Forma Descripción generada automáticamente
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Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias
Volumen 2, Número 2, 2025, abril-junio
DOI: https://doi.org/10.71112/6d12zc13
MOTIVACIÓN PARA LA EJERCITACIÓN Y ESTILO DE VIDA EN ESTUDIANTES
DEL DEPORTE CURRICULAR UNIVERSITARIO
MOTIVATION FOR EXERCISE AND LIFESTYLE IN STUDENTS OF UNIVERSITY
CURRICULAR SPORTS
Jesús Enrique Mungarro Matus
Daniel Edgardo Espinoza Guzmán
Bianca Torres Pro
Carmen Daniela Ulloa Rojas
México
DOI: https://doi.org/10.71112/6d12zc13
1086 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Motivación para la ejercitación y estilo de vida en estudiantes del deporte
curricular Universitario
Motivation for exercise and lifestyle in students of university curricular sports
Jesús Enrique Mungarro Matus
je.mungarro@creson.edu.mx
https://orcid.org/0000-0002-2593-9458
Escuela Normal de Educación Física
Prof. Emilio Miramontes Nájera
México
Daniel Edgardo Espinoza Guzmán
daniel.espinoza@unison.mx
https://orcid.org/0009-0005-7267-2011
Universidad de Sonora
México
Bianca Torres Pro
bianca.torrespro@unison.mx
https://orcid.org/0009-0009-4056-0284
Universidad de Sonora
México
Carmen Daniela Ulloa Rojas
carmen.ulloa@unison.mx
https://orcid.org/0009-0005-6714-8346
Universidad de Sonora
México
DOI: https://doi.org/10.71112/6d12zc13
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RESUMEN
Este estudio analiza los factores que motivan a estudiantes de la Universidad de Sonora a
desarrollar hábitos de ejercitación y estilos de vida saludables. Los participantes fueron 75
alumnos (53 mujeres y 22 hombres) inscritos en el programa deporte curricular. Se planteó un
enfoque cuantitativo, exploratorio y un alcance transversal, los datos se recabaron mediante un
cuestionario gestionado vía Google Forms. Los datos fueron procesados con SPSSv.26. Los
resultados develan que la mayoría se ejercita de tres a cuatro días por semana, durante un
tiempo de 60 a 120 minutos con intensidad moderada, realizan tres comidas saludables al día y
duerme entre seis a ocho horas. Las motivaciones internas varían de acuerdo con el género y
las motivaciones externas son similares en ambos géneros y se relacionan con la socialización.
En general los estudiantes no alcanzan las recomendaciones mínimas de actividad física
propuestas por la OMS.
Palabras clave: actividad física; estudiante; educación superior; motivación; salud
ABSTRACT
This Study analyzes the factors that motivate students at the University of Sonora to develop
exercise habits and adopt healthy lifestyle. The participants were 75 students (53 women and
22 men). Enrolled in the curricular sports program. A quantitative, exploratory, and cross-
sectional Approach was employed, and data were collected through a questionnaire
administered via Google Forms. The data were processed using SPSS v.26. The results reveal
that most students engage in physical activity three to four days per week, for 60 to 120 minutes
at moderate intensity. They report consuming three healthy meals per day and sleeping
between six and eight hours. Intrinsic motivations vary by gender and the extrinsic motivations
are similar for both genders. In general, students do not meet the minimum physical activity
recommendations proposed by the WHO.
DOI: https://doi.org/10.71112/6d12zc13
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Keywords: physical activity; student; higher education; motivation; health
Recibido: 5 de junio 2025 | Aceptado: 20 de junio 2025
INTRODUCCIÓN
A pesar del aumento en la escolaridad, el avance científico-tecnológico, la producción
de patentes y la expansión del empleo, estos indicadores no se traducen necesariamente en
una mejora del bienestar físico y mental de la población. De hecho, diversas investigaciones
resaltan una paradoja del desarrollo: a mayor progreso económico, menor es la salud global.
Esta tendencia se vincula con la automatización de los procesos productivos, soportada en
tecnologías como los servomecanismos y, más recientemente, la inteligencia artificial, que han
reducido a su mínima expresión la exigencia de actividad corporal en el trabajo. (Hallal et al.,
2012; WHO, 2024).
Entre 2010 y 2022, los niveles de inactividad física de la población mundial aumentaron
considerablemente. Hacia el final de ese periodo cerca de 1800 millones de adultos no
alcanzaban los niveles mínimos de actividad física establecidos por organismos
internacionales. De mantenerse esta tendencia, se estima que las personas sedentarias se
incrementarán un 35% en los próximos cinco años, este escenario comprometería el
cumplimiento de los objetivos para el Desarrollo Sostenible 2030, particularmente el objetivo
tres: salud y bienestar, cuya meta está encaminada a promover la actividad física como vía
para mejorar la calidad de vida global. (World Health Organization [WHO], 2024).
La falta de actividad física o sedentarismo acentúa el riesgo de adquirir enfermedades
cardiacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes, diversos tipos de cáncer (mama, próstata y
colon), demencia, entre otros. Desde principios del milenio la OMS advirtió sobre el impacto de
la inactividad física en los diferentes segmentos poblacionales, identificando que los niños
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realizaban mayor cantidad de actividad física que los adolescentes y los adultos, además, que
las mujeres gastaban menos energía que los varones ocasionados por los bajos niveles de
ejercicio físico sistemático.
También en México los problemas de salud asociados al estilo de vida de la población
muestran una tendencia en ascenso. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición
(ENSANUT, 2022) el 36.9% de los adultos presentan obesidad, el 18.3% padecen de diabetes
y 47.5% de hipertensión (Instituto Nacional de Salud Pública [INSP],2023). El reporte señala
que 51.4% de las personas adultas son físicamente inactivas. El sedentarismo se acentúa más
entre adolescentes y jóvenes de 15 a 24 años, donde más del 55% menciona que realizan
poca o nula actividad física (INSP,2023).
Los anteriores datos evidencian que, el cambio de hábitos en la actividad física sufre
una notable disminución desde educación primaria hasta la educación superior. En el nivel
superior son pocos los espacios disponibles para la actividad física y la ejercitación sistemática.
No obstante que la bibliografía médica ha demostrado que la actividad física se asocia con la
disminución de la ansiedad y depresión, incremento de la autoestima, mejora los resultados
académicos, entre otras cosas (Bailey, s/f), aun así, existe poca cultura hacia la ejercitación
sistemática entre las personas adultas.
Uno de los principales establecimientos para institucionalizar la práctica de la actividad
física y el deporte es la escuela en sus diferentes tipos y niveles educativos, actuando de
manera masiva en su nivel básico y tomando distintas formas o vertientes en los niveles de
educación media superior y superior.
En lo que concierne al nivel superior desde finales del siglo XIX se evidencia una
importante preocupación por la salud y calidad de vida de los universitarios, retomando los
beneficios de la actividad física y el deporte para atender las necesidades de ejercitación de la
población estudiantil. Según Pérez (23, octubre del 2019). “La mayoría de los países europeos
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introdujeron la gimnástica en la enseñanza media en el último tercio del siglo XIX […]”. (p. 1).
En el desarrollo del deporte universitario fueron pioneros los anglosajones, destacando las
Universidades de Oxford y Cambridge, quienes llevaban a cabo competencias de regatas
desde 1829. La Universidad de Oxford tiene una amplia tradición en la promoción del deporte
amateur universitario el cual se encuentra organizado a través del sistema “College Sports”,
involucrando a toda la comunidad universitaria en diversos programas deportivos y de actividad
física sistematizada.
En Estados Unidos de América la Universidad de Michigan, fue una de las primeras
instituciones del continente americano que integró la actividad física y el deporte en el Curricula
universitaria desde 1865. A través de su departamento de recreación deportiva promueve entre
la comunidad estudiantil diversos programas de ejercitación, bienestar y deportes de
competencia internos y externos, desarrollando estas actividades como parte fundamental en la
formación de tipo superior.
En el caso mexicano la incorporación de la actividad física a la vida estudiantil
universitaria tiene una historia más reciente. La Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM) se ubica como una institución pionera en el deporte extracurricular universitario en
América Latina y el Caribe. Sus primeros programas en este campo datan de 1917, año en que
la máxima casa de estudios fundó la primera dirección de educación física encargada de
promover el deporte en el nivel de preparatoria. Posteriormente en 1926 se creó la Dirección de
Educación Física, organismo que gestiona la actividad física y el deporte de competencia
(UNAM, 2019).
También el Instituto Politécnico Nacional desde 1936 tiene una amplia trayectoria en el
fomento de la actividad física y deportiva entre la comunidad escolar a través de la Dirección de
Organización de Actividades Deportivas (IPN, 22 abril 2024, p., 7). En la región noroeste
destaca la Universidad Autónoma de Chihuahua que de manera paralela con la Universidad
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Autónoma de Nuevo León incursionaron en la promoción de actividades físicas entre los
estudiantes desde la década de los sesenta.
Después de esta primera ola de instituciones de educación superior preocupadas por el
rendimiento físico y deportivo de sus estudiantes, surgió una tendencia impulsada por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS), organismo que implementó el concepto de
instituciones promotoras de la salud en las universidades de la región. Muñoz y Cabieses
(2008) mencionan que la Universidad promotora de la salud “es la institución que incluye el
fomento a la salud dentro de su proyecto educativo, con el propósito de potenciar el desarrollo
humano y la calidad de vida de las personas que ahí estudian o trabajan” (p.140).
A partir de las nuevas directrices internacionales, las principales Instituciones de
Educación Superior (IES) mexicanas implantaron políticas educativas para proporcionar una
formación integral a los universitarios, destacando: la adquisición de conocimientos, métodos
científicos y valores culturales; facilitando también, la apropiación de saberes y procedimientos
para el autocuidado. En esta transición curricular la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior desempeñó un rol muy importante al promover el término
“universidad saludable”, este término se incorporó a los criterios de evaluación de dicho
organismo, estableciendo la necesidad de que las IES diseñaran políticas educativas y
programas para fomentar la actividad física, el deporte y la recreación entre el sector estudiantil
(ANUIES; 2006 en ANUIES; 2012). En este proceso también ha contribuido de manera
importante la creación de la Ley de Cultura Física y Deporte, que permite masificar la práctica
de actividades físicas en escenarios diversos, como son las instituciones educativas (Cámara
de Diputados del H. Congreso de la Unión, 2013).
En el estado de Sonora este tipo de reformas curriculares iniciaron hace más de dos
décadas, siendo pioneras la Universidad de Sonora (UNISON) y el Instituto Tecnológico de
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Sonora (ITSON). Posteriormente otras instituciones como la Universidad Estatal de Sonora
(UES), el Instituto Tecnológico (IT) y las Universidades Tecnológicas (UT) han hecho lo propio.
Específicamente en la UNISON el programa de deporte curricular comenzó a operar en
el 2004. Actualmente posee una matrícula de 1,500 alumnos adscritos al mismo. El objetivo
principal del programa es fomentar la práctica organizada y sistemática de actividades físico-
deportivas, así como, mejorar la calidad de vida del estudiantado a través de una serie de
cursos optativos de actividad física y deportiva. De la oferta propuesta los estudiantes deben
elegir un curso durante cada semestre. Cada optativa tiene una duración de tres horas
semanales distribuidas en tres clases de 60 minutos, o bien, dos clases de 90 minutos a la
semana. Actualmente se cuenta con los siguientes cursos: Acondicionamiento físico con
Pesas, Acondicionamiento Físico sin Pesas, Acondicionamiento Físico-Natación, Ajedrez,
baloncesto, gimnasia aeróbica, fútbol soccer, fútbol bardas, softbol, tae kwon do, voleibol,
tochito y handball.
La dinámica del programa consiste en la impartición de sesiones de actividad física
asociada al tipo de curso elegido por los participantes. De manera paralela se llevan a cabo
evaluaciones del estado de salud y desarrollo de las capacidades físicas de los alumnos.
Dichas intervenciones están encaminadas a mejorar la condición física y los aspectos técnicos
de las diferentes disciplinas deportivas. En cada curso además del trabajo físico se incluyen
temas complementarios en la formación del estudiantado, como son: beneficios de la actividad
física, la importancia de la nutrición y el descanso, educación sexual e identidad institucional.
De manera paralela en los espacios curriculares se promueve la socialización mediante
jornadas de competencias deportivas y actividades recreativas que favorecen la sana
convivencia en la comunidad universitaria.
El programa de deporte curricular tiene valor crediticio soportado en la malla curricular
de las diferentes carreras universitarias. Por tanto, es obligatorio que los estudiantes participen
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en el programa. Las modalidades para lograr la acreditación contemplan dos vertientes: 1)
cursar satisfactoriamente un curso de deporte curricular durante un semestre; 2) integrarse a
un equipo representativo de la UNISON y participar en competiciones oficiales, obteniendo el
derecho de acumular puntos-crédito derivados de este programa.
La UNISON dispone de dos mecanismos para la obtención de los créditos curriculares,
dependiendo de la carrera que cursa el estudiante
a) en las facultades interdisciplinarias se pueden cursar cuatro créditos deportivos o
cuatro créditos culturales o la combinación de ambas, como ocurre en la facultad
interdisciplinaria de ciencias económicas y administrativas, la facultad interdisciplinaria de
ciencias sociales y la facultad interdisciplinaria de humanidades y artes.
b) Las facultades interdisciplinarias que obligan a cursar dos créditos deportivos y dos
créditos culturales son la Facultad interdisciplinaria de Ciencias Exactas y Naturales, la facultad
interdisciplinaria de Ingeniería y la facultad interdisciplinaria de Ciencias Biológicas y de la
Salud.
Problematización
A pesar de los esfuerzos institucionales para sostener el programa de deporte curricular
y cumplir con los lineamientos en materia de salud universitaria, persiste una resistencia
significativa por parte del estudiantado para inscribirse a este tipo de cursos. Las causas que
explican dicha resistencia aún no se identifican con claridad, ya que existen escasas
investigaciones que exploren las motivaciones de los estudiantes hacia la ejercitación física y la
adopción de estilos de vida saludables. Esta situación refleja un vacío en el conocimiento y
dificulta la toma de decisiones informadas. La presente investigación pretende generar evidencia
que coadyuve al diseño de políticas institucionales eficaces, ajustadas a las necesidades
contemporáneas del estudiantado en relación con la actividad física y del deporte universitario.
Objetivo General
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Analizar la relación entre los niveles de motivación hacia la ejercitación y los estilos de
vida adoptados por estudiantes inscritos en el programa de deporte curricular de la Universidad
de Sonora, con el fin de identificar variables determinantes en incorporación de prácticas
saludables y proponer estrategias para su fortalecimiento
Objetivos específicos
1. Caracterizar los hábitos de ejercitación física de los estudiantes en función de la
frecuencia, duración, intensidad y tipo de actividad física realizada, dentro y fuera del
contexto universitario.
2. Clasificar el tipo de motivación (intrínseca y extrínseca) que influye en la participación y
permanencia de los estudiantes en el programa de deporte curricular.
3. Identificar relaciones entre los estilos de vida y los patrones de ejercitación física,
tomando como criterio los indicadores de salud establecidos por los organismos
internacionales como la OMS y la UNESCO.
Conceptos y teorías relacionadas con la motivación en la actividad física.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2020) define la actividad física (AF) como
cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que requiere gasto de
energía. La AF es la suma de acciones motrices que desarrolla una persona de manera cotidiana
en las cuestiones domésticas, actividades escolares, laborales y recreativas. Por su parte, el
ejercicio físico o ejercitación se entiende como la actividad sistemática y continua que involucra
a todo el sistema corporal, movilizando a los principales grupos musculares mínimamente
durante 20 minutos, distribuidos en tres sesiones semanales de una intensidad moderada o alta,
es decir, que incremente el consumo de oxígeno en un 60% (Alegsa, 2010, 22 de diciembre).
La OMS (2020) define al sedentarismo como cualquier período durante el cual se gasta
poca energía al mantener la posición de sentado, reclinado o acostado, así como en actividades
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cotidianas de transporte en auto, autobús, etc., así como también durante actividades laborales
de baja intensidad como en el uso de pantallas y otros dispositivos electrónicos.
Con la finalidad de incrementar la participación en acciones que disminuyan los niveles
de sedentarismo de la población mundial, la OMS (2020), emitió una serie de recomendaciones
que detallan la cantidad de actividad física (frecuencia, intensidad y duración) necesaria para
ofrecer beneficios significativos para la salud y reducir los riesgos para la salud, OMS (2020).
Para efectos de esta investigación se han incorporado también algunos planteamientos
teóricos que abordan las motivaciones que pueden tener las personas para llevar a cabo
procesos sistemáticos de ejercitación, así como para adherirse a hábitos que mejoran el estado
de salud.
Deci y Ryan (2015), en su teoría de la autodeterminación señalan dos formas en las que
se detona la motivación, la primera es a través de factores endógenos generados por la misma
persona, entre ellos se encuentra el gusto por la realización de ciertas tareas, el logro de metas
personales como bajar de peso, verse mejor físicamente, sentirse más fuerte o veloz; disminuir
el estrés escolar y mejorar el nivel de concentración. Por otro lado, se encuentran los factores
exógenos o externos vinculados con la influencia del círculo cercano de amigos que practican
una misma actividad; los instructores o entrenadores deportivos que refuerzan a los participantes
a mejorar sus marcas personales; las redes sociales que promueven la importancia de una mejor
apariencia física, entre otros. En este sentido, los estudiantes son constantes en una actividad
cuando perciben los beneficios de la actividad sica o bien, cuando su participación en las
diferentes actividades es reforzada por sus iguales. Ambos elementos endógenos y exógenos
se vinculan de manera importante para detonar la motivación de los estudiantes en el desarrollo
de las actividades físico-deportivas que se plantean en el programa de deporte curricular.
Revisión de literatura
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Según Pavón et al. (2004), la mayoría de los estudiantes tiende a abandonar la práctica
de la actividad física y deportiva al ingresar a la universidad. Este fenómeno se atribuye,
principalmente, al incremento de las exigencias académicas y a la diversidad de horarios en la
educación superior, entre otros factores. La reducción en los niveles de actividad física durante
la formación profesional tiene sin duda un impacto negativo en el bienestar físico y emocional
de los universitarios.
En el ámbito nacional se han desarrollado varios estudios relacionados con el tema en
cuestión, uno de ello fue realizado por Morales et al. (2018) quienes efectuaron un estudio con
883 alumnos de enfermería de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), con el
fin de describir su estilo de vida saludable, para tal fin se utilizó el cuestionario EVISAUN,
versión 3. Los hallazgos develan un perfil preponderantemente femenino, con edad promedio
de 21 años, dependencia económica y, en algunos casos, actividad laboral. Se encontró un
nivel moderado de actividad física, estado de salud y calidad de vida entre bueno a regular, un
patrón de sueño deficiente, nivel de estrés alto y hábitos alimenticios poco saludables. Se
concluyó que existen factores de riesgo en el estilo de vida de los estudiantes, los cuales
pueden abordarse mediante la adopción paulatina de prácticas saludables, evitando la
incorporación de cambios radicales.
También Fouilloux et al; (2021) desarrollaron una investigación para identificar la
relación entre la práctica de actividad física y aspectos positivos de la salud mental de alumnos
de medicina en México. Participaron 190 estudiantes con edad media de 19.0 ±1.4 años, se
aplicó una batería de prueba para evaluar la satisfacción de los jóvenes con la vida, su
resiliencia, auto concepto y compromiso, así como el IPAQ que evalúa su práctica de actividad
física. En los resultados se reportó una asociación significativa del nivel de actividad física
practicada y satisfacción con la vida. De igual forma la actividad física tuvo una asociación
significativa con aspectos positivos de la salud mental de estudiantes.
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En el contexto estatal Bernal et al. (2015) analizaron el efecto de una clase de
acondicionamiento físico sin pesas en las capacidades físicas condicionales de estudiantes de
la UNISON. El estudio comparó un grupo experimental de 19 estudiantes que cursaron la
asignatura con un grupo control de 22 estudiantes que no participaron. Ambos grupos fueron
evaluados antes y después de 12 semanas en fuerza abdominal, fuerza de brazos, fuerza de
piernas, velocidad y resistencia. Los resultados indican que, aunque los participantes del curso
no redujeron su peso ni su índice de masa corporal (IMC), si lograron mantener o mejorar sus
capacidades físicas condicionales, con incremento significativo en fuerza abdominal, flexibilidad
y velocidad. A diferencia del grupo control donde se observó disminución en flexibilidad y
velocidad. Los hallazgos muestran impacto positivo del deporte curricular en el desarrollo físico
integral de los estudiantes universitarios.
En los estudios anteriormente revisados se encontró que la actividad física y un estilo de
vida saludable juegan un papel importante en los beneficios de salud física y mental de los
estudiantes, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles.
METODOLOGÍA
Escenario: el proceso de investigación se llevó a cabo en la Universidad de Sonora,
Unidad centro, ubicada en Hermosillo, México.
Participantes: la población era de 1500 estudiantes adscritos al programa de deporte
curricular. La muestra estadística se determinó con el software Survey Monkey, obteniendo un
total de 66 participantes (90% de confianza y 10% de error), sin embargo, el estudio se
extendió a 75 estudiantes (53 mujeres y 22 hombres). La edad promedio fue de 18 años (44%);
el 63% son estudiantes foráneos en tanto que el 27% son originarios de Hermosillo.
Paradigma y enfoque: se trata de una investigación soportada en el paradigma Post-
positivista, se utilizó un enfoque cuantitativo y un diseño de tipo exploratorio, descriptivo con
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alcance transversal debido a que los datos fueron recopilados en un periodo de tiempo
establecido (Hernández, Mendoza y Baptista, 2022).
Instrumentos: se diseñó un cuestionario en la aplicación Google Forms mismo que está
estructurada en tres categorías: datos personales, estilo de vida y ejercitación. El instrumento
se distribuyó entre los participantes a través de la plataforma WhatsApp.
Procesamiento de los datos: se utilizó el software SPPSS- versión 26, por medio de los
procedimientos usuales se trabajó con estadísticas descriptiva, obteniendo frecuencias y
porcentajes, así como también tabulación cruzada entre las variables de estudio.
Criterios de inclusión/exclusión: Solamente participarán los alumnos inscritos en el
programa de deporte curricular en el semestre 2024-2 de la Universidad de Sonora. Los
alumnos no inscritos en el programa de deporte curricular en el semestre 2024-2 de la
Universidad de Sonora no podrán participar, los alumnos seleccionados y que no contesten la
encuesta pudiera ser un obstáculo y limitación.
Condiciones éticas de la investigación: En el cuestionario electrónico se incluyó una
solicitud de participación informada a través de la cual se detallan las características del
estudio, así como el destino que tendrán los datos de los participantes, atendiendo a la
Declaración Universal Sobre Bio-ética y derechos humanos (UNESCO, 2005), de manera
complementaria los datos de los participantes se resguardaron bajo la Ley Federal de
Protección de datos Personales en Posesión de Particulares (Diario Oficial de la federación,
DOF: 2025).
RESULTADOS
En relación con la frecuencia con la que realizan actividad física se descubrió que el
33.3% de los estudiantes se ejercita con una frecuencia mínima de una a dos veces por
semana; 33.3% desarrolla actividad física durante tres a cuatro días por semana; solo el 1.7%
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realiza actividad física los siete días de la semana. En lo que respecta a la cantidad de horas
que destinan a la actividad física por día se encontró que el 60% se ejercita en un promedio de
una a dos horas por sesión. El 49.3 % de los estudiantes reportó que la intensidad de
ejercitación que realizaban era moderada.
En la tabulación cruzada de variables se encontró que la principal motivación interna
según el género, en el caso de las mujeres se vinculó con aspectos estéticos. Es decir, las
estudiantes realizan actividad física frecuente para verse físicamente mejor (45.6%), en tanto
que, para el 63.6% de los hombres ejercitarse de manera regular les permite sentirse
físicamente más aptos.
Tabla 1.
Género vs Motivación interna
Género
Estética
Otra
Femenino
45.6%
54.7%
Masculino
0.0%
36.4%
Total
100%
En cuanto a la edad y la frecuencia de ejercitación se encontró que, aunque el promedio
de edad es bajo (18 años), podría esperarse que estudiantes más jóvenes tengan una menor
consolidación de hábitos saludables respecto a estudiantes de mayor edad o en semestres más
avanzados.
Al cruzar la variable sobre el tipo de motivación con la frecuencia de ejercitación, se
encontró que los estudiantes que reportaron motivaciones internas más objetivas (como la
mejora física o estética) parecen tener mayor constancia en las actividades de ejercitación física
(3-4 veces por semana). En contraste con aquellos estudiantes que manifestaron motivaciones
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internas subjetivas como sentirse mejor o menos cansados, quienes asistieron solamente entre
1-2 veces por semana.
Con respecto a la motivación extrínseca para asistir al deporte extracurricular, los
participantes de ambos géneros coincidieron en manifestar que el ambiente de socialización que
se genera en las clases y el apoyo de sus compañeros ayuda a reforzar su permanencia en el
programa. También se identificó que los estudiantes que asisten al programa solo con la
intención de acreditar el curso o bien con fines recreativos tuvieron una baja frecuencia de
ejercitación (1-2 veces por semana).
También se identificó que tres de las razones más importantes que motivaron a los
estudiantes para inscribirse y mantenerse en el programa de deporte curricular universitario se
encuentran asociadas a la práctica de actividad física (49.3%); el gusto por practicar el deporte
que eligieron para inscribirse (32%), y alcanzar los créditos que les permita continuar de manera
regular en la carrera universitaria (14.4%).
Tabla 2
Motivación para inscribirse al deporte curricular
N
%
La actividad física
37
49.3
Acreditación
11
14.7
Recreación
1
1.3
El deporte que
me inscribí
24
32
Otros
2
2.7
75
100
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1101 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
La falta de actividad física en la mayoría de los cursos teóricos que se imparten en las
diferentes carreras de la UNISON, orientó a preguntar a los estudiantes sobre el tiempo que
permanecen sentados durante la jornada académica, se identificó que el 40% se encuentra en
posición sedente entre dos y tres horas por sesión; 24% un periodo de tres a cinco horas y un
17% permanecen inactivos más de seis horas al día.
Tabla 3.
Horas sin actividad física de los participantes
Horas
N
%
0-1
5
6.7
2-3
30
40
3-5
18
24
6-7
13
17.3
8 o más
9
12
75
100
Con relación a los hábitos de alimentación, los estudiantes manifestaron que el 35%
consume tres comidas a las que califican como saludables, las cuales consisten en proteínas,
carbohidratos y vitaminas; el 30% consume principalmente comida rápida; el 22% combina
comida saludable y comida rápida; el 13% no contestó.
Tabla 4.
Preferencia alimenticia de los participantes
Preferencia alimenticia
Frecuencia
Porcentaje
Comidas saludables
26
35.0%
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1102 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
En lo que
concierne a las horas
de sueño y descanso de los estudiantes se encontró que más de la mitad (58.7%) duermen un
promedio de seis a ocho horas diarias; llama la atención que el 20% tiene un periodo de sueño
muy corto que se ubica entre las tres y seis horas, en tanto que, el 17.3% sobrepasa las ocho
horas de sueño por día.
Tabla 5
Horas de sueño de los participantes
Horas
N
%
3-6
15
20
6-8
44
58.7
8-10
13
17.3
11 o
más
3
4
75
100
DISCUSIÓN
Los datos aportados por los alumnos inscritos en el semestre 2024-2 del programa
deporte curricular de la Universidad de Sonora no coinciden con los estándares de la
Preferencia alimenticia
Frecuencia
Porcentaje
Principalmente comida rápida
23
30.0%
Combinación de saludable y
rápida
16
22.0%
No contestó
10
13.0%
Total
75
100%
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1103 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que, mientras el 60% de los universitarios se
ejercita en un rango de 60 a 120 minutos, la OMS recomienda por lo menos un rango de 150 a
300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana,
incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad. (OMS,2020).
La motivación de los estudiantes para mantener sus hábitos de ejercitación atiende a los
dos elementos que manifiesta la teoría de la autodeterminación (Deci & Ryan, 2015), ubicando
la motivación intrínseca en la autopercepción de cambios estético que les reporta la actividad
física en el caso de las mujeres y en el mejoramiento funcional (incrementar fuerza, velocidad
resistencia) en el caso de los varones. La motivación externa de ambos sexos está
fundamentada en las expresiones de apoyo que reciben de parte de sus compañeros de clase
o respecto a su rendimiento en eventos de competición Rodríguez Cayetano et al. (2020).
Se coincide con Bernal, et al, (2015), quien reportó una mejora de las capacidades
físicas condicionales en estudiantes de la Universidad de Sonora asociadas a la calidad de la
clase que recibieron, destacando además que, el deporte curricular universitario es
considerado un elemento clave para mejorar el aspecto físico de los estudiantes.
En relación con los hábitos de descanso, particularmente las horas de sueño, se difiere
de los hallazgos de Morales et al, (2018), en cuyo trabajo demostró que el patrón de descanso
y sueño de la población estudiada era malo, el nivel de estrés alto y las prácticas alimentarias
poco saludables. También se difiere de los resultados de Laguado y Gómez (2014), quien
encontró que los estudiantes colombianos de enfermería no mantenían hábitos saludables, lo
que conducía hacía conductas de riesgo. En el caso de los estudiantes de la UNISON,
mostraron hábitos alimenticios más saludables y una cantidad de seis a ocho horas de sueño
por día.
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En cuanto al impacto de la actividad físico-deportiva en la salud mental, concordamos
con Fouilloux et al; (2021), quien encontró que dichas actividades pueden diseñarse y utilizarse
no sólo en el tratamiento y prevención de trastornos mentales, sino también para promover la
salud mental entre la población estudiantil. También Manzanas (2022) alude que el bienestar
general se logra a partir de que la persona logra entender y gestionar la salud, adaptando
diversos hábitos y medidas de prevención al estilo de vida, consiguiendo con ello beneficios
físicos, un equilibrio de los estados socioemocional y mejora de las relaciones sociales.
CONCLUSIONES
Frecuencia e intensidad insuficiente de ejercitación: aun y cuando la mayoría de los
estudiantes inscritos en el programa deporte curricular se ejercita entre tres y cuatro días por
semana con sesiones de 60-120 minutos, dichos niveles no cumplen con las recomendaciones
mínimas de la OMS (150-300 minutos semanales de actividad física moderada o vigorosa),
dicha situación limita el impacto positivo en la salud.
Motivación diferenciada por género: se encontraron claras diferencias en la motivación
intrínseca según el sexo de los estudiantes, en las mujeres predomina la búsqueda de mejoras
estéticas, en tanto que los hombres se decanta el interés por el rendimiento físico. En ambos
casos la motivación externa está vinculada con la socialización y el ambiente del grupo, esto
puede favorecer para la permanencia en el programa.
Motivación y frecuencia de ejercitación: los estudiantes que mostraron motivaciones
más objetivas (mejora física o estética) fueron más constantes en la ejercitación (3-4 veces por
semana) a diferencia de quienes presentaron motivos más subjetivos o externos (recreación o
acreditación) presentando menos constancia en la asistencia al curso.
Hábitos de vida moderadamente saludables: En general los estudiantes muestran
prácticas alimenticias moderadamente saludables, con un 35% que reporta consumir tres
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1105 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
comidas nutritivas por día y un patrón de sueño considerado dentro del rango recomendado (6-
8 horas por día).
Sedentarismo académico constante: se identificó un tiempo extenso en posición
sedentaria durante las clases teóricas, más del 40% de los estudiantes reportó entre dos y tres
horas por sesión, es necesario insertar pausas activas o estrategias que estimulen la
motricidad en el entorno universitario.
Sugerencias:
Se sugiere incrementar la frecuencia y extensión de las sesiones, así como atender el
tipo de motivación de acuerdo al género.
Implementar estrategias de motivación que refuercen el sentido de pertenencia al
grupo y que mejoren la adhesión al programa.
Diseñar campañas promocionales integrales que promuevan el ejercicio físico, la
alimentación, el descanso y la gestión del tiempo sedentario enfocadas principalmente a
estudiantes de nuevo ingreso.
Implementar un programa informativo de pausas activas y difundirlo entre el
profesorado y estudiantes inscritos en carreras predominantemente teóricas con la finalidad de
reducir el impacto del sedentarismo prolongado.
Desarrollar estudios longitudinales sobre los hábitos de ejercitación y conductas pro-
salud durante el trayecto universitario.
Declaración de conflicto de interés
Los autores declaran no tener ningún conflicto de interés relacionado con esta
investigación.
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Declaración de contribución a la autoría
Jesús Enrique Mungarro Matus, Daniel Edgardo Espinoza Guzmán, Bianca Torres Pro,
Carmen Daniela Ulloa Rojas: conceptualización, redacción del borrador original, revisión y
edición de la redacción
Declaración de uso de inteligencia artificial
Los autores declaran que utilizaron la Inteligencia Artificial como apoyo para este
artículo, y que esta herramienta no sustituyó de ninguna manera la tarea o proceso intelectual,
manifiestan y reconocen que este trabajo fue producto de un trabajo intelectual propio, que no
ha sido publicado en ninguna plataforma electrónica de inteligencia artificial.
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