DOI: https://doi.org/10.71112/3g2msd77
221 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 3, 2025, julio-septiembre
(Subsecretaría de Educación Básica, 2019). Entre los párrafos que se adicionaron al texto
constitucional, se pueden destacar, que la educación contará con un enfoque centrado en los
derechos humanos, así como en el respeto de la dignidad de las personas y en la igualdad
sustantiva. Asimismo, el Estado garantizará el acceso, permanencia y participación de las
niñas, niños, adolescentes y jóvenes en los servicios educativos (Guevara Niebla, 2019); en
otras palabras, por circunstancias socioeconómicas, no se puede negar a los futuros
ciudadanos el acceso a la escuela.
Por lo cual, los planes y programas de estudio tendrán una perspectiva de género y una
inclinación por las ciencias y las humanidades, en lo particular las asignaturas de matemáticas,
lecto-escritura, historia, geografía, civismo, filosofía, tecnología, innovación, lenguas indígenas,
lenguas extranjeras, educación física, deporte, artes -en especial la música-, estilos de vida
saludables, educación sexual y reproductiva, así como el cuidado del medio ambiente (Guevara
Niebla, 2019). En educación media superior, aparte de las anteriores, se da especial énfasis a
la educación para la ciudadanía digital, el “emprendedurismo” y la educación socioemocional.
Por tanto, a través de esta política educativa, se revaloriza la educación humanística, en lo
particular, la didáctica de la Filosofía, pese a los proyectos del año 2013 por desaparecerla. Por
ende, la educación se centra en la persona, en su dignidad y en sus derechos humanos y es, a
través de la disciplina filosófica, como se impulsará su aparato crítico, con argumentos basados
no solamente en la razón o la experiencia, o los conocimientos adquiridos en la escuela, sino
también en la especulación filosófica y los adelantos científicos y tecnológicos.
Otro aspecto que se debe destacar de esta reforma del año 2019 es que no se priorizarán los
métodos de enseñanza directivos, sino más bien activos, donde los conocimientos, habilidades,
hábitos y destrezas (ya no se habla de competencias) se construirán mediante la participación
de los educandos (Guevara Niebla, 2019); algo que debe reconsiderarse en la enseñanza
filosófica, en la cual ha primado una enseñanza del tipo conductista o tradicionalista, donde el