Forma Descripción generada automáticamente
Forma Descripción generada automáticamente
Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias
Volumen 2, Número 2, 2025, abril-junio
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
MANEJO DE LA VÍA AÉREA EN PACIENTES CON DETERIORO NEUROLÓGICO
AGUDO: REVISIÓN NARRATIVA DE ESTRATEGIAS CLÍNICAS EN EMERGENCIAS
AIRWAY MANAGEMENT IN ACUTELY NEUROLOGICALLY COMPROMISED
PATIENTS: A NARRATIVE REVIEW OF EVIDENCE-BASED STRATEGIES IN
EMERGENCY CARE
Andrea Marcela Jadán Cumbe
Ana Belen Cedeño Nuñez
Luis David Calle Tello
Carlos Miguel Carrion Cordova
José Francisco Miranda Bajaña
Ecuador
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1110 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Manejo de la vía aérea en pacientes con deterioro neurológico agudo: revisión
narrativa de estrategias clínicas en emergencias
Airway Management in Acutely Neurologically Compromised Patients: A
Narrative Review of Evidence-Based Strategies in Emergency Care
Andrea Marcela Jadán Cumbe
andrejadan90@gmail.com
https://orcid.org/0009-0009-9227-8168
Universidad internacional de las Américas
Ecuador
Ana Belen Cedeño Nuñez
belen.c._94@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0009-3989-2775
Pontificia universidad católica del Ecuador
Ecuador
Luis David Calle Tello
dc204927@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-7560-3366
Pontificia universidad católica del Ecuador
Ecuador
Carlos Miguel Carrion Cordova
carloscarrion@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-5056-9154
Pontificia universidad católica del Ecuador
Ecuador
José Francisco Miranda Bajaña
josemiranda1987@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-3112-3935
Pontificia universidad católica del Ecuador
Ecuador
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1111 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
RESUMEN
En los servicios de Emergencia y Cuidados Críticos es vital mantener la vía aérea en pacientes
neurológicos en estado de deterioro.
El presente trabajo tiene como objetivo proporcionar un análisis actual de la valoración y
gestión de la vía aérea en situaciones de alteración de la conciencia, tomando en cuenta las
problemáticas fisiopatológicas y las estrategias farmacológicas y técnicas sugeridas.
Se llevaron a cabo análisis para la intubación temprana, la elección de agentes de inducción en
función del estado neurológico, y las repercusiones hipoxémicas e hipercápnicas en el
resultado neurológico.
El objetivo es analizar según la bibliografía reciente y con evidencia para plantear que acciones
a implementar pueden funcionar como instrumentos prácticos para orientar el tratamiento
durante episodios agudos y, en particular, asistir en la gestión segura y razonable de la vía
aérea del paciente neurológicamente afectado y en estado de deterioro.
Palabras clave: Intubación; Neurología; Emergencia; Hipoxia; Lidocaína; Convulsiones;
Trauma.
ABSTRACT
In Emergency and Critical Care settings, maintaining the airway in neurologically deteriorating
patients is of vital importance.
This article aims to provide an up-to-date analysis of airway assessment and management in
cases of altered consciousness, considering the underlying pathophysiological challenges as well
as the recommended pharmacological and technical strategies.
The discussion includes criteria for early intubation, the selection of induction agents based on
neurological status, and the impact of hypoxemic and hypercapnic events on neurological
outcomes.
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1112 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
The objective is to critically examine recent literature and evidence to identify practical
interventions that can guide treatment during acute episodes, particularly supporting the safe and
appropriate airway management of neurologically impaired and deteriorating patients.
Keywords: Intubation; Neurology; Emergency; Hypoxia; Lidocaine; Seizures; Trauma.
Recibido: 11 de junio 2025 | Aceptado: 19 de junio 2025
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1113 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
INTRODUCCIÓN
El correcto manejo de las vías respiratorias en pacientes con deterioro neurológico es un
aspecto crucial en el paciente que padece gravemente. El cambio en el nivel de conciencia,
habitual en situaciones como lesiones traumáticas en el cerebro, crisis convulsivas extendidas
o intoxicaciones graves, se encuentra acompañado de un deterioro acelerado de los reflejos
protectores de las vías respiratorias, lo que posiblemente lleva a hipoxemia, broncoaspiración y
fallecimiento del tronco cerebral. Es necesario contemplar una intervención precoz en un
examen clínico que incorpore el estado neurológico y la reacción hemodinámica del
paciente(Conzelmann et al., 2021).
En este escenario, la elección del agente inductor, la fecha de la intubación y las
acciones para prevenir la hipertensión intracraneal deben ser evaluadas meticulosamente. A
pesar de los numerosos protocolos aplicados, todavía existen contradicciones en la evidencia
respecto a ciertos fármacos en términos de seguridad y efectividad, especialmente en
pacientes con hipertensión intracraneal. Esta revisión sugiere un análisis más exhaustivo del
asunto de la administración de las vías respiratorias en pacientes con daños neurológicos,
incluyendo nuevas observaciones y consideraciones prácticas pertinentes para el contexto de
atención de emergencias(Bunya et al., 2023).
METODOLOGÍA
Se realizó una revisión narrativa de la literatura con enfoque clínico, orientada a
identificar y analizar la evidencia actual sobre el manejo de la vía aérea en pacientes con
deterioro neurológico agudo. La búsqueda se efectuó entre enero de 2022 a mayo de 2025 en
bases de datos, incluyendo PubMed, Scopus, Embase y Cochrane Library. Se utilizaron
términos MeSH y palabras clave como airway management, neurological deterioration,
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1114 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
intubation, traumatic brain injury, sedation, lidocaine, entre otros.(Lapostolle & Alhéritière,
2020).
Se incluyeron artículos en inglés y español, con prioridad a guías de práctica clínica,
revisiones sistemáticas, ensayos clínicos y estudios observacionales relevantes para el
contexto de emergencia y cuidados críticos. También se consideraron consensos de expertos y
recomendaciones de sociedades científicas como la American College of Emergency
Physicians (ACEP), Neurocritical Care Society (NCS), y la Sociedad Española de Medicina de
Urgencias (SEMES).(Parks et al., 2020).
Los estudios fueron seleccionados con base en su aplicabilidad clínica, nivel de
evidencia y relevancia temática. No se realizó metaanálisis, dado que el objetivo principal fue
integrar y contextualizar la información disponible para facilitar su implementación en
escenarios clínicos de urgencia.(Hubbard et al., 2020).
RESULTADOS
Importancia de la oxigenación y ventilación en el daño neurológico
En cualquier paciente con lesión neurológica aguda, asegurar una oxigenación y
ventilación adecuadas es prioritario para evitar daño cerebral secundario. La hipoxia cerebral
provoca muerte neuronal y empeora el pronóstico, mientras que la hipercapnia (CO elevado
por hipoventilación) induce vasodilatación cerebral que aumenta el volumen sanguíneo
intracraneal y puede agravar el edema o sangrado. (Hubbard et al., 2020; Luckscheiter et al.,
2025).
En pacientes con trauma o ictus, un mal funcionamiento de la ventilación (hipercarbia) o
una oxigenación deficiente resultan en un incremento de la presión intracraneal (PIC) y una
reducción de la presión de perfusión cerebral, agravando la lesión secundaria cerebral. (Orso
et al., 2020).
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1115 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Por esta razón, las directrices actuales subrayan la importancia de conservar
saturaciones de O
2
superiores al 94% y prevenir tanto la hipoxia (SatO
2
<90%) como las
desviaciones significativas de CO
2
. En la atención prehospitalaria del traumatismo
craneoencefálico (TCE), es aconsejable supervisar de manera constante la oximetría de pulso
e iniciar la administración de oxígeno suplementario para preservar SatO
2
superior al 90%.
Igualmente, es necesario supervisar el CO
2
exhalado (EtCO
2
) en pacientes con vía respiratoria
avanzada, con un objetivo de normocapnia (EtCO
2
~3545 mmHg). (Javaid et al., 2021).
No se aconseja la hiperventilación profiláctica (EtCO
2
<35), dado que la
vasoconstricción que resulta puede disminuir la perfusión cerebral; solo se utiliza de manera
temporal si se presentan indicios de herniación cerebral aguda. Si hay pruebas de una
herniación próxima (por ejemplo, triada de Cushing: hipertensión arterial, bradicardia y patrón
respiratorio irregular, sumado a un deterioro neurológico y midriasis), se puede provocar una
hiperventilación moderada temporal para reducir el EtCO
2
a ~3035 mmHg mientras se aplican
otras acciones de urgencia. (Rubén Viejo-Moreno et al., 2021).
Finalmente, es crucial prevenir la hipoxia, la hipercapnia e incluso la hipotensión (que
intensifica la isquemia cerebral) para evitar lesiones secundarias en el cerebro de estos
pacientes.(Filippelli et al., 2021).
Disminución del nivel de conciencia y pérdida de reflejos protectores
Un factor habitual en numerosas emergencias neurológicas (trauma craneal, ACV,
intoxicaciones, estado epiléptico, encefalopatías) es la reducción del estado de conciencia, lo
que pone en riesgo la vía respiratoria. El daño neurológico puede eliminar los reflejos de
protección de la vía respiratoria (reflejo tusígeno y nauseante), lo que facilita la aspiración de
contenido gástrico o secreciones hacia los pulmones. Así pues, la pérdida del reflejo laríngeo
(la falta de reflejo que proteja la vía respiratoria) constituye por sí misma una señal de
intubación endotraqueal. (Dharanindra et al., 2023).
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1116 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
En realidad, se aconseja proteger la vía respiratoria con intubación en cualquier
paciente inconsciente con riesgo de aspiración, como puede ser aquel con vómitos o
sangrados, incluso si no se presenta un fallo respiratorio inmediato. La Escala de Coma de
Glasgow (GCS) continúa siendo una orientación clínica valiosa: usualmente, se considera GCS
≤ 8 (en niños < 9) como un criterio para intubar y salvaguardar la vía respiratoria. (Saviluoto
et al., 2023).
Esto es particularmente relevante en TCE severo, sangrados intracerebrales con
pérdida de conciencia, o intoxicaciones que provocan depresión. Sin embargo, es crucial
analizar cada situación; por ejemplo, en pacientes que han sido intoxicados por depresores del
SNC, a pesar de que un GCS bajo señale un alto riesgo de vía aérea inestable, es necesario
evaluar la reacción a antídotos (por ejemplo, naloxona en opioides) al mismo tiempo que se
gestiona la vía respiratoria. Por lo general, frente a cualquier paciente neurológicamente
comatoso que no pueda proteger su vía respiratoria, es necesario realizar la securización de la
vía respiratoria (normalmente mediante intubación orotraqueal) sin retrasos, con el fin de evitar
la hipoxia y la aspiración. (Cho et al., 2022).
Frecuentemente se utiliza la expresión "GCS 8, intubar" para rememorar este límite
crítico. Las directrices prehospitalarias de trauma 2023 de la Fundación Brain Trauma indican
que se debe realizar una vía aérea utilizando el método más apropiado disponible en pacientes
con TCE grave que muestren GCS <9, incapacidad para sostener la vía respiratoria, hipoxemia
persistente a pesar de recibir oxígeno suplementario, o señales de deterioro. Además de la
pérdida de reflejos, otros signos de fracaso inmediato de la vía respiratoria incluyen la
obstrucción (por ejemplo, por relajación de la lengua en estado comatoso) y la fatiga
respiratoria o hipoventilación (por ejemplo, patrón irregular agónico en lesión del tronco
cerebral). En niños, las consideraciones son parecidas: se recomienda intubar a un paciente
pediátrico con TCE si el GCS es inferior a 9, y siempre que exista apnea, obstrucción o
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1117 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
aspiración próxima. Es importante tener en cuenta que los niños poseen reservas de oxígeno
reducidas y consumen O
2
con mayor rapidez, lo que provoca que se desaten durante la apnea
de intubación; esto requiere una preoxigenación ideal y minimiza los intentos
infructuosos.(Prekker et al., 2023).
Trauma craneoencefálico y manejo de la vía aérea
El severo trauma craneal constituye un contexto crítico en el que la gestión de la vía
respiratoria puede determinar el progreso neurológico. En un Trastorno Cognitivo-Conductual
severo, la prioridad es evitar la lesión cerebral secundaria originada por hipoxia, hipercapnia o
depresión. Las investigaciones han evidenciado que incluso un solo descenso en la tensión
arterial sistólica (<90 mmHg) o episodios de desaturación incrementan de manera significativa
la mortalidad en TCE grave. Por esta razón, las directrices más actuales aconsejan mantener la
PAS superior a 110 mmHg en adultos con TCE y garantizar una correcta oxigenación (SatO
2
>90%) en todo instante.(George et al., 2022).
Prematura intubación: Los pacientes con TCE grave suelen estar inconscientes o
agitados y necesitan una pronta intubación orotraqueal. La intubación debe llevarse a cabo de
manera rápida pero también con cautela: idealmente a través de una secuencia rápida (RSI)
con protección cervical (probable lesión de columna C) a través de la consolidación manual in-
line (MILS) (figura 1).
Figura 1
Técnica de MILS para manejo de vía aérea
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1118 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Fuente: (Suzuki et al., 2024)
Es imprescindible usar protección cervical con MILS para reducir los movimientos del
cuello durante la laringoscopia. No obstante, la MILS puede obstaculizar la visión laríngea; en
estas situaciones, la utilización de videolaringoscopios modernos contribuye a optimizar la
visualización y disminuir la necesidad de hiperextensión cervical. Si el paciente no se encuentra
ya inmovilizado, es necesario aplicar un collar cervical estricto hasta descartar cualquier lesión.
En situaciones de trauma facial extenso o inaccesibilidad a la vía respiratoria, se pueden
considerar dispositivos supraglóticos o cricotiroidotomía de emergencia, aunque la intubación
endotraqueal continúa siendo la norma cuando es factible.(Puolakkainen et al., 2022).
Control de ventilación y CO
2
: Es crucial conseguir una ventilación controlada
rápidamente en el trauma craneal. Es imprescindible prevenir la hipercapnia, dado que un alto
nivel de CO
2
provoca vasodilatación cerebral que incrementa el flujo y la PIC, lo que podría
empeorar las hemorragias intracraneales. Además, la hiperventilación excesiva (CO
2
extremadamente bajo) disminuye la PIC, pero conlleva vasoconstricción y el riesgo de isquemia
cerebral, razón por la cual no se aconseja de manera habitual. La táctica ideal consiste en
preservar la normocapnia (PaCO
2
entre 35 y 40 mmHg) en pacientes con TCE ventilados.
(Tamilarasu et al., 2023).
Solo si se presentan síntomas evidentes de herniación, se sugiere hiperventilar de
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1119 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
manera transitoria al paciente para reducir el CO
2
a ~3035 mmHg mientras se establecen
tratamientos definitivos (por ejemplo, osmoterapia, neurocirugía). Este método "hiperventilar
solo ante herniación" concuerda con las directrices prehospitalarias del 2023, que aconsejan no
hiperventilar a pacientes con TCE (tanto adultos como niños) si no se presenta herniación
activa. Además, es necesario supervisar de manera constante el EtCO
2
en el paciente intubado
para orientar las modificaciones ventilatorias.(Jung, 2015a).
Respuesta simpática e hipertensión intracraneal
Un desafío en la intubación del paciente con TCE radica en que tanto la laringoscopía
como la intubación son estímulos nociceptivos que provocan una respuesta rápida de la vía
adrenal (taquicardia, hipertensión) que puede incrementar la PIC. Paradójicamente, a pesar de
que el paciente se encuentre en estado comatoso y aparentemente inactivo, el manejo de la vía
respiratoria puede causar un incremento refleja de la PIC a causa de la estimulación del reflejo
laríngeo y la liberación de catecolaminérgica. Esta subida momentánea de la presión puede
desencadenar herniación si la PIC ya se encontraba en niveles críticos. Por lo tanto, es
necesario implementar acciones para mitigar la reacción a la intubación: la norma es llevar a
cabo una inducción con sedación profunda y analgesia previo a la parálisis neuromuscular (RSI
convencional), evitando la intubación "únicamente con relajante" que está prohibida en
neurotrauma. (Hawkins et al., 2020).
Varios medicamentos auxiliares se emplean en la etapa anterior a la laringoscopía con
el objetivo de "amortiguar" la respuesta hemodinámica e intracraneal: por ejemplo, opioides de
acción rápida (fentanilo 2–3 μg/kg IV), un agente inductor hipnótico (propofol, etomidato,
ketamina en las dosis correctas) y opcionalmente, agentes como lidocaína intravenosa (1.5
mg/kg) o un β-bloqueador de El uso de estos medicamentos 2 a 3 minutos antes de la
intubación reduce tanto la respuesta presora (pico hipertensivo) como el reflejo tusígeno,
reduciendo la elevación de PIC vinculada al estímulo. Además, en pacientes con TCE severa e
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1120 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
hipertensión intracraneal reversible, es aconsejable elevar la cabecera 30° justo después de la
intubación y garantizar una sedación/analgesia profunda después de la intubación para evitar
estímulos perjudiciales adicionales. Además, es vital prevenir la hipotonía posinducción: el
descenso abrupto de la presión arterial debido a los medicamentos puede disminuir la presión
de perfusión cerebral (PPC) y empeorar la isquemia. Por esta razón, se opta por agentes
inductores hemodinámicamente estables y, si se requiere, se complementan con vasopresores
para conservar una tensión apropiada (Meta: MAP > 80 mmHg, PPC > 60 mmHg).(Anderson
et al., 2022; Hawkins et al., 2020).
En casos de TCE con hipertensión intracraneal, las directrices de Neurocrítica (ENLS)
aconsejan la administración de tratamientos neuroprotectores previo o durante la intubación,
siempre que sea factible. Por ejemplo, el uso de terapia osmótica hipertónica antes de la
intubación podría disminuir la PIC y generar un margen de seguridad. Se han reportado
situaciones en las que en la secuencia de intubación se incorpora una dosis intravenosa de
salina hipertónica al 23.4% (30 ml) justo antes de la laringoscopía, acompañada de lidocaína y
fentanilo, con el objetivo de disminuir la PIC elevada en un síndrome herniario. Estas acciones
de "neuroprotección intubatoria" tienen como objetivo reducir tanto la hipertensión transitoria
intracraneal provocada por la intubación, como prevenir la hipotensión o hipoxia durante la
intervención.(Robinson, 2022).
En conclusión, en casos graves de trauma craneoencefálico, es necesario intubar de
manera temprana a los pacientes con bajo nivel de conciencia o datos de fallo ventilatorio,
preoxigenar y ventilar manteniendo CO
2
en niveles normales, prevenir la hiper/hipoventilación a
excepción de casos de herniación, y realizar la intubación utilizando el método RSI utilizando la
medicación apropiada para la inhibición de la respuesta (opioide, inductor, relajante Todo esto
se realiza con un riguroso control de la hemodinámica (prevenir la hipotensión) y constante
atención a la protección cerebral (altura de la cabecera, osmoterapia si se requiere,
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1121 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
sedoanalgesia adecuada). Estas tácticas, respaldadas por directrices actualizadas, tienen
como objetivo disminuir el riesgo de lesiones secundarias y optimizar los resultados en
TCE.(Van Helmond & Gresnigt, 2020).
Inducción anestésica y farmacología en el manejo de la vía aérea neurológica
La intubación de secuencia rápida (RSI) en pacientes neurológicos demanda una
elección meticulosa de medicamentos para preservar la estabilidad hemodinámica, prevenir el
incremento de la presión intracraneal (PIC) y garantizar una perfusión cerebral apropiada
(PPC). La estrategia comprende una oxigenación previa, premedicación, elección del inductor
hipnótico, aplicación de relajantes musculares y un plan de sedación postintubación. (Hawryluk
et al., 2023a).
1. Previa oxigenación y pretratamiento
Previo a la inducción, es aconsejable suministrar oxígeno al 100% durante 35 minutos (o 8
ventilaciones con bolsa de almacenamiento) para mejorar la oxigenación durante la apnea.
Fentanilo (2 μg/kg IV): se aplica durante 2-3 minutos previos para reducir la
respuesta simpática ante la laringoscopia.
Esmolol (12 mg/kg IV): para situaciones transitorias de taquicardia o hipertensión.
Atropina (0.02 mg/kg IV): en niños menores de 1 año o con antecedentes de
bradicardia, particularmente si se planea administrar succinilcolina.(González
Balenciaga & Balenciaga Traumatismo, 2020).
Defasciculación: la administración temprana de rocuronio en dosis baja (0.1 mg/kg
IV) con el objetivo de disminuir las fasciculaciones provocadas por succinilcolina y
prevenir el incremento reflejo de PIC.
2. Hipnóticos (inicio)
a) Etomidato (0.2-0.3 mg/kg intravenoso): Es un agente no barbitúrico de inducción
ultrarrápida. Su principal ventaja es la estabilidad hemodinámica: causa muy poca
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1122 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
hipotensión comparada con otros hipnóticos, por lo que es el fármaco de elección en
pacientes con inestabilidad hemodinámica (p. ej., traumatizados hipovolémicos o
con TAM baja.
b) Propofol (0.51 mg/kg en bolo de lento desarrollo) Es un agente hipnótico de la
clase de los alquilfenoles, muy utilizado en RSI por su acción rápida (inducción en
~30 segundos). Tiene propiedades beneficiosas en neuro: disminuye la presión
intracraneal al reducir el flujo y el metabolismo cerebral, in embargo, es un
vasodilatador sistémico potente y puede causar hipotensión significativa, además de
efecto inotrópico negativo y bradicardia.(Van Helmond & Gresnigt, 2020).
c) Ketamina (12 mg/kg intravenoso La ketamina (derivado fenciclidínico)
históricamente fue contraindicada en TCE por temores de que elevara la PIC, dado
que puede inducir aumentos leves de la presión arterial y del flujo cerebral. Sin
embargo, evidencias más recientes han desmentido este efecto deletéreo. Una
revisión sistemática reciente no encontró pruebas de que la ketamina empeore
resultados neurológicos; por el contrario, en algunos estudios pequeños en TCE la
ketamina no aumentó significativamente la PIC e incluso la redujo cuando se usó en
pacientes con PIC elevada.(Hawkins et al., 2020).
d) Midazolam (0.10.3 mg/kg intravenoso) es un inductor alternativo, aunque menos
usado en RSI debido a su inicio algo más lento y a que puede provocar hipotensión
por vasodilatación(Flores Valdez et al., 2021; Jain et al., 2016; Jung, 2015b).
e) Tiopental (35 mg/kg IV) El tiopental sódico, un barbitúrico de acción ultracorta, fue
un pilar de la neuroanestesia por sus propiedades neuroprotectoras. Causa una
profunda disminución del metabolismo cerebral y un efecto vasoconstrictor cerebral,
lo que reduce eficazmente la PIC y puede suprimir la actividad convulsiva(West
et al., 2021).
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1123 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
3. Relajantes musculares (bloqueo neuronal)
f) Succinilcolina (1-1.5 mg/kg intravenoso) bloqueante despolarizante de inicio muy
rápido. Es ideal para lograr una intubación expedita en pacientes con riesgo de
aspiración por su corta latencia.
g) Rocuronio (11.2 mg/kg intravenoso) Bloqueador no despolarizante de acción rápida
a dosis altas. Dosis de RSI ~11.2 mg/kg IV logra parálisis en ~60 segundos, por lo
que es alternativa a succinilcolina. No causa fasciculaciones, evitando el pico de PIC
teórico de la succinilcolina(Puolakkainen et al., 2022).
4. Postintubación: comprobación y respiración posterior
Auscultación y confirmación del tubo mediante capnografía.
La ventilación mecánica con bajo volumen de corriente (68 ml/kg) y moderada PEEP
(5 cmH2O) para prevenir un incremento en la PIC.
5. Conservación sedo analgésica
Sedación intensa para prevenir malestar e incrementos reflejos de PIC:
Propofol (550) o Midazolam (infusión constante) + medicamentos opioides como
fentanilo o remifentanilo. En caso de hipertensión intracraneal resistente: osmoterapia (con
manitol o una solución hipertónica de sal), hipotermia moderada o bloqueo neuromuscular
permanente. (Takawira et al., 2012).
A lo largo de los años, la lidocaína intravenosa (IV) se incluyó en los protocolos
tradicionales de pretratamiento para la intubación de pacientes neurológicos, con la idea de que
podía disminuir la respuesta simpática a la laringoscopía y, en consecuencia, evitar
incrementos en la presión intracraneal (PIC). Su aplicación se fundamentaba en
investigaciones fisiopatológicas y pruebas experimentales en pacientes neuroquirúrgicos,
donde se registró una respuesta tusígena y simpática reducida con dosis de 1.5 mg/kg
aplicadas 3 minutos antes de la intubación.(Filippelli et al., 2021; Rubén Viejo-Moreno et al.,
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1124 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
2021).
Además de su función de estabilización de las membranas neuronales, se le atribuyeron
propiedades antiarrítmicas y de disminución de la presión intraocular, lo cual fue valorado como
beneficioso en situaciones de trauma craneofacial u ocular simultáneo. Estas características
respaldaron su incorporación en antiguos mnemónicos de RSI (como el "L" de lidocaína en
"LOAD").
No obstante, recientes revisiones sistemáticas (20202025), incluyendo una de
Cochrane, no evidenciaron un beneficio clínico relevante en la disminución de PIC ni en la
optimización de los resultados neurológicos con la administración de lidocaína IV. En cambio,
se relacionó con efectos secundarios como la bradicardia e hipotensión, lo que resulta
particularmente peligroso en pacientes con lesiones cerebrales donde se necesita mantener la
presión de perfusión cerebral (PPC).
Por lo tanto, las directrices vigentes no aconsejan su empleo habitual como
pretratamiento en la intubación de pacientes con traumatismo craneoencefálico u otras lesiones
neurológicas. Se da importancia a la correcta administración de hipnóticos (propofol, etomidato,
ketamina) y opioides de acción rápida para conseguir una inducción profunda y estable sin la
necesidad de añadir lidocaína adicional.
Sin embargo, su aplicación puede ser considerada en situaciones particulares, como en
pacientes con broncorreactividad elevada (asma o tos intensa), o cuando no hay opioides
disponibles, debido a su habilidad para eliminar reflejos de la vía respiratoria.
Además, la lidocaína tópica o nebulizada (al 4%) ha demostrado cierto beneficio en
ambientes controlados, como unidades de cuidados intensivos o intubación despierta, al
disminuir el reflejo de tos y aumentar la PIC durante el proceso de succión o manipulación de la
vía respiratoria. No obstante, su uso exige al menos 45 minutos para alcanzar su máximo
efecto, lo que restringe su aplicación en situaciones de emergencia.(Hubbard et al., 2020).
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1125 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
DISCUSIÓN
Es fundamental el control de la vía respiratoria en pacientes con trastorno neurológico
agudo, como en casos de trauma craneoencefálico grave, sangrados intracraneales, EVC
extenso o estado epiléptico, para evitar lesiones cerebrales secundarias provocadas por
hipoxia, hipercapnia o broncoaspiración. Históricamente, se ha aplicado la norma clínica de
intubar a cualquier paciente con una puntuación de Glasgow menor a 8, una norma que se
basa más en consenso que en evidencia robusta, pero que todavía prevalece como sugerencia
general en las guías (Cho et al., 2022) . Sin embargo, investigaciones recientes han puesto en
duda si todos los pacientes con GCS menor a 8 realmente se benefician de una intubación
inmediata. Específicamente, un metaanálisis de 19 investigaciones (Anderson et al., 2022) no
halló diferencias relevantes en la mortalidad al contrastar la intubación prehospitalaria con la no
intubación temprana. Sin embargo, sí se notó un mejor progreso neurológico en los pacientes
intubados de manera temprana. Esta disputa ha resaltado la relevancia de disponer de
personal altamente cualificado para efectuar la intubación de manera segura, particularmente
en situaciones fuera del hospital.
En términos fisiopatológicos, es crucial preservar la oxigenación (SpO
2
> 94%) y
prevenir tanto la hipoxia como la hipercapnia, que incrementan la presión intracraneal y
empeoran el pronóstico neurológico. La intubación debe llevarse a cabo a través de una
secuencia rápida (RSI), con preoxigenación previa y la elección correcta de medicamentos:
etomidato se elige por su estabilidad hemodinámica, Propofol se recomienda cuando existe
hipertensión intracraneal y estabilidad circulatoria, y la ketamina, previamente evitada, ahora es
vista como segura en TCE incluso con PIC alta. Este cambio de enfoque en torno a la ketamina
es uno de los asuntos más debatidos en la bibliografía contemporánea, que ha deslegitimado
su aplicación en el trauma craneal al no presentar un incremento clínicamente significativo de la
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1126 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
PIC.(West et al., 2021).
Otro tema de discusión es la eficacia de la lidocaína intravenosa como premedicación
para disminuir la reacción hemodinámica ante la laringoscopia. A pesar de que
tradicionalmente se aconsejaba en pacientes con hipertensión intracraneal, estudios
sistemáticos recientes no han demostrado ventajas consistentes en la disminución de la PIC y
sí han reportado efectos secundarios como la hipotensión. Por esta razón, numerosas guías
vigentes ya no aconsejan su uso habitual, sino únicamente en circunstancias
escogidas.(Hawryluk et al., 2023b).
Respecto a la ventilación posterior a la intubación, los consejos actuales insisten en
prevenir la hiperventilación profiláctica (PaCO
2
< 30 mmHg), particularmente durante las
primeras 24 horas después del suceso neurológico, dado que puede reducir el flujo cerebral en
áreas susceptibles y empeorar la isquemia. Solo se puede justificar en situaciones de
herniación cerebral inminente como medida temporal, según las directrices de la Fundación de
Trauma Cerebral (BTF, 2016) y la Sociedad de Atención Neurocrítica.(Bunya et al., 2023).
Finalmente, el debate acerca de si se debe intubar de manera precoz o diferida en
enfermedades como el EVC hemorrágico o isquémico sigue siendo abierto. Algunas
investigaciones observacionales han descubierto un incremento en la mortalidad en pacientes
que necesitan intubación de urgencia, lo que podría indicar la severidad del estado más que un
impacto negativo directo de la intubación. Por lo general, las directrices suelen sugerir
intubación profiláctica cuando se presenta una disminución del nivel de conciencia o riesgo de
fallo respiratorio, particularmente si se planean procedimientos como la trombectomía o la
sedación continua para regular convulsiones.(Anderson et al., 2022).
Por último, la gestión de la vía respiratoria en el paciente neurológico agudo demanda
una estrategia personalizada, fundamentada en principios neuroprotectores sólidos (prevenir
hipoxia, hipercapnia e hipotensión) y en evidencia reciente. Las directrices e investigaciones
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1127 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
recientes confirman la eficacia de técnicas como la RSI, la utilización de videolaringoscopia y la
selección meticulosa de agentes de inducción, mientras además promueven la revisión crítica
de prácticas convencionales como la hiperventilación profiláctica o la administración habitual de
lidocaína IV. El logro en esta gestión puede representar la distinción entre la rehabilitación
neurológica y el daño irreversible al cerebro.
Tabla 1
Fármacos utilizados en intubación de pacientes neurológicos
Grupo
Dosis
habitual (IV)
Ventajas
principales
Desventajas /
Riesgos
Consideraciones
clínicas clave
Etomidato
Hipnótico no
barbitúrico
0.20.3 mg/kg
Estabilidad
hemodinámica,
no aumenta la
PIC
Mioclonías,
supresión adrenal
(reversible)
Preferido en TCE
con hipotensión o
shock
Propofol
Hipnótico
(alquilfenol)
0.51 mg/kg
(en bolo lento)
Disminuye la
PIC, inicio
rápido, permite
examen
neurológico
rápido
Hipotensión
significativa,
bradicardia,
depresión
miocárdica
Usar con
precaución en
hipotensos;
contraindicado en
hipovolemia
Ketamina
Hipnótico/analgé
sico disociativo
12 mg/kg
Analgésico,
broncodilatador,
mantiene TA,
segura en TCE,
antiepiléptico
NMDA
Hipersecreción,
movimientos
tónico-clónicos,
taquicardia leve
Útil en TCE con
shock; favorable
en
broncoespasmo o
convulsiones
Midazolam
Benzodiacepina
0.10.3 mg/kg
Anticonvulsivant
e, sedante,
reduce el
Hipotensión, inicio
más lento,
depresión
respiratoria
Más útil como
premedicación o
en estatus
epiléptico
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1128 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
metabolismo
cerebral
Tiopental
Barbitúrico de
acción corta
35 mg/kg
Disminuye PIC,
vasoconstricción
cerebral,
neuroprotector
Hipotensión
intensa, depresión
miocárdica
Reservado para
casos
controlados, no
recomendado en
emergencia
Succinilcolina
Bloqueante
despolarizante
11.5 mg/kg
Inicio rápido
(~45 s),
intubación
eficaz, corta
duración
Fasciculaciones,
aumento de
PIC/PIO, riesgo
de hiperK+ post
48h en TCE,
bradicardia
(niños)
Útil en fase aguda
del trauma; evitar
si sospecha de
denervación o
quemaduras >48h
Rocuronio
Bloqueante no
despolarizante
11.2 mg/kg
Inicio rápido, sin
fasciculaciones,
duración
prolongada
(~3060 min)
Parálisis
prolongada, difícil
evaluación
neurológica
postintubación
Alternativa segura
a succinilcolina,
especialmente en
hipertensión
intracraneal
Vecuronio
Bloqueante no
despolarizante
0.15 mg/kg
Efecto estable,
menos impacto
hemodinámico
Inicio más lento,
uso menos
frecuente en RSI
Usado en
protocolos
antiguos; hoy se
prefiere rocuronio
Fentanilo
Opioide de
acción rápida
~2 µg/kg
Atenúa
respuesta
simpática a
laringoscopía
Rigidez torácica
en dosis altas,
depresión
respiratoria
Se usa como
parte del
pretratamiento
Esmolol
Betabloqueador
selectivo
12 mg/kg
Controla TA y
FC en
Hipotensión o
bradicardia en
dosis altas
Útil si hay
hipertensión
reactiva o
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1129 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
intubación,
efecto rápido
respuesta
adrenérgica
elevada
Atropina
Anticolinérgico
0.02 mg/kg
(pediátrico)
Previene
bradicardia por
succinilcolina
Taquicardia,
sequedad de
mucosas
Indicada en <1
año o si
bradicardia
presente
Lidocaína IV
Anestésico local
sistémico
1.5 mg/kg (~3
min antes)
Supresión de
reflejo tusígeno,
reducción
transitoria de
PIC
Eficacia dudosa,
riesgo de
hipotensión y
bradicardia según
evidencia reciente
No recomendada
rutinariamente;
uso selectivo en
broncorreactividad
o sin opioides
disponibles
Lidocaína tópica
Anestésico local
tópico
4%
atomizada/neb
ulizada
Disminuye
reflejo de tos,
posible
reducción de
PIC en succión
Requiere tiempo
(~45 min), uso
limitado en
emergencias
Útil en UCI o
intubación
despierta; no para
RSI urgente
CONCLUSIONES
El manejo de la vía aérea en pacientes con compromiso neurológico representa un reto
clínico de alta complejidad, especialmente en contextos de emergencia. La detección precoz
del deterioro en la conciencia y la intervención adecuada son cruciales para evitar problemas
como hipoxia, hipercapnia y daño neurológico secundario. La correcta elección del agente
inductor, ajustada al estado neurológico del paciente, junto con la utilización adecuada de
neuromoduladores como la lidocaína, pueden aportar considerablemente a mejorar el
pronóstico, particularmente en caso de hipertensión intracraneal. Finalmente, es crucial
establecer protocolos fundamentados en evidencia reciente y adaptados a cada contexto
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1130 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
clínico para mejorar la seguridad y efectividad del manejo de la vía aérea en este conjunto de
pacientes.
Declaración de conflicto de interés
Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés relacionado con esta
investigación.
Declaración de contribución a la autoría
Andrea Marcela Jadán Cumbe, Ana Belen Cedeño Nuñez, Luis David Calle Tello, Carlos
Miguel Carrion Cordova y José Francisco Miranda Bajaña: conceptualización, redacción del
borrador original, revisión y edición de la redacción.
Declaración de uso de inteligencia artificial
Los autores declaran que utilizaron la Inteligencia Artificial como apoyo para este
artículo, y que esta herramienta no sustituyó de ninguna manera la tarea o proceso intelectual,
manifiestan y reconocen que este trabajo fue producto de un trabajo intelectual propio, que no
ha sido publicado en ninguna plataforma electrónica de inteligencia artificial.
REFERENCIAS
Anderson, J., Ebeid, A., & Stallwood-Hall, C. (2022). Pre-hospital tracheal intubation in severe
traumatic brain injury: A systematic review and meta-analysis. British Journal of
Anaesthesia, 129(6), 977984. https://doi.org/10.1016/j.bja.2022.07.033
Bunya, N., Hirofumi, O., Igarashi, Y., Norii, T., Katayama, Y., Kasai, T., Sawamoto, K., &
Narimatsu, E. (2023). Effect of prehospital advanced airway management on outof
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1131 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
hospital cardiac arrest due to asphyxia: A JAAMOHCA registrybased observational
study in Japan. Acute Medicine & Surgery, 10(1). https://doi.org/10.1002/ams2.912
Cho, N. J., Park, S., Lyu, J., Lee, H., Hong, M., Lee, E. Y., & Gil, H. W. (2022). Prediction model
of acute respiratory failure in patients with acute pesticide poisoning by intentional
ingestion: Prediction of respiratory failure in pesticide intoxication (PREP) scores in
cohort study. Journal of Clinical Medicine, 11(4). https://doi.org/10.3390/jcm11041048
Conzelmann, M., Hoidis, A., Bruckner, T., Popp, E., & Koschny, R. (2021). Aspiration risk in
relation to Glasgow Coma Scale score and clinical parameters in patients with severe
acute alcohol intoxication: A single-centre, retrospective study. BMJ Open, 11(10).
https://doi.org/10.1136/bmjopen-2021-053619
Dharanindra, M., Jedge, P. P., Patil, V. C., Kulkarni, S. S., Shah, J., Iyer, S., & Dhanasekaran,
K. S. (2023). Endotracheal intubation with King Vision video laryngoscope vs Macintosh
direct laryngoscope in ICU: A comparative evaluation of performance and outcomes.
Indian Journal of Critical Care Medicine, 27(2), 101106. https://doi.org/10.5005/jp-
journals-10071-24398
Filippelli, O. S. G., Giglio, A. M., Tiburzi, S. P., Archinà, M. T., Barozzi, E., Maglio, P., Candido,
S., Viotti, R., Riccelli, U., Pezzi, M., Romano, C., Scozzafava, A. M., & Guzzo, M. L.
(2021). Management of airways through rapid tracheostomy in a severely burnt patient
attended to via helicopter. Case Reports in Emergency Medicine, 2021, 13.
https://doi.org/10.1155/2021/5590275
Flores Valdez, J. E., Martínez, L. C., Arias, J. C., & Peña, S. (2021). Manejo de la vía aérea
mediante intubación submental en fracturas maxilofaciales. Alerta: Revista científica del
Instituto Nacional de Salud, 4(3), 103108. https://doi.org/10.5377/alerta.v4i3.11276
George, N., Consunji, G., Storkersen, J., Dong, F., Archambeau, B., Vara, R., Serrano, J.,
Hajjafar, R., Tran, L., & Neeki, M. M. (2022). Comparison of emergency airway
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1132 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
management techniques in the performance of emergent cricothyrotomy. International
Journal of Emergency Medicine, 15(1). https://doi.org/10.1186/s12245-022-00427-3
González Balenciaga, M., & Balenciaga Traumatismo, G. M. (2020). Traumatismo craneal.
Sociedad Española de Urgencias de Pediatría, 233245.
http://www.aeped.es/protocolos/
Hawkins, R. B., Raymond, S. L., Hamann, H. C., Taylor, J. A., Mustafa, M. M., Islam, S., &
Larson, S. D. (2020). Outcomes after prehospital endotracheal intubation in
suburban/rural pediatric trauma. Journal of Surgical Research, 249, 138144.
https://doi.org/10.1016/j.jss.2019.11.034
Hawryluk, G. W. J., Lulla, A., Bell, R., Jagoda, A., Mangat, H. S., Bobrow, B. J., & Ghajar, J.
(2023a). Guidelines for prehospital management of traumatic brain injury 3rd edition:
Executive summary. Neurosurgery, 93(6), E159E169.
https://doi.org/10.1227/neu.0000000000002672
Hawryluk, G. W. J., Lulla, A., Bell, R., Jagoda, A., Mangat, H. S., Bobrow, B. J., & Ghajar, J.
(2023b). Guidelines for prehospital management of traumatic brain injury 3rd edition:
Executive summary. Neurosurgery, 93(6), E159E169.
https://doi.org/10.1227/neu.0000000000002672
Hubbard, M. E., Pena, I., Freeman, D., & Tummala, R. P. (2020). Neurosurgeons performing
tracheostomies Maintaining proficiency in the modern era. Clinical Neurology and
Neurosurgery, 192. https://doi.org/10.1016/j.clineuro.2020.105681
Jain, U., McCunn, M., Smith, C. E., & Pittet, J. F. (2016). Management of the traumatized
airway. Anesthesiology, 124(1), 199206.
https://doi.org/10.1097/ALN.0000000000000903
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1133 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Javaid, H., Shafique, S., Ajay, K., Zubair, F., & Sultan, S. F. (2021). Challenges in the
endotracheal intubation of a patient with severe spine curvature abnormality. Cureus.
https://doi.org/10.7759/cureus.18161
Jung, J. Y. (2015a). Airway management of patients with traumatic brain injury/C-spine injury.
Korean Journal of Anesthesiology, 68(3), 213219.
https://doi.org/10.4097/kjae.2015.68.3.213
Jung, J. Y. (2015b). Airway management of patients with traumatic brain injury/C-spine injury.
Korean Journal of Anesthesiology, 68(3), 213219.
https://doi.org/10.4097/kjae.2015.68.3.213
Lapostolle, F., & Alhéritière, A. (2020). To intubate or not intubate, that is still the question!
European Journal of Emergency Medicine, 27(5), 387388.
https://doi.org/10.1097/MEJ.0000000000000726
Luckscheiter, A., Thiel, M., Zink, W., Eisenberger, J., Viergutz, T., & Schneider-Lindner, V.
(2025). Utilization of non-invasive ventilation before prehospital emergency anesthesia in
trauma A cohort analysis with machine learning. Scandinavian Journal of Trauma,
Resuscitation and Emergency Medicine, 33(1). https://doi.org/10.1186/s13049-025-
01350-1
Orso, D., Vetrugno, L., Federici, N., D’Andrea, N., & Bove, T. (2020). Endotracheal intubation to
reduce aspiration events in acutely comatose patients: A systematic review.
Scandinavian Journal of Trauma, Resuscitation and Emergency Medicine, 28(1).
https://doi.org/10.1186/s13049-020-00814-w
Parks, D. J., Alter, S. M., Shih, R. D., Solano, J. J., Hughes, P. G., & Clayton, L. M. (2020).
Rescue intubation in the emergency department after prehospital ketamine
administration for agitation. Prehospital and Disaster Medicine, 35(6), 651655.
https://doi.org/10.1017/S1049023X20001168
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1134 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Prekker, M. E., Driver, B. E., Trent, S. A., Resnick-Ault, D., Seitz, K. P., Russell, D. W., …
Semler, M. W. (2023). Video versus direct laryngoscopy for tracheal intubation of
critically ill adults. New England Journal of Medicine, 389(5), 418429.
https://doi.org/10.1056/nejmoa2301601
Puolakkainen, T., Toivari, M., Puolakka, T., & Snäll, J. (2022). “A” stands for airway – Which
factors guide the need for on-scene airway management in facial fracture patients? BMC
Emergency Medicine, 22(1). https://doi.org/10.1186/s12873-022-00669-7
Robinson, C. (2022). Emergency neurological life support: Airway, ventilation and sedation
protocol version 5.0.
Rubén Viejo-Moreno, Jiménez-Carrascosa, J. F., & Parra-Soriano, S. (2021). Análisis
descriptivo de pacientes que requirieron manejo avanzado de vía aérea en emergencias
prehospitalarias: Complicaciones y factores asociados al fracaso en el primer intento de
intubación. Emergencias, 33, 447453.
Saviluoto, A., Pappinen, J., Kirves, H., Raatiniemi, L., & Nurmi, J. (2023). Association between
physician’s case volume in prehospital advanced trauma care and 30-day mortality: A
registry-based analysis of 4,032 patients. Journal of Trauma and Acute Care Surgery,
94(3), 425432. https://doi.org/10.1097/TA.0000000000003777
Suzuki, N., Doi, T., Abe, T., Michishita, T., Gakumazawa, M., & Takeuchi, I. (2024). Predictors
of emergency interventions in acute airway obstructive diseases: A retrospective single-
center observational study. Cureus. https://doi.org/10.7759/cureus.71031
Takawira, N., Han, R. J., Nguyen, T. Q., Gaines, J. D., & Han, T. H. (2012). Spinal cord
stimulator and epidural haematoma. British Journal of Anaesthesia, 109(4), 649650.
https://doi.org/10.1093/bja/aes335
Tamilarasu, K. P., Aazmi, A., Vinayagam, S., Rajendran, G., Patel, S., & Aazmi, B. (2023). A
prospective observational study of endotracheal intubation practices in an academic
DOI: https://doi.org/10.71112/3rxe2342
1135 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
emergency department of a tertiary care hospital in South India. Cureus.
https://doi.org/10.7759/cureus.36072
Van Helmond, L. P. F. M., & Gresnigt, F. M. J. (2020). Safety of withholding intubation in
gamma-hydroxybutyrate- and gamma-butyrolactone-intoxicated coma patients in the
emergency department. European Journal of Emergency Medicine, 27(3), 223227.
https://doi.org/10.1097/MEJ.0000000000000649
West, J. R., O’Keefe, B. P., & Russell, J. T. (2021). Predictors of first pass success without
hypoxemia in trauma patients requiring emergent rapid sequence intubation. Trauma
Surgery and Acute Care Open, 6(1). https://doi.org/10.1136/tsaco-2020-000588