudio,
el autor argumentó que la sostenibilidad y eficiencia operativa de los servicios públicos no
depende exclusivamente de la tecnología o la estructura organizativa, sino de la capacidad
institucional para capturar, sistematizar, transferir y aplicar el conocimiento tácito y explícito que
circula en sus procesos clave. Esta visión conecta directamente con el legado de Bocuse,
quien, desde su cocina, promovió una arquitectura del saber culinario basada en la práctica
reflexiva, la mentoría y la mejora continua.
De modo que, tanto en la alta gastronomía como en la gestión pública, se reconoce el
poder transformador del conocimiento compartido como motor de evolución organizacional. La
cocina de Bocuse y los procesos institucionales analizados por Mendoza Betin operan, en
esencia, como sistemas vivos de aprendizaje permanente, donde la excelencia se construye a
través de la interacción entre experiencia, cultura y propósito.
Asimismo, se advierte cómo el acompañamiento técnico y estratégico de Veolia
(anteriormente Suez) contribuyó significativamente al fortalecimiento de una cultura
organizacional innovadora en Aguas de Cartagena, según lo documenta Mendoza Betin (2021).
Este proceso estuvo mediado por un liderazgo comprometido con la transformación técnica,
social y el desarrollo sostenible, que entendió la gestión del conocimiento no solo como una