Forma Descripción generada automáticamente
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Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias
Volumen 2, Número 2, 2025, abril-junio
DOI: https://doi.org/10.71112/9djmkr22
REALISMO Y REPRESENTACIÓN DE LAS TEORÍAS CIENTÍFICAS EN FÍSICA
REALISM AND REPRESENTATION OF SCIENTIFIC THEORIES IN PHYSICS
Carlos Rodríguez-Benites
Lincoln Chiguala Contreras
Susanita Lizeth Moreno Cavero
Perú
DOI: https://doi.org/10.71112/9djmkr22
1173 Revista Multidisciplinar Epistemología de las Ciencias | Vol. 2, Núm. 2, 2025, abril-junio
Realismo y representación de las teorías científicas en Física
Realism and representation of scientific theories in Physics
Carlos Rodriguez-Benites
1
carlos.rodriguezb@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-9437-6364
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Universidad nacional de Trujillo
Perú
Lincoln Chiguala Contreras
2
skanderbekares@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-3183-2673
Universidad Nacional Agraria de la Selva
Perú
Susanita Lizeth Moreno Cavero
3
susanitalizethmc@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-9737-5666
Universidad Privada Antenor Orrego
Perú
RESUMEN
El realismo estructural ha emergido como una de las propuestas más relevantes en el debate
contemporáneo sobre la naturaleza del conocimiento científico. Frente a la inestabilidad
histórica de las entidades teóricas, este enfoque sostiene que las estructuras relacionales
subyacentes a las teorías exhiben una notable continuidad a través del cambio teórico. De este
modo, permite explicar el progreso científico sin comprometerse con la permanencia ontológica
de entidades particulares. En este artículo se defiende que el realismo estructural óntico
representa una de las formulaciones más robustas de esta perspectiva, al afirmar que las
estructuras constituyen el núcleo mismo de lo real. No obstante, esta posición también enfrenta
desafíos significativos, en particular en lo que respecta a la distinción entre estructura
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matemática y física, así como al problema de la representación científica. Se argumenta que
una concepción adecuada de la representación debe integrar tanto dimensiones semánticas
como pragmáticas, de modo que el realismo estructural pueda mantenerse como una posición
filosóficamente coherente y empíricamente fecunda.
Palabras clave: realismo estructural; representación científica; realismo óntico; cambio teórico;
filosofía de la ciencia
ABSTRACT
Structural realism has emerged as one of the most significant proposals in the contemporary
debate on the nature of scientific knowledge. In response to the historical instability of
theoretical entities, this approach holds that the relational structures underlying scientific
theories exhibit remarkable continuity through theoretical change. In this way, it explains
scientific progress without committing to the permanent existence of specific entities. This article
argues that ontic structural realism represents one of the most robust formulations of this
perspective, asserting that structures constitute the very core of reality. However, this position
also faces significant challenges, particularly concerning the distinction between mathematical
and physical structures and the problem of scientific representation. It is argued that an
adequate conception of representation must integrate both semantic and pragmatic dimensions,
so that structural realism can be maintained as a philosophically coherent and empirically fruitful
position.
Keywords: structural realism, scientific representation, ontic realism, theoretical change,
philosophy of science
Recibido: 29 de mayo 2025 | Aceptado: 24 de junio 2025
DOI: https://doi.org/10.71112/9djmkr22
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INTRODUCCIÓN
En el panorama actual de la filosofía de la ciencia, el debate entre realismo y
antirrealismo sigue ocupando un lugar central. Estas posiciones no son meras posturas
abstractas, sino expresan actitudes profundamente distintas frente al estatus del conocimiento
científico y a la relación que este mantiene con la realidad. Mientras el realismo defiende que
las teorías científicas bien establecidas describen al menos aproximadamente aspectos
reales del mundo, el antirrealismo pone en duda esta pretensión, subrayando las limitaciones
inherentes a nuestras representaciones científicas.
El realismo científico afirma que las mejores teorías nos ofrecen un conocimiento fiable
del mundo, incluidas sus entidades inobservables. La notable capacidad predictiva y
tecnológica de la ciencia parecería reforzar esta convicción. Sin embargo, el antirrealismoen
sus diversas variantes, como el empirismo constructivoadvierte que la historia de la ciencia
está llena de teorías que fueron abandonadas a pesar de sus éxitos previos. Por ello, desde
esta perspectiva, las teorías deben entenderse más como instrumentos útiles para organizar la
experiencia que como descripciones literales de una realidad independiente.
En este contexto de tensión, han surgido propuestas intermedias que buscan conciliar
los elementos más plausibles de ambas posiciones. Entre ellas, el realismo estructural (RS) ha
ganado un lugar destacado. Según este enfoque, lo que perdura a través de las revoluciones
científicas no son las entidades teóricas particulares, sino las estructuras relacionales que las
teorías capturan. De este modo, el RS intenta ofrecer una explicación del éxito y la continuidad
científica sin comprometerse con una ontología sustancialista.
El RS responde tanto al argumento del milagroque sostiene que el éxito científico
sería ininteligible si las teorías no fueran al menos parcialmente verdaderascomo a la meta-
inducción pesimista, que señala el carácter falible y transitorio de las teorías. En este marco,
diversos autores, como Worrall, Ladyman y French, han distinguido entre realismo estructural
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epistémico (REE) y realismo estructural óntico (REO), ampliando las perspectivas de esta
corriente. A su vez, trabajos como los de Dorato han profundizado en las implicaciones
filosóficas de estas posturas.
Paralelamente, la reflexión sobre la representación científica ha cobrado renovada
relevancia. La concepción semántica de las teorías y los estudios sobre los modelos han
mostrado que la representación no consiste en un simple reflejo de la realidad, sino en una
construcción mediada. Investigaciones como las de Pickering han resaltado el carácter
dinámico y situado de la práctica científica, mientras que autores como Borge han subrayado la
necesidad de anclar el REO en prácticas efectivas y evitar así un platonismo excesivo.
Este ensayo parte de la tesis de que el REO constituye una de las formas más
prometedoras del realismo en la filosofía de la ciencia contemporánea. No obstante, también
enfrenta desafíos importantes, en especial en lo relativo a la representación científica, la
individuación ontológica y la distinción entre estructura matemática y estructura física. A lo largo
del texto se examinarán las principales formulaciones del RS, sus implicaciones
representacionales, los debates en torno a su ontología y las respuestas posibles a las
objeciones antirrealistas. Asimismo, se explorarán sus vínculos con la concepción semántica de
las teorías y se argumentará la conveniencia de integrar enfoques pragmáticos y contextuales.
DESARROLLO
Realismo, antirrealismo y el problema de la representación científica
El núcleo del debate entre realismo y antirrealismo científicos gira en torno a un
problema fundamental: ¿cómo se relacionan las teorías científicas con la realidad? Esta
cuestión, conocida como el problema de la representación científica, constituye el eje de
muchas controversias en la filosofía de la ciencia actual.
Desde una perspectiva realista, las teorías no se limitan a ser herramientas predictivas,
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sino que aspiran a describir el mundo, incluidos sus aspectos inobservables. La referencia a
entidades como electrones o campos cuánticos, así como el éxito predictivo de las teorías
modernas, refuerzan esta visión.
En contraste, el antirrealismo defiende que las teorías deben ser evaluadas por su
adecuación empírica, sin comprometerse con la existencia real de las entidades que postulan.
En esta óptica, la representación científica es una construcción que organiza la experiencia,
más que un espejo fiel de la realidad.
Ambas posturas enfrentan el desafío de explicar en qué consiste la representación
científica. No basta con establecer una correspondencia formal entre teoría y mundo; es
necesario comprender cómo los modelos funcionan como mediadores entre teoría y
experiencia. Desde el RS, se sostiene que la clave reside en la captación de estructuras
relacionales. Sin embargo, esta afirmación plantea interrogantes: ¿qué entendemos por
estructura? ¿Cómo se vinculan los modelos con el mundo?
Para superar estas dificultades, autores como Suárez, Frigg, Nguyen y Pickering han
subrayado el carácter pragmático y contextual de la representación. Los modelos representan
no solo por su semejanza estructural, sino por su capacidad para generar inferencias útiles,
guiar experimentos y coordinar prácticas científicas.
Borge ha insistido en que una teoría robusta de la representación debe integrar factores
como la intencionalidad de los científicos, los contextos de uso y las funciones epistémicas de
los modelos. Desde esta perspectiva, el REO necesita desarrollar una concepción de la
representación que vaya más allá de la mera correspondencia estructural, incorporando los
aspectos pragmáticos y contextuales que caracterizan la práctica científica real.
Argumento del milagro y meta-inducción pesimista: el dilema fundacional
Uno de los dilemas más profundos del debate entre realismo y antirrealismo se articula
en torno a la confrontación entre el argumento del milagro y la meta-inducción pesimista.
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Ambos ofrecen lecturas opuestas sobre el éxito y la evolución de las teorías científicas.
El argumento del milagro sostiene que sería difícil explicar el éxito sostenido de
nuestras mejores teorías si estas no fueran, al menos en parte, aproximadamente verdaderas.
La capacidad predictiva de la ciencia, sus aplicaciones tecnológicas y su coherencia interna
parecen reforzar esta hipótesis. Desde esta perspectiva, el realismo se presenta como la mejor
explicación del éxito científico.
Por su parte, la meta-inducción pesimista recuerda que la historia de la ciencia está
llena de teorías exitosas que acabaron siendo abandonadas. Ejemplos como el flogisto, el
calórico o el éter sugieren que el éxito actual no garantiza la validez futura de nuestras teorías.
Esta lección histórica alimenta el escepticismo antirrealista.
Además, el problema de las alternativas no concebidas, formulado por Stanford,
refuerza esta crítica al señalar que siempre existen teorías posibles que aún no hemos
imaginado. Este horizonte abierto limita nuestra confianza en las teorías actuales.
El RS busca ofrecer una respuesta intermedia. Reconoce la validez de la meta-
inducción pesimista respecto a las entidades, pero afirma que las estructuras relacionales
tienden a preservarse a través del cambio teórico. Ejemplos históricos como la transición de la
óptica de Fresnel a la de Maxwell ilustran esta continuidad estructural.
Sin embargo, esta estrategia también enfrenta críticas. Se ha señalado que la noción de
estructura preservada es a menudo retrospectiva y que las estructuras mismas pueden ser
objeto de revisión. El desafío para el RS consiste en articular una concepción de estructura
suficientemente precisa y operativa para sostener su compromiso ontológico sin caer en un
formalismo vacío.
Realismo estructural epistémico vs. óntico
Dentro del RS, se distingue entre su versión epistémica (REE) y su versión óntica
(REO). Esta distinción refleja diferentes concepciones sobre la relación entre conocimiento y
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ontología.
El REE sostiene que solo podemos conocer la estructura del mundo, sin acceder a la
naturaleza intrínseca de las entidades que lo componen. Esta postura, con raíces en Poincaré y
Russell, se apoya en herramientas como las oraciones de Ramsey, que reformulan las teorías
en términos estructurales.
Sin embargo, el REE ha sido criticado por su agnosticismo ontológico. Se argumenta
que conocer únicamente estructuras, sin referencia a los objetos que las instancian, es
epistemológicamente insuficiente. La representación científica requiere cierto grado de
referencia a la realidad.
El REO da un paso más radical: sostiene que la estructura es todo lo que existe. Según
esta visión, los objetos individuales son derivados o eliminables. Esta idea encuentra apoyo en
fenómenos como la indistinguibilidad de partículas en mecánica cuántica.
No obstante, el REO enfrenta sus propios problemas. Se le reprocha un riesgo de
platonismo excesivo y la dificultad de articular una teoría de la representación que conecte
estructura y experiencia. Dorato ha señalado que tanto el REE como el REO deben integrar
consideraciones pragmáticas y contextuales para mantenerse relevantes.
Borge, por su parte, propone un enfoque que vincule el REO con la práctica científica,
articulando una ontología relacional anclada en la actividad concreta de modelización y
experimentación. Esta propuesta busca superar las limitaciones del REO tradicional, ofreciendo
una vía para una concepción más robusta y empíricamente fundamentada del realismo
estructural.
Concepción semántica de las teorías científicas y modelos estructurales
El desarrollo de la concepción semántica de las teorías ha fortalecido la plausibilidad del
RS. Este enfoque entiende las teorías como familias de modelos estructurales que representan
aspectos del mundo, en contraste con la visión sintáctica basada en conjuntos de enunciados.
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Los modelos matemáticos ocupan un lugar central en esta concepción. En lugar de
evaluar la verdad literal de una teoría, se analiza si sus modelos capturan adecuadamente las
estructuras relevantes de los fenómenos. Esta perspectiva es especialmente fructífera en
ciencias como la física, donde la modelización desempeña un papel clave.
El REO encuentra afinidad con esta concepción. Al enfatizar el papel mediador de los
modelos, facilita la desvinculación de la representación respecto a entidades sustanciales. La
teoría de las estructuras parciales, por ejemplo, permite entender el cambio teórico como
sustitución de estructuras incompletas por otras más precisas.
Sin embargo, la representación científica no puede reducirse a una correspondencia
formal entre modelos y mundo. Los modelos cumplen funciones complejas: permiten explorar,
manipular e intervenir en los fenómenos.
Morrison ha subrayado el carácter mediador de los modelos, destacando su papel
activo en la construcción y validación del conocimiento. Rickles, por su parte, ha mostrado
cómo la simetría y la estructura son elementos clave en la construcción de modelos en física,
fruto de una interacción entre principios teóricos y prácticas experimentales.
Para el REO, integrar esta concepción mediacional es crucial. Requiere articular una
teoría de la representación que reconozca el papel pragmático de los modelos y su inserción en
contextos concretos de investigación. Solo así podrá evitar el riesgo de un formalismo excesivo
y mantener su relevancia en la práctica científica real.
Problemas del REO: indistinguibilidad, colapso y representación
A pesar de su potencia explicativa, el REO enfrenta objeciones significativas. Uno de los
problemas más relevantes es la indistinguibilidad entre estructuras físicas y estructuras
puramente matemáticas. Si se sostiene que la estructura es todo lo que existe, ¿cómo
distinguir entre una estructura que corresponde efectivamente a la realidad física y una que es
meramente una construcción formal?
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El riesgo, como ha señalado Borge, es que el REO derive hacia un platonismo
estructural en el que las estructuras matemáticas se reifiquen sin criterios claros para
establecer su vínculo con el mundo. Este problema, que puede denominarse "colapsología
estructural", amenaza con desvincular al REO de la práctica científica.
Relacionado con ello está el riesgo de colapso ontológico entre modelo y mundo. Si se
identifica directamente la estructura teórica con la del mundo, se difumina la distinción entre
representación y realidad. Esta confusión puede llevar a una concepción ingenua de la
representación científica, incapaz de dar cuenta de la complejidad de las prácticas de
modelización.
Superar estas limitaciones exige una teoría de la representación que vaya más allá de
la mera correspondencia isomórfica. Los enfoques pragmáticos e inferencialistas, como los de
Suárez, Contessa y Frigg, ofrecen alternativas valiosas. Según estas perspectivas, los modelos
representan no por su semejanza estricta con el mundo, sino por su capacidad para generar
inferencias, guiar experimentos y coordinar prácticas.
La concepción de los modelos como artefactos epistémicos, defendida por Frigg y
Nguyen, refuerza esta visión. Los modelos son herramientas construidas en contextos
específicos, con fines y estrategias particulares. Para el REO, integrar esta dimensión mediada
es esencial para mantener su conexión con la ciencia real.
Además, este enfoque permite abordar de manera más matizada el problema de la
indistinguibilidad. Si las estructuras que postulamos son aquellas que resultan operativamente
efectivas en la mediación entre teoría, experimentación y fenómeno, su estatuto ontológico se
ancla en la dinámica misma del conocimiento científico.
Así, el REO debe desarrollar una concepción de la estructura que reconozca el carácter
mediado, pragmático y contextual de la representación científica. Solo así podrá evitar el riesgo
de un platonismo vaciado de contenido empírico y mantener su relevancia filosófica y
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epistemológica.
Alternativas empiristas y caminos híbridos
Frente a los desafíos del REO, han surgido propuestas que buscan conservar su núcleo
estructuralista sin asumir su radicalismo ontológico. Entre ellas destacan los enfoques
empiristas y pragmáticos.
El estructuralismo empirista de van Fraassen adapta el empirismo constructivo a la
modelización científica. Aquí, las estructuras desempeñan un papel central en la
representación, pero su función es epistémica: no describen cómo es el mundo, sino cómo
podría ser, siempre que las teorías sean empíricamente adecuadas.
Borge ha propuesto un "estructuralismo pragmático" que reconoce la centralidad de las
estructuras, pero subraya que su función representacional depende de factores contextuales,
intencionalidades y fines heurísticos. En esta visión, las estructuras no son entidades
ontológicas independientes, sino configuraciones relacionales construidas y validadas en la
práctica científica.
Este enfoque permite superar las limitaciones del REO tradicional, facilitando el diálogo
con propuestas como el realismo perspectivista, el pluralismo metodológico y el realismo
práctico.
El realismo perspectivista defiende que el conocimiento científico se construye desde
perspectivas situadas, que condicionan tanto la representación como la interpretación de los
fenómenos. Así, las estructuras no reflejan una realidad absoluta, sino articulaciones parciales
configuradas por prácticas y contextos.
El pluralismo metodológico enfatiza la diversidad de métodos, modelos y objetivos en la
ciencia contemporánea. Esta visión es afín al estructuralismo pragmático, que reconoce que las
estructuras utilizadas en la representación científica varían según los fines y estrategias
adoptadas.
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El realismo práctico, por su parte, subraya que el compromiso ontológico en la ciencia
se deriva de su capacidad para guiar la intervención efectiva en el mundo. Desde esta
perspectiva, las estructuras relevantes son aquellas que demuestran operatividad en contextos
concretos.
Incluso dentro del RS, autores como Esfeld y Lam han desarrollado versiones
moderadas del REO que admiten cierto grado de individuación ontológica, sin renunciar a una
visión relacional del mundo.
En definitiva, la viabilidad del REO depende de su capacidad para integrar esta
sensibilidad pragmática y contextual. Lejos de debilitar el RS, esta apertura lo enriquece y lo
hace más compatible con la ciencia tal como se practica.
CONCLUSIONES
El realismo estructural, en especial su versión óntica, se ha consolidado como una de
las propuestas más sugerentes para afrontar el debate entre realismo y antirrealismo. Al
sostener que lo que persiste en el desarrollo de la ciencia es la estructura relacional y no
necesariamente las entidades particulares, el REO ofrece una vía intermedia que permite
explicar tanto la continuidad como el éxito de las teorías.
Su afinidad con las prácticas de modelización y representación, sobre todo en la física,
le otorga una notable relevancia. La idea de que las relaciones estructurales constituyen el
núcleo ontológico del mundo resuena con los desarrollos contemporáneos en disciplinas donde
la noción de individualidad clásica ha sido cuestionada.
Sin embargo, el REO enfrenta desafíos conceptuales importantes. Los problemas de
indistinguibilidad entre estructuras físicas y matemáticas, la falta de criterios empíricos claros
para su demarcación y la ausencia de una teoría de la representación sensible a la práctica
científica señalan la necesidad de revisar y ampliar su marco conceptual.
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La integración de enfoques pragmáticos, perspectivistas y pluralistas aparece como una
estrategia prometedora. Hay que reconocer que las estructuras científicas operan en el marco
de prácticas concretas permite anclar el REO en la dinámica real del conocimiento. Esta
apertura metodológica no debilita al RS; por el contrario, lo enriquece.
Concebir las estructuras como configuraciones relacionales validadas en la práctica, y
no como entidades abstractas desvinculadas de los contextos de investigación, contribuye a
superar el riesgo de un platonismo vaciado de contenido empírico. En este sentido, el
estructuralismo pragmático y los aportes del realismo perspectivista y del pluralismo
metodológico ofrecen herramientas conceptuales valiosas.
El futuro del REO dependerá de su capacidad para asumir esta apertura y articular una
ontología relacional coherente con las mejores teorías disponibles y con las prácticas concretas
de la ciencia. Entendido así, el realismo estructural puede seguir ofreciendo una contribución
valiosa para pensar la ciencia en sus múltiples dimensiones y para enriquecer nuestra
comprensión filosófica de cómo representamosy construimosel mundo.
Declaración de conflicto de interés
Declaramos no tener ningún conflicto de interés relacionado con esta investigación.
Declaración de contribución a la autoría
Carlos Rodríguez Benites, Lincoln Chiguala Contreras y Susanita Lizeth Moreno Cavero:
conceptualización, redacción del borrador original, revisión y edición de la redacción
Declaración de uso de inteligencia artificial
Los autores declaran que utilizaron la Inteligencia Artificial como apoyo para este
artículo, y que esta herramienta no sustituyó de ninguna manera la tarea o proceso intelectual,
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manifiestan y reconocen que este trabajo fue producto de un trabajo intelectual propio, que no
ha sido publicado en ninguna plataforma electrónica de inteligencia artificial.
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