DOI: https://doi.org/10.71112/01j1n814
24 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 4, 2025, octubre-diciembre
sobre como las creencias docentes influyen significativamente en la manera en que los
profesores enseñan lenguas.
Por otra parte, la lingüística como ciencia que estudia la lengua y su vinculación con su
enseñanza, no solo se centra en cómo funciona el lenguaje, sino que abre también una
ventana hacia los procesos cognitivos, sociales y culturales que lo sustentan, por ello, se puede
asegurar que la enseñanza de lenguas ha evolucionado significativamente en las últimas
décadas, y en gran medida es gracias a los avances en el campo de la lingüística.
En es sentido, se reconoce como uno de los aportes fundamentales a la existencia de
una gramática universal innata, que fue propuesta por Chomsky (1965), la cual hace énfasis en
la idea de como se concibe la adquisición de lenguas, especialmente en los primeros años de
vida, y ha llevado a valorar la importancia de exponer a los estudiantes a estructuras complejas
desde etapas tempranas. Sin embargo, esta mirada exclusivamente innatista ha sido
complementado por perspectivas más interaccionistas, un ejemplo es el concepto de zona de
desarrollo próximo propuesta por Vygotsky (1978) sostenida desde la psicología sociocultural,
en esta, se resalt al entorno social en el aprendizaje como un papel crucial. Esto, se traduce en
la enseñanza de lenguas como la importancia del andamiaje y la interacción entre estudiantes y
docentes como elementos esenciales para el desarrollo lingüístico.
Desde una perspectiva más aplicada, Krashen (1982) destaca que, los estudiantes
adquieren lenguaje de forma más efectiva cuando reciben mensajes capaces de entender, sin
importar que contengan elementos nuevos, a esto, él lo llamó (input comprensible). Esta idea
ha sido ampliamente adoptada en enfoques comunicativos, donde se prioriza el significado y la
función del lenguaje sobre la forma gramatical estricta.
A nivel metodológico, la lingüística no puede dejar de lado el aspecto pragmático y
competencial de la lengua, desde esta visión, Canale and Swain, (1980) propusieron un modelo
que va más allá del conocimiento gramatical, incluyendo componentes sociolingüísticos,